Guillermo Ochoa es uno de los mejores arqueros mexicanos que se han visto en los últimos años. A pesar de no llenarle el ojo a todos los fanáticos del fútbol, su juego y disciplina lo han llevado a lo más alto que un jugador profesional puede aspirar a la hora de pensar en su carrera.
Ahora, en una segunda etapa con el Club América, equipo que lo debutó y le dio pase de salida a Europa, sigue demostrando su valía, aunque siempre quedó una enorme duda entre los espectadores: ¿por qué nunca jugó en un equipo reconocido de Europa si llegó a demostrar un gran nivel?
Esta pregunta fue respondida por el propio Paco Memo en una entrevista que le otorgó a Jorge Burro Van Rankin para su programa de YouTube llamado En Estado Inconveniente.
Durante la charla, el actor de Televisa le preguntó sobre el momento cuando llegó a Francia con el equipo Ajaccio, conjunto al cual estuvo a punto de no llegar debido a un previo acuerdo con el Paris Saint-Germain.
Según reveló, su agente y él habían apalabrado la llegada del mexicano al equipo parisino, cuando aún no era comprado por los jeques. Sin embargo, antes de firmar contrato, Memo Ochoa debía cumplir un compromiso con la selección de México: una Copa Oro.
Después del primer partido realizaron pruebas de doping para saber si alguno de los jugadores había consumido alguna sustancia prohibida. La sorpresa llegó cuando se dieron a conocer cinco resultados positivos: Edgar Dueñas, Francisco Maza Rodríguez, Sinha, Hobbit Bermúdez y Ochoa.
Inmediatamente se dio a conocer que ese resultado positivo fue debido al consumo de clembuterol, una sustancia utilizada en las vacas para hacerlas crecer, por lo que apelaron la decisión, aunque debían esperar para obtener el veredicto final.
La espera se alargó, situación que en un principio no incomodó al PSG, club que mantuvo el interés hasta que, pasados algunos meses, no pudieron soportar y decidieron echarse para atrás y evitar la contratación del meta mexicano que había soñado con llegar a Europa y demostrar su valía.
El tiempo corría y no había ninguna otra oferta. Para ese entonces, Ochoa era agente libre, por lo que de no firmar con algún club habría quedado algún tiempo sin jugar. El América intentó convencerlo y le mostró un contrato con una cantidad inferior a la primera oportunidad que tomaron para mantenerlo en Coapa, así que el originario de Guadalajara decidió que debía salir sí o sí ese verano.
A pocos días de cerrar el mercado de fichajes recibió una llamada desde la Ligue 1, de un equipo pequeño, con el menor presupuesto del torneo, recién ascendido en la isla de Córsega, un territorio que no es considerado francés entre sus habitantes, quienes se identifican como Corsos.
Alain Orsoni, líder independentista corso, citó a Ochoa en Francia y lo cuestionó sobre si en verdad creía el resultado no era positivo, a lo cual afirmó. Confió en la palabra del mexicano y decidió ficharlo con la esperanza de que durante esos días se resolviera su situación.
Para su sorpresa así fue. Paco Memo fue perdonando y recuperó su permiso para jugar. De inmediato sonaron los teléfonos y varios clubes preguntaron por él, pero el jalisciense ya había pactado su llegada a Ajaccio, equipo que representó durante tres años hasta su salto al Málaga de España.
Después de su aventura española decidió fichar con el Standard de Lieja en Bélgica, donde fue campeón de copa, aunque no destacó más.
Sus buenas atajadas y presentaciones lo colocaban en grandes equipos, pero hubo un gran inconveniente: siempre utilizaba plaza de extranjero debido a que nunca consiguió su pasaporte por el poco tiempo en los clubes europeos, así que por ello jamás dio el gran salto.
SEGUIR LEYENDO