El Club Universidad disputará este miércoles la final de vuelta de la Concacaf Liga de Campeones en el Lumen Field de Seattle, donde buscarán continuar la hegemonía de México en la competencia internacional y sumar su primer título continental en más de 32 años.
En medio de esta oportunidad histórica para el conjunto dirigido por Andrés Lillini, un reporte especial de ESPN reveló que los Pumas atraviesan una crisis económica sumamente importante, multiplicada tras los efectos de la pandemia por COVID-19, y que tiene al conjunto universitario en una situación delicada de cara al futuro.
El equipo del Pedregal habría acumulado un adeudo cercano a los 240 millones de pesos, mismo que tuvo su origen desde el 2018, año en el que solicitaron el primer préstamo para solventar los costos de la nómina, de acuerdo con el texto firmado por Omar Flores y Eduardo Hernández.
Primero fueron 45 millones de pesos solicitados en 2018, para que un año después se duplicara la cifra, justo en vísperas de la pandemia, por lo que llegaron al 2020 con una deuda de 90 millones de pesos, ya con la contingencia sanitaria al borde de colapsar economías a nivel mundial.
Finalmente, cuando se confirmó la cancelación del Clausura 2020 y comenzó la eventual realización de partidos sin aforo en los estadios, al cierre del año Pumas obtuvo un balance negativo de casi 381 millones de pesos, solamente en dinero que dejó de ingresar por la pandemia, por lo que en 2021 solicitaron un nuevo préstamo de 150 millones pesos.
”Pumas dejó de ingresar 380.9 millones de pesos por la pandemia. El rubro más afectado fue el boletaje y los esquilmos (304.1 millones), le siguieron los patrocinios (44.8 millones), derechos de televisión y publicidad (20.8 millones) e ingresos diversos (11.2 millones)”, se lee en el reporte de ESPN.
En tres años habían acumulado contratos por 240 millones de pesos, en un problema que también provocó una renegociación de contratos, pagos diferidos, nuevos patrocinadores y la famosa venta de jugadores que no ha permitido al conjunto auriazul mantener un equipo competitivo.
Al momento, los Pumas de la UNAM únicamente necesitan 133 millones de pesos para terminar de pagar la deuda, por lo que en los próximos meses podría mantenerse la tónica de la directiva por vender a algunas de sus figuras y continuar con fichajes de bajo perfil.
De acuerdo con el portal antes citado, ante estos problemas económicos, la Asamblea Ordinaria del Patronato del Club Universidad se reunió ya en 2022 para valorar un plan de rescate, en el que se confirmó la intención de mantener la filosofía en exportación de materia prima: “Los asociados están convencidos que se tiene el modelo correcto: recursos propios y venta de jugadores”, mencionó una de las fuentes.
Nada más en la última temporada de fichajes, correspondientes a los mercados de verano e invierno 2021-2022, Pumas vendió a tres “joyas” de su plantel por una cifra superior a los USD 8 millones: Erik Lira, a Cruz Azul; Johan Vásquez, al Genoa, y Juan Pablo Vigón, a Tigres.
Por otro lado, en cuestión de altas, Pumas prácticamente no ha gastado en transferencias en los últimos dos años. Favio Álvarez, procedente de Atlético Tucumán por poco más de USD 1 millón, figura como el único refuerzo por el que desembolsaron dinero. Préstamos y agencias libres han sido su principal impulso para reforzar al plantel desde 2020.
Esta problemática financiera fue revelada a escasas horas de que se dispute la final de vuelta de la Concacaf Champions League y luego de clasificarse in extremis al repechaje de la Liga MX, por lo que en el seno universitario intentarán hacer oídos sordos a este tipo de filtraciones, con el objetivo de centrarse en el aspecto puramente deportivo.
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