Gennady Golovkin ha pasado a la historia como uno de los mejores boxeadores en la categoría de peso mediano. Una de sus rivalidades más memorables es la que entabló con Saúl Álvarez, contra quien empató en 2017 y perdió por decisión al año siguiente. Aunque expresó su deseo por entablar la tercera edición de la pelea, se quedó esperando por cuatro años mientras el mexicano prefirió buscar el éxito en otras categorías de peso.
La carrera de GGG sufrió uno de sus episodios más difíciles el 15 de septiembre de 2018. Luego de haber llevado al límite las capacidades del Canelo Álvarez, los jueces le otorgaron la derrota en las tarjetas. Aquella noche, el duelo lució con enorme paridad para los dos púgiles e, incluso, algunos expertos señalaron que el resultado había sido injusto. Por dicho motivo, lanzó el reto para una tercera pelea.
Después de haberse sobrepuesto en la segunda reyerta y despojar al kazajo de los cinturones de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y Consejo Mundial de Boxeo (CMB), el tapatío decidió incursionar en la categoría de los supermedianos. Por su parte, lejos de buscar ponerle fin a su carrera cuando tenía 36 años, Golovkin decidió volver a enfilarse para recuperar el título que había perdido aquella noche.
Nueve meses después de haber caído contra Álvarez, el kazajo pactó un duelo de exhibición en las 160 libras para recuperar la confianza. Steve Rolls, boxeador canadiense, aceptó subirse al ring durante 12 rounds en el Madison Square Garden de Nueva York, pero la pelea no duró lo planeado. GGG recordó su repertorio de golpes y finiquitó la pelea por la vía del nocaut en el cuarto round.
Con los reflectores sobre sus hombros y la confianza en ciernes, el kazajo se volvió el candidato ideal para pelear por el campeonato vigente de la Federación Internacional de Boxeo (FIB). El rival elegido fue Sergiy Derevyanchenko, boxeador que hasta entonces acumulaba 13 victorias y solamente dos derrotas en su récord profesional.
Al igual que sucedió con el mexicano, Golovkin y el ucraniano no pudieron ganar por la vía del nocaut. Se batieron en los 12 episodios pactados para la pelea, aunque al final se impuso la experiencia del peleador de 38 años. Fue así que, 13 meses después de la derrota, volvió a colgarse el cinturón de las 160 libras, aunque en dicha ocasión avalado por la Federación Internacional de Boxeo (FIB).
La innegable veteranía de GGG, así como el temor de los púgiles de su división por retarlo a una pelea por su cinturón, lo hicieron tomar un receso a lo largo de 14 meses. No fue sino hasta que el polaco Kamil Szeremeta lo enfrentó en diciembre de 2018 cuando volvió al ring. El resultado de nuevo le favoreció, pues se impuso por la vía del nocaut técnico y consolidó su primera defensa exitosa. Después de ello volvió a tomar un largo descanso por la pandemia del virus SARS-CoV-2.
A sabiendas de su edad, Golovkin decidió aceptar el reto de enfrentar al flamante campeón japonés Ryota Murata. El duelo resultó atractivo por el renombre de ambos peleadores, así como por ser de unificación. La juventud del nipón no logró imponerse ante la experiencia del kazajo, quien viajó hasta la Saitama Arena para colgarse la fajilla de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), la segunda en peso mediano, y reivindicarse como campeón a los 40 años.
Lejos de pensar en el retiro, Gennady entablará la pelea número 45 en su historial contra Saúl Álvarez. El sueño de la afición por ver la tercera edición de la rivalidad se materializará el 17 de septiembre de 2022. En esa ocasión, el reto no será en las 160 libras. El kazajo será retador en las 168 con la oportunidad de despojar a Canelo de su cinturón y considerar su jubilación siendo el segundo campeón indiscutido en la historia de los supermedianos.
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