Naomi Osaka, la deportista mejor pagada del mundo, con una cartera de patrocinios que alcanza los 50 millones de euros anuales (52 millones de dólares), rompió su relación con la agencia de representación IMG para crear su propia compañía, Evolve, en un movimiento inédito para una atleta del máximo nivel.
Esta sorpresiva decisión sin embargo, no es nueva para otros deportistas como Roger Federer, que abandonó IMG en 2013 para crear TEAM8, pero sí para una mujer. Y más para una que apenas tiene 24 años como es el caso de la japonesa.
La ex número uno del ránking WTA se aliará con su agente de los últimos siete años, Stuart Duguid, al estilo de lo que hizo el suizo con Tony Godsick y Rafael Nadal con Carlos Costa. Ambos estuvieron bajo el amparo de IMG antes de emprender la aventura por su cuenta.
La nipona, según las palabras de su agente, lo hace por la ambición de expandir sus intereses, por tener negocios más allá del tenis y por asegurar su futuro. “Naomi no es de esas personas que pasa su tiempo jugando a videojuegos o viendo Netflix”, apuntó Duguid al New York Times.
Osaka, además, tomará control de sus patrocinios, esos que le reportan unos 60 millones de dólares anuales (57 millones de euros) y que la colocan como la deportista mejor pagada del mundo y a la altura de los pocos que pueden competir en esas cifras con ella: LeBron James, Tiger Woods, Roger Federer y Cristiano Ronaldo. Actualmente es la número 12 en la lista Forbes de deportistas mejor pagados, muy por delante de Serena Williams (28) y Novak Djokovic (46).
Entre las marcas ligadas a la tenista destacan la tecnológica Google, la marca de ropa Lous Vuitton, Mastercard, Nike, la automovilística Nissan, la relojera Tag Heuer y Airbnb.
El objetivo de Osaka es que su portfolio aumente hasta los 150 millones de dólares anuales (144 millones de euros), tener más control sobre él y atraer a nuevo talento, al estilo de Federer con TEAM8, que además de representar al suizo, dirige la carrera de Cori Gauff. Por otra parte, tuvo en sus filas a Grigor Dimitrov y a Alexander Zverev, así como también se encarga de la organización de la Laver Cup, una de las rivales de la Copa Davis.
Al mismo tiempo y por contrapartida, IMG pierde a un activo importante, a una de sus mayores fuentes de ingresos, mientras alumbra a una nueva estrella como es Carlos Alcaraz y mantiene otras como Daniil Medvedev y Emma Raducanu.
El gran momento de Osaka a nivel financiero, sin embargo, contrasta con su bajón en la pista, donde ha pasado de ser la número dos del mundo en agosto de 2021 a caer hasta el puesto 78 del ránking a comienzos del año pasado. La culpa la tuvo un parón de cinco meses, tras perder en tercera ronda del US Open, achacado a la necesidad de recuperarse mentalmente de los últimos meses.
Posteriormente, la jugadora anunció en la previa de Roland Garros que no acudiría a las ruedas de prensa post partido (una obligación para los jugadores sujeta a multas) por salud mental, hecho que no fue correspondido por los Grand Slams, que la multaron con 15.000 dólares (14.000 euros) por cada rueda de prensa en la que se ausentara.
La temporada actual está dejando ver de nuevo a la mejor Osaka, aquella que ganó cuatro Grand Slam y se coronó número uno del mundo (primera asiática en lograrlo). Hace menos de dos meses la nipona alcanzó la final de Indian Wells, donde cayó ante la mejor tenista del momento, la polaca Iga Swiatek.
Tras una temprana derrota en Madrid, la número 36 del mundo se recupera de una lesión en el tobillo y no participa en Roma con el objetivo de estar a tono para Roland Garros, junto a Wimbledon, el Grand Slam que le falta por conquistar. Nunca ha ganado un torneo sobre tierra.
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(Con información de EFE)