Rafael Márquez Álvarez se convirtió en uno de los mejores futbolistas y defensores en la historia del futbol mexicano y la Selección Nacional. Aunque en el Siglo XXI se volvió habitual verlo portar el gafete de capitán con el Tricolor, su llegada al combinado absoluto mexicano ocurrió cuando tenía 17 años, gracias a un error del entrenador Bora Milutinovic que derivó en una confusión al interior del Atlas.
Corría el año de 1997 cuando, por segunda ocasión, la dirección técnica del equipo nacional estaba a cargo del entrenador yugoslavo. En aquel momento, la prioridad del proyecto era evaluar a los mejores jugadores de la liga mexicana para consolidar un plantel competitivo y realizar un papel digno en el Mundial de Francia 1998, aunque la poca claridad en la convocatoria perjudicó a los rojinegros.
“En la convocatoria que recibe Atlas, solo ponen Márquez y en el equipo estábamos dos Márquez, César Márquez y yo. Entonces hubo esa confusión y al final terminaron llamándonos a los dos, a César Márquez y a mí y fue algo sumamente chistoso, pero al final el que jugó fui yo”, recordó en entrevista con Antonio de Valdés.
César Márquez Verdín era el otro jugador con el mismo apellido paterno de Rafa en la plantilla. En aquel entonces, el defensor que a la postre brillaría con el F.C. Barcelona aún no cumplía la mayoría de edad, mientras que el centrocampista César contaba con 21 años y un historial más amplio con el equipo tapatío. Aunque, en apariencia, el llamado estaba dirigido al mayor, Bora optó por mantener a los dos en la convocatoria.
Fue así que los jugadores se presentaron en la cancha del Estadio Azteca, el miércoles 5 de febrero, en el encuentro amistoso contra la Selección Nacional de Ecuador. La zaga que envió Bora al terreno de juego estuvo ocupada por David Oteo, Joel Sánchez, Markus López y Carlos Turrubiates. No obstante, el estratega le dio minutos de juego al originario de Zamora, Michoacán.
“Me metieron cuando faltaban 20 minutos y tuve la oportunidad de darle un pase de gol a Damián Álvarez. Ganamos 3-1 ese partido y para mí era un sueño, con 17 años, estar con gente importante. En este partido (Bora) llamó para ver gente en la selección, pero para esa convocatoria Turrubiates ya era Turrubiates y yo con 17 años era un mocoso apenas”, contó al periodista.
Al término del encuentro Márquez Verdín no volvió a vestir más la camiseta de la Selección Nacional. Por su parte, a pesar de haber contribuido en la victoria sobre la selección de América del Sur, Rafael no fue considerado para la lista final de jugadores que acudieron al Mundial de Francia 1998, la cual fue la segunda participación consecutiva de México tras la suspensión de Italia 1990.
A pesar de ello, no dejó de ser un jugador determinante con los tapatíos. Incluso, en el Torneo de Verano 1999 formó parte del plantel que llegó a la final contra Toluca, aunque cayó en la tanda de penales. Sus actuaciones continuaron siendo evaluadas, de tal suerte que fue convocado para disputar la Copa América de Paraguay 1999. Meses después, con 20 años, se abrió las puertas del futbol europeo gracias al Mónaco de la Ligue 1.
Una vez instalado en Francia, fue considerado para disputar la Copa Confederaciones de 1999, donde se coronó por primera ocasión con el Tricolor. Ese fue el comienzo de una prolífica carrera que lo llevó a ser capitán de la Selección Mexicana y convertirse en una pieza fundamental del equipo durante cinco Copas del Mundo consecutivas desde Corea-Japón 2002 hasta Rusia 2018.
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