Dentro de la carrera del Gran Campeón Mexicano existen diferentes capítulos memorables en los cuales el sinaloense Julio César Chávez se convirtió en la leyenda que es en la actualidad en el deporte mexicano. Pero, a pesar de su experiencia y potencial con los puños y guantes, confesó que hubo una pelea en la que se sintió superado e incluso experimentó el sentimiento de la muerte.
Durante una entrevista con TUDN, Julio César detalló cuál fue aquel combate que lo calificó como “la más dificil” de su trayectoria y cómo es que logró salir invicto del cuadrilátero. En 1990, el Señor nocaut mantenía un récord de 68 combates sin perder y recién se había coronado campeón de superligero del CMB (Consejo Mundial de Boxeo), por lo que era uno de los máximos exponentes del momento.
Pactó un encuentro en contra de Meldrick Taylor, quien era un boxeador estadounidense campeón de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y que además fue medallista olímpico oro en Los Ángeles 1984, por lo que el programa prometía una gran exhibición para los fanáticos del box.
Sin embargo, en propias palabras de César Chávez, su primera pelea contra Taylor fue la más complicada de su carrera, ya que se extendió hasta el round 12 y su victoria fue emblemática. Reconoció que la velocidad y la fuerza del rival lo orillaron a sentirse rezagado arriba del cuadrilátero y consideró que pudo haber perdido el encuentro.
“Ese momento marcó mi carrera, marcó todo porque fue la pelea más difícil de mi carrera; fue el peleador más grande con el que me enfrenté. Fue el peleador más grande, más bueno, más rápido, más fuerte tenía todo lo que un boxeador quería tener”, recordó el actual analista de box.
A lo largo de los 11 asaltos, ambos peleadores dieron muestra de su capacidad deportiva y protagonizaron una gran exhibición arriba del cuadrilátero. El mexicano era el favorito para ganar el encuentro, pero, conforme transcurrieron los rounds no se veía una clara victoria, por lo que se pensó que Chávez podría perder su invicto; el propio Julio confesó que experimentó una sensación de “muerte” a lo largo de la pelea.
“Fue la más difícil, la más dura de mi carrera, es la única pelea en donde he sentido la muerte, horrible”
El gran campeón mexicano logró la victoria gracias a que su entrenador lo alentó a no darse por vencido y dar lo mejor de sí, por lo que su plática con él en los últimos capítulos de la pelea fueron determinantes.
“Yo hice un esfuerzo sobrehumano en cada round, yo miraba la pelea que se estaba alargando. Llegué al décimo round, llego a la esquina y pierdo la noción; llega ese doceavo round donde Búfalo me dice: ‘Hazlo por tu familia, todavía podemos noquearlo’”, añadió Julio César.
Fue a escasos segundos de que terminara el último asalto cuando Julio César logró conectar un golpe al rostro de Taylor y lo mandó a la lona. El réferi decidió parar la pelea y darle la victoria a Chávez por nocaut pues el norteamericano ya no se pudo reponer, dio el veredicto a dos segundos de que sonara la campana.
De inmediato la esquina de Julio César festejó el triunfo, aunque Chávez había ganado explicó que no pudo celebrar a gusto ya que reconoció que hizo un esfuerzo mayor y sentía que en cuestión de segundos se desmayaría.
“Yo quería que sonara la campana porque sentía que me iba a desmayar, estaba desahuciado, yo me quería desmayar, yo quería vomitar; si hubiera vomitado no estaría con ustedes, me hubiera pegado un derrame cerebral y tal vez no la hubiera contado”, finalizó.
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