El inicio del Siglo XIX en México estuvo determinado por los tiempos convulsos que se vivían al interior del país con el afán de conseguir la independencia respecto a la corona española. Aunque la actividad deportiva no se encontraba tan normalizada entre las masas, las élites contaban con la facilidad y los recursos para practicar algunas disciplinas cuyo origen se encontraba cruzando el Océano Atlántico, en el continente europeo.
De acuerdo con el libro Historia de la actividad física y el deporte, en la época de la Independencia el tiro con arco, la esgrima y la equitación destacaron como las principales disciplinas catalogadas como actividad física y deporte. Su llegada fue posible gracias al choque cultural originado con la llegada de los colonizadores, aunque su práctica era desempeñada, principalmente, por las clases sociales privilegiadas y las castas dominantes.
Tiro con arco
A lo largo de la historia, el arco ha tenido usos muy diversos. Aunque en un principio su función estuvo relacionada con la caza y la defensa, con el paso del tiempo y la llegada de nuevas armas su uso fue relegado. De esa forma, lejos de desaparecer, comenzó a tener protagonismo en el ámbito deportivo en competencias amateur que datan del año de 1673 en Inglaterra.
En México se hizo presente con la llegada de pobladores europeos con amplia tradición en el deporte. Conforme la historia se adentró en el Siglo XX, el tiro con arco experimentó una ligera apertura hacia otros sectores de la población, de tal suerte que hasta los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, México ha conseguido 3 medallas en la justa.
Esgrima
Heredado del combate cuerpo a cuerpo de tradición bélica, la esgrima se convirtió en una disciplina deportiva socorrida por las élites europeas. Aunque en España se realizaron esfuerzos por impulsar el nuevo deporte, su técnica tuvo lugar en Italia, desde donde se exportó a otros países como Inglaterra y Francia. Las expediciones fueron las encargadas de llevar dicho conocimiento al continente americano.
El dato más remoto de la esgrima en el territorio que hoy comprende México se remonta a las lecciones que recibían miembros de clases acomodadas décadas después de la caída de Tenochtitlán. Siglos más tarde, durante los Juegos de México 1968, María del Pilar Roldán se convirtió en la primera y única mexicana en conquistar la medalla de plata en la disciplina olímpica.
Equitación
La primera escuela de equitación se fundó en el año de 1539, en la ciudad de Ferrara, en Italia. Con el paso de los años, los conocimientos acerca del control del caballo se difundieron por toda Europa y también llegaron hasta la Nueva España. Para el Siglo XIX, dicho deporte ya contaba con amplio trayecto que lo consolidó como uno de los preferidos en las élites peninsulares y criollas.
A diferencia de la esgrima y tiro con arco, la equitación no ha sido la disciplina más destacada del programa olímpico para México. Sin embargo, sus bases fueron relevantes para dar paso a uno de los deportes más populares en el territorio nacional.
Charrería
Aunque tras la conquista el uso de los caballos estuvo prohibido para no peninsulares, los habitantes originarios comenzaron a tener acceso a dichos animales con el paso del tiempo. Tras años de aprendizaje, y producto del mestizaje que tuvo lugar en la Nueva España, en las haciendas de Puebla, Jalisco, Estado de México e Hidalgo se originó la charrería, catalogada como la “genuina disciplina deportiva mexicana”.
La charrería recibió el grado de deporte con la Reforma Agraria de principios del Siglo XX y se ha mantenido vigente hasta los días actuales. A través de concursos y exhibiciones, los charros demuestran su habilidad para realizar todas y cada una de las nueve suertes o trucos originales de la disciplina mientras montan a caballo.
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