Después de dos años desde el inicio de la pandemia por COVID-19 en México, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) volvió a tener a su comunidad en las aulas, incluidas el deporte. Fue en septiembre de 2021 cuando se anunció el regreso paulatino a clases, pero fue hasta el semestre de enero 2022 cuando la comunidad universitaria volvió a ocupar la mayoría de los espacios físicos.
En ese lapso, el deporte representativo y de esparcimiento de la universidad tuvo que adecuarse a los cambios del semáforo epidemiológico y las restricciones de la misma UNAM para seguir con su actividad y estar lo mejor preparados para el regreso a las instalaciones.
En entrevista con Infobae México, Valentín Albarrán Ullola, director de cultura física de la Dirección General del Deporte Universitario (DGDU), contó cómo es que se planteó la reanudación de las diferentes actividades deportivas de manera presencial, tanto de competencias universitarias así como las recreativas para todos los pertenecientes a la máxima casa de estudios.
Primera etapa: deporte representativo de la UNAM
Estuvieron sujetos a las normas sanitarias que autorizaba la UNAM y la Secretaría de Salud en México. Fue en junio del 2021 cuando se permitió el regreso paulatino del 30% para los equipos representativos con la ilusión de iniciar su calendario de competencias de la CONADE y del CONDDE (Consejo Nacional del Deporte de la Educación).
Una vez que hubo una reducción significativa de contagios a nivel nacional, a principios de mayo de 2022 se permitió un aforo del 100% para realizar actividades en espacios abiertos, mientras que en duelas, gimnasios y demás instalaciones cerradas aún permanece una reducción del 60 por ciento.
La realización de pruebas, desinfección del espacio y el uso de cubrebocas fueron elementos básicos en el reinicio de las actividades.
La DGDU les proporcionó a los entrenadores y atletas un kit de higiene y demás utilería para protegerse del coronavirus, además el espacio del Estadio Olímpico brindó pruebas gratuitas para que los atletas pudieran reunirse con sus equipos con la garantía de no estar contagiados, de acuerdo con el testimonio de Oswaldo Soto, entrenador del grupo de animación y porras de Pumas UNAM.
Oswaldo Soto contó a Infobae México cómo fue su regreso a las actividades presenciales con su disciplina. Lo primero que realizaron fue una planeación detallada para volver a ocupar el campo “El Arrancadero” de Ciudad Universitaria.
“Tuvimos que meter nuestro programa de trabajo para que lo puedan autorizar bajo el lineamiento del director y si no le gustaba, nos regresaba para modificar nuestro plan de trabajo”.
Para agosto de 2021 pisaron por primera vez el campus desde el cierre de la UNAM, inició las sesiones con un grupo reducido de cinco personas, después pasó a 10 porristas y así fueron creciendo sus grupos hasta tener a todos. A mediados de octubre de 2021 llevaron a cabo un sistema híbrido, es decir actividades en línea y presenciales por cada semana.
Al inicio entrenaron con el uso cubrebocas, conforme el semáforo epidemiológico se mantuvo en verde, ya no fue imprescindible y se volvió de libre uso. La campaña de vacunación ayudó a crear un espacio de seguridad y protección entre los atletas, por lo que el recibimiento de la comunidad estudiantil fue favorable.
Cabe destacar que no todas reactivaron la presencialidad pues de las 83 disciplinas oficiales, solo regresaron las que podían entrenar al aire libre y con aforos reducidos, de acuerdo con Albarrán Ullola.
Algunas de las primeras en volver fueron: fútbol soccer, americano, basquetbol, rugby, remo, canotaje, ciclismo, béisbol, voleibol de playa, grupos de animación, entre otros.
Otros casos tuvieron que migrar a nuevos espacios que les permitiera entrenar al aire libre, tal pasó con el grupo de porras de la Prepa No. 6, ya que al no contar con el espacio adecuado, y a causa del calendario escolar, tuvieron que acudir a Ciudad Universitaria, según relataron Karla Mosqueda y Alan Valle, entrenadores de la Preparatoria Antonio Caso, a este medio.
Segunda etapa: cultura del deporte UNAM y acercamiento a la comunidad universitaria
Para febrero de 2022 empezaron mayores actividades dirigidas a la comunidad estudiantil general, principalmente en el nivel licenciatura en Ciudad Universitaria, Facultades de Estudios Superiores (FES) y algunos planteles de nivel bachillerato (Escuelas Nacionales Preparatorias y CCHs), siempre y cuando el protocolo de cada plantel lo permitiera.
Por parte de la DGDU retomaron el fomento de la cultura del deporte en los planteles, precisó Valentín Albarrán. Se retomaron las actividades recreativas y de preparación para las y los estudiantes al 100 por ciento. En el campus principal conocido como “Las Islas” volvieron las sesiones de esparcimiento para toda la comunidad.
“Tenemos el espacio deportivo Puma en Ciudad Universitaria de planta, de miércoles a viernes de 12:00 a 16:00 hrs con diferentes actividades como yoga, activación lúdica deportiva, combate medieval, baile, una serie de actividades para todos los universitarios”, explicó el director de cultura física.
Además por medio de redes sociales y por la Gaceta UNAM empezaron a invitar a los estudiantes a integrarse a las sesiones deportivas que se programaban semanalmente.
En cuanto al uso de la alberca olímpica y el gimnasio de pesas, ambos tuvieron reparaciones y cambio de mobiliario para estar en óptimas condiciones. Se espera que para el mes de julio la comunidad pueda retomar sus clases, todo con previa cita tramitada en la Red Puma en línea.
“Estamos a un 90% de volver a la normalidad”, aseveró Valentín.
Los principales retos del regreso a los espacios físicos
En cuanto los equipos mayores de la UNAM, de facultades, prepas y los colegios de humanidades tuvieron la autorización de volver, reunieron a sus deportistas para prepararse para competencias futuras, en el caso de los representativos se trató de la Universiada Nacional, mientras que dentro de la UNAM se trató de torneos interprepas, interfacultades y demás.
Y dentro de los obstáculos que se presentaron fueron: la reagrupación de equipos, retomar la confianza entre compañeros y el factor psicológico. Tanto el director de cultura física como Oswaldo Soto coincidieron en que la pandemia orilló a que los deportistas que no viven en la Ciudad de México regresaran a sus lugares de origen, por lo que no todos pudieron incorporarse rápidamente.
Además los cambios generacionales provocaron modificaciones en los equipos representativos, así lo detalló el también entrenador del grupo de porras de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales:
“Como cualquier deporte tuvimos altas y bajas con la pandemia; yo tuve bajas de 175 me pasé a 80 atletas en total y cuando regresamos a presencial, pasando liga mayor, tuvimos altas en cuestión de matrícula, de 85 pasamos a casi 180-190″.
Una vez que se reencontraron, los entrenadores fueron asesorados por la DGDU para reincorporarse a sus actividades en la nueva normalidad y erradicar el miedo al contacto con el otro.
“Lo que buscó el coach fue generarnos confianza para poder regresar y volver a sentir la seguridad de estar fuera. Fue manejándolo con los ejercicios: ‘Si puedes realizar esto es porque estás sano’“, fue el testimonio de María Ofelia Huerta Reyes, porrista de Pumas UNAM y estudiante de la Facultad de Derechos.
Y es que entre el miedo a contagiarse, la nostalgia por haber perdido dos años, el encierro y la nueva normalidad fueron factores psicológicos que afrontaron los deportistas y la comunidad estudiantil en general por la falta de interacción y actividades de recreación:
“Notamos que hubo un incremento en los índices de depresión entre los estudiantes, ha habido una amplia participación de distintas entidades de la UNAM, en nuestro caso darles actividades deportivas que promuevan la socialización y eleven los niveles de serotonina y endorfina con la actividad física”, expresó Valentín Albarrán.
Mientras que en el caso de practicar un deporte y estar expuestos a un contagio, el entrenador en jefe del equipo representativo de Pumas UNAM explicó: “Ya no hay miedo pero sí son conscientes de que puede pasar”.
La parte más beneficiada del regreso fue la propia comunidad de la UNAM ya que además de hacer un hábito la actividad física, el espacio universitario se volvió parte fundamental de su desarrollo personal.
“Me llena de nostalgia, el regresar, estar aquí. Me llena de calidez el poder estar aquí, mi experiencia con este deporte ha sido como estar en una familia y el estar sin esto, para mí fue muy fuerte”, apuntó Huerta Reyes.
Aunque el deporte universitario retomó su rumbo, atletas como Ofelia consideraron que los dos años perdidos no se recuperarán en los próximos meses, sino será un proceso largo que se logrará en equipo. “Todavía nos falta para volver a tener el vínculo de confianza que habíamos generado antes de la pandemia, pero siento que vamos en un buen camino para volver a ser el Pumas UNAM de 2019″.
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