En el mundo del deporte existe infinidad de casos de grandes personalidades que triunfaron en sus disciplinas y que no supieron administrar la fortuna acumulada de manera adecuada. A la hora de manejar un gran caudal de dinero y probar por primera vez una calidad de vida a la cual pocos pueden acceder, varios cayeron en el camino a la ruina. Pero el caso del boxeador Anthony Joshua rompe los estereotipos y plantea un sistema totalmente contrario a la normalidad: achicar los gastos al máximo y nutrir constantemente en sus cuentas bancarias.
Para entender cómo se maneja el púgil británico que supo retener los títulos mundiales AMB, OMB y FIB de los pesados antes de caer ante Oleksandr Usyk el 25 de septiembre de 2021, es clave presentar el rol que tiene su agente Freddie Cunningham. El representante es quien está detrás de los contratos de patrocinio, el negocio de merchandising y la firma de administración de atletas que el deportista y el empresario fundaron en 2017 bajo el nombre AJ Boxing and Commercial. Según la revista Forbes, la fortuna escala a 80 millones de dólares estadounidenses.
Uno de los pilares principales que maneja la sociedad es buscar la globalización de Joshua y así tener el apoyo de marcas de todos los rincones del planeta. Esto implica peleas, marketing gratuito y acuerdos comerciales a corto plazo que impulsan el valor neto de Anthony. La tarea de Cunningham es elevar el “valor del nombre familiar” del boxeador para que esté a la par con grandes nombres del deporte británico como el golfista Rory McIlroy, el tenista Andy Murray y el subcampeón mundial de Fórmula 1 Lewis Hamilton.
“Tenemos doce socios comerciales”, comenzó explicando Freddie en charla con Business Insider. Y agregó explicando que a pesar de tener “mucho dinero y los recursos de un deportista de élite”, Joshua “no vive la vida que podría”. Más allá de los grandes lujos que refleja en las redes sociales, lo cierto es que muy pocas de las cosas que se ven salen del bolsillo de Anthony al nivel que hasta la comida diaria es cedida por las marcas: “Desde afuera, probablemente parece que lo hace. Se le ve en jets privados, usando relojes caros y manejando buenos autos. Todos los jets están patrocinados. Nunca hemos pagado por un jet privado o un helicóptero en nuestra vida. Hace poco tuvo un auto exclusivo de Land Rover, por ejemplo”.
La clave del negocio es aprovechar el apogeo de la figura deportiva del boxeador para ahorrar lo máximo posible. “Él no está gastando ese dinero. Está acumulando dinero. Está viviendo un estilo de vida que probablemente todos quieren que viva, o verlo vivir, pero lo está haciendo de una manera inteligente. Con tacto”, explicó el agente. Uno de los detalles más llamativos es que hasta 2018, cuando ya retenía cinturones de la categoría pesados, Joshua todavía vivía con su madre aunque meses despues se compró una propiedad en el norte de Londres.
Cunningham tomó como ejemplo a Floyd Mayweather para explicar el caudal de dinero que está ganado Anthony a esta altura de su vida. “Si registras dónde está Anthony y los ingresos que está desarrollando a través de peleas y patrocinios en estos años contra Mayweather en sus primeras ganancias, sería incomparable. Es posible que Mayweather solo haya estado ganando cincuenta mil en ese entonces”, argumentó el representante, asegurando que es el deportista mejor parado en el terreno comercial en la actualidad.
Con los doce acuerdos de patrocinio en vigencia que especificó Freddie, se estima una ganancia de 5 millones de libras esterlinas por año que van desde indumentaria, productos electrónicos y automóviles, sin contar las impresionantes bolsas que se reparten a la hora de subir al ring. Con casi 14 millones de seguidores en Instagram, Anthony lentamente está convirtiendo su personalidad en una marca a la cual cada vez le saca más provecho.
SEGUIR LEYENDO: