El domingo 1 de mayo de 1994, Ayrton Senna sufrió un choque fatal con su Williams en el Gran Premio de San Marino de Fórmula 1 corrido en el Autódromo Enzo y Dino Ferrari de Imola. Con su partida se fueron muchas historias de un personaje único que fue tricampeón mundial en 1988, 1990 y 1991 y se convirtió en uno de los mejores pilotos de la historia. Dentro de la vorágine del gran circo y de la exigencia del más alto nivel, si bien en sus 34 años su prioridad siempre fue su profesión, tuvo varias parejas y la primera que lo acompañó cuando llegó a la Máxima es Adriane Yamin, su “novia secreta”.
Las compañeras más conocidas de Senna fueron Lilian Vasconcellos, con quien se casó en 1981 y se divorció en 1983, la presentadora Xuxa (1989) y Adriane Galisteu (1993/1994), su última relación. Pero Yamin estuvo cuatro años y fue una época que marcó a Beco, apodo de la infancia de Ayrton por el que solo lo llamaban los más íntimos. Ella tenía 15 años y él 24 cuando comenzaron. Se conocieron en un barco y llegaron a comprometerse. Tuvieron bajo perfil y en su momento la historia no fue “marketinera”. Ambos se guardaron en sus corazones lo que vivieron, hasta que, a fines de 2019, Adriane publicó el libro “Minha Garota” (Mi chica).
Afirma que se tomó tantos años en contar su historia porque quiso esperar a que sus hijos fueran mayores. Aunque el motor para volcar sus vivencias con Ayrton en más de 600 páginas fue cuando se vio en un fragmento del documental “Senna” de Asif Kapadia en 2010 y eso la impactó. En diálogo con Infobae repasa su historia de amor junto al astro brasileño.
-¿Cómo se conocieron con Ayrton?
-Fue en el barco de mi familia. Mi padre y el de Ayrton, el señor Milton (fallecido a fines de 2021) fueron vecinos en mi infancia y aunque sus vidas se distanciaron a medida que prosperaron, se formó una gran admiración mutua y mantuvieron su vínculo. Muchos años después, mi padre se cruzó con Ayrton caminando por Playa Dos Macacos en Angra dos Reis (una playa a la que solo se puede acceder en barco), lo reconoció, lo saludó y lo invitó a acompañarnos al día siguiente. Fue entonces cuando Ayrton y yo nos conocimos. En ese primer contacto, fuimos distantes y cordiales. Él fue muy respetuoso, fue muy discreto durante los siguientes días dentro de mi entorno familiar, notó mi crianza conservadora y rígida, y se tomó unos días para encontrar la manera de expresar su interés por la menor de la casa, de tan solo 15 años ¡Te garantizo que no fue fácil! Pero como saben a Ayrton le encantaban los desafíos. Y tan pronto como encontró una apertura para una conversación, dijo: “Dri, tengo dos vidas, una vida de Beco, mi vida personal y la vida de Ayrton, que es mi vida profesional y estaré fuera mucho tiempo por mi profesión. Piénsalo si quieres esto para ti…”. Cuando le respondí que no tenía nada que pensar, añadió: “Entonces, ¿qué piensas de que yo pida permiso a tus padres para salir contigo?” Y así empezó todo.
-¿Cómo fue la relación con alguien mayor y que era una figura del deporte?
-No fue fácil, ni para mí ni para él. ¡Tuvimos que encontrar el camino con calma y mucha paciencia! Nuestro menor problema era la relación entre nosotros, todo fluía con naturalidad. Había una afinidad intuitiva. Tanto en creencias, en la forma divertida de ser, como en la pasión por otros deportes que practicábamos. Hicimos casi todo juntos y de manera equilibrada. Puedo decir que nos gustaba, o estábamos acostumbrados al mismo estilo de vida familiar bastante reservado. Su vida profesional fue aparte de las citas. Yo todavía estaba terminando mi último año de secundaria mientras él obtenía sus primeras victorias en la F1. Estábamos saliendo bajo el estricto control de mis padres debido a mi corta edad. Yo creo que Senna no solo aceptó, sino que también estuvo de acuerdo con eso, quizá porque en su familia, con su hermana, su crianza fue de la misma manera. La intimidad entre nosotros fue conquistada poco a poco, según lo permitía mi edad y madurez. Nuestro noviazgo comenzó cuando yo tenía 15 años y terminó cuando tenía 19.
El inicio de la relación fue en 1984, cuando Senna llegó a la F1 y debutó con el equipo Toleman. En esa época Ayrton fue una esponja que absorbió cada gota de experiencia. En medio de las presiones y el periodo de adaptación al gran circo encontró en los brazos de Adriane su cable a tierra. En esos veranos en Angra do Reis recargó las pilas para las temporadas que cada vez fueron más exigentes. En 1985 pasó a Lotus y en 1988 emigró a McLaren. La pareja siguió hasta fines de aquel año en el que el astro brasileño logró su primer título en la Máxima, donde corrió 161 carreras, marcó 65 poles positions, 41 victorias, 80 podios y 19 récords de vuelta.
-En esos cuatro años fueron de crecimiento de Ayrton en la F1, ¿cómo era él en aquella época?
-¡Creo que fueron los años más felices y emocionantes de su vida! Tanto en la profesión como en la vida personal, que en realidad se volvieron complementarias. Tuvo oportunidades de conquistar su espacio en la F1, incluso sin el peso de la responsabilidad de mantenerse en lo más alto. Todo era nuevo y gratificante, su vida personal también prosperaba y aportaba la estabilidad emocional necesaria para lograr sus objetivos profesionales. Fue entonces cuando realmente comenzó a ganar buenos salarios. Sé que nuestra historia, ahora contada en mi libro después de tantos años de silencio, ha sorprendido a sus seguidores por la belleza, calidad y riqueza de los detalles narrados. Realmente logré compartir las sensaciones de este amor vivido. Descubrieron a Beco, un chico súper sensible, amable, cariñoso, romántico. ¡Un chico del que era imposible no enamorarse! Además de su lado vulnerable, inseguro como todo ser humano, sujeto a errores y limitaciones. Pero aún así un hombre absolutamente extraordinario.
-¿Alguna historia que te haya marcado con Ayrton?
-Son muchas en realidad, pero mencionaré sólo una, precisamente lo que lo llevó a la muerte aquel 1 de mayo de 1994. Su obstinación… Lo supimos el mismo día de su muerte, por mi padre Amilcar. Tan pronto se confirmó la muerte de Ayrton en la televisión, corrió a ayudar a su amigo Milton, quien estaba solo en la finca Dois Lagos (propiedad de Senna) y así fue como nos enteramos de todo el contenido de esa última conversación entre Milton y Ayrton la noche anterior. Sabemos que estaba con una gran duda, si debía presentarse a correr o no y por varias razones. Un tema muy lamentable en su vida personal. Ayrton realmente no estaba muy bien estos últimos días. Incluso creo que estuvo en un momento de profundo cuestionamiento personal sobre su vida, un verdadero balance de sus elecciones hasta ese momento, pero que terminó por sellar su destino. Si se vuelven a mirar las fotos de Senna en su auto antes de la largada el 1 de mayo de 1994, se podrá ver lo que digo sobre su rostro.
-¿Cómo pudieron continuar con una relación a distancia?
-Esta era la situación que vivíamos y elegimos. ¡No podía viajar por el mundo con él sola sin estar casada! Cuando tenía 19 años fui a una entrega de premios de la F1 en París. Fue bajo la supervisión de los padres de Ayrton. Ya había terminado mis estudios obligatorios antes de decidir ir a la universidad, pero la intención era casarme en 1989. Sin embargo, él decidió disfrutar de la vida y la fama. Quizá porque sabía que no podía dedicarse al 100% a las pistas con una familia que cuidar. Pero ambos terminamos pagando un precio muy alto por tal decisión. Es una larga, bella y triste historia de amor.
-¿Cuántas cartas se escribieron?
-Tengo muchas cartas de Senna. Gracias a Dios en ese momento las llamadas internacionales eran difíciles y costosas, no teníamos tantas tecnologías portátiles, por eso tengo muchas cartas y todas están en mi libro, las imágenes de estas cartas escritas a mano. No llegué a contar el número de cartas, quizá porque también tengo notitas y tarjetitas que venían con las muchas flores que recibí de él. En cuanto a mí, fueron sólo dos y un telegrama, porque nunca supe dónde estaría él cuando la carta fuera entregada, y mucho menos dónde podría enviarla. Lo mismo sucedió con las llamadas telefónicas, tuve que esperar su llamada porque no sabía dónde estaría ni cuándo.
-¿Es verdad que Ayrton era muy controlador?
-Él no tenía que preocuparse por controlarme porque tenía a sus suegros para desempeñar este papel ¡Y lo hicieron magistralmente! (Risas). Pero algo cambió en su comportamiento conmigo cuando cumplí 18 años. Saqué mi licencia de conducir para andar e ir adonde quisiera. ¡Lo cual coincidió con que me convertí en mujer con él! Ese fue un gran cambio en su mente, comenzó a mostrar inseguridad y una desconfianza injustificable, porque para mí, solo tenía razones para estar aún más enamorada. ¡Me sentía entregada a este amor que casi no me cabía en el pecho! Sentí que “finalmente” yo era su esposa y él era mi hombre, pero no estoy seguro de lo que experimentó en su mundo junto al jet set, donde había tantas mujeres glamorosas y disponibles. Pero para mí él era mi mundo. Recuerdo una vez, cuando un joven, un pariente lejano mío, me saludó con mucha confianza, lo más probable es que fuera por envidia a Senna. Estábamos en una discoteca a la que íbamos en San Pablo, ya nos íbamos cuando ocurrió el hecho y camino a mi casa, escuché que me exigía una explicación sobre la actitud de ese tipo. ¡Eso me confundió mucho! No imaginé que él, el amor de mi vida, el gran Ayrton Senna da Silva, sentiría celos de mí. No supe cómo reaccionar ante eso…
-¿Qué puedes contar de aquella primera noche juntos?
-Fue un momento muy esperado para mí porque sabía y consentía que él saliera con otras mujeres. Hasta que me sentí preparada, y eso, según la intimidad y el deseo entre nosotros creció y el mío por él ya era insoportable. Curioso, que apenas cumplí los 18, Ayrton me invitó a ir al hotel (Studio A), a tener un poco más de intimidad y sin preocupaciones ni contratiempos como pasaba en nuestras “fugas”. Fue sumamente cuidadoso y precavido y me dijo: “Vamos hasta donde estés lista, lo que sea. ¡Me detendré de inmediato!” ¡No tenía idea de cuánto estaba soñando con eso y durante algún tiempo! Y por supuesto que no lo detuve. Fueron tres años de ensayo y quería finalmente satisfacerlo. Ese primer día superé mis límites, queriendo satisfacerlo, tenía aliento de atleta, pero yo, a pesar de mis ganas de no volver a parar. Me di cuenta de mi limitación en el quinto “ataque”. Realmente tenía aliento de atleta, pero también habíamos acumulado muchas ganas mutuas, y el resultado fue explosivo… La espera no fue fácil, pero fuimos sumamente correctos y responsables de acuerdo a la situación que elegimos para estar juntos y claro, Beco estaba aterrorizado de su suegro (risas). ¡Fue un amor muy hermoso! Ambos luchamos para que funcionara.
En 1988, según recordó el diario AS, Nelson Piquet dijo que Senna era homosexual y que tenía relaciones con sus mecánicos, declaraciones por las que tuvo que retractarse en un tribunal. Ante esos comentarios el entorno de Ayrton decidió contratar una modelo para que lo acompañara en las carreras. Adriane explica por qué aceptó esa decisión.
-La idea vino del padre de Ayrton... El señor Milton no aguantó más esos rumores y le sugirió a su hijo que contratara a alguien para que apareciera en algunos eventos con él. Cuando me consultaron acepté, al fin y al cabo, yo era el motivo porque la lengua venenosa del señor Piquet (Nelson) empezó a calumniar a Ayrton ¿Te imaginas mi situación? Imagínense la vergüenza que nos causó a los dos. Debe haber sido muy difícil para él estar con otras mujeres sin ser atrapado siendo famoso como era. ¡Aún más difícil! Fue un sacrificio mutuo superar las dificultades. Y luego apareció en unas revistas de Brasil y en otros dos Grandes Premios con esa modelo contratada. Para mí, eso fue un gran error. ¡Porque era muy falso!
-¿Cómo fue el episodio con Adriane Galisteu?
-No creo que se enfadara porque no debía saber que íbamos a salir juntos a un show. De hecho, yo fui quien lo invitó por mis motivos personales, me iba a hacer un favor. No era gran cosa, pero si ella estaba enojada, debe haber sido recientemente, después de que publiqué mi libro diciendo que, si ella no hubiera aparecido en la casa de Senna en ese momento, los dos habríamos salido juntos ese día. Confieso que no me tomé en serio esa relación y así lo confirma el relato del señor Milton sobre aquella última conversación del día anterior al fatal accidente. Realmente creo que la familia Senna era de gran dignidad, pues nunca reveló la verdad de los últimos hechos de esa semana.
-¿Por qué se terminó tu relación con Senna?
-Él optó por irse a disfrutar de la vida y la fama. Yo en cambio, orgullosa y dolida, no le di otra oportunidad en vida, pero sé que él tuvo tiempo suficiente para arrepentirse, y yo también. La historia es muy hermosa, pero con un final prematuro y muy triste y ahora decidí revelar e insertar en su biografía una hermosa historia de amor que dignifica al hombre que fue.
-¿Piensas que podrían haber vuelto a estar juntos?
-El caso es que tanto él como yo no pudimos encontrar un nuevo amor como el que vivimos juntos. Yo lo intenté, él lo intentó. Lo intentamos mucho siendo compatibles con nuestros mundos que eran tan diferentes. Los dos vivimos otras pasiones, otros encantos, aventuras, pero el amor... No sé exactamente qué vendría después, pero nuestra historia ciertamente quedó inconclusa. Y eso quedó registrado en esa última conversación con Milton. Tuve esta confirmación, esta revelación, exactamente el día de su muerte. Creo que esto fue un regalo que me dejó Senna. Es increíble lo que les voy a contar aquí de primera mano, ni siquiera está en mi libro, porque me llegó en los últimos días de 2021: me reuní con Cristiano, un amigo cercano de Senna en ese momento y me dijo que él también había hablado por teléfono con Beco la noche anterior al accidente. Relató prácticamente el mismo contenido que Milton sobre las dudas del GP al día siguiente, sobre su disgusto en su vida íntima, porque Cristiano estaba al tanto y también sobre su arrepentimiento por no haberse casado con “Adriane Yamin”. Entonces, yo no soy el que “piensa” o “dice”, esta información me la trajeron dos personas cercanas a Ayrton en sus últimos momentos de vida, que coincidieron con mis sentimientos, con mi corazón y esto es muy fuerte. Esa es la verdad, duele a quien le duela, se sacó a la luz después de tanto tiempo. Todavía estoy digiriendo esta nueva revelación después de tantos años. Esto ciertamente me da el coraje de decirlo con el corazón abierto y en voz alta. ¡Sí, nuestra historia no había terminado! También sé lo difícil que es para los fanáticos que aman a Ayrton absorber esta historia nuestra durante años oculta, silenciada, pero hoy sé que, quien lea nuestra historia debidamente contextualizada, revelada y comprobada, incluida la propia voz de Senna a través de sus cartas, me preguntan, ¿qué quiero ganar con esto? Reconocimiento. Tengo una familia adinerada, no busco fama ni proyección, solo ocupar el lugar que me corresponde en la biografía de nuestro inolvidable Senna. Pasé demasiado tiempo escuchando tonterías en silencio. Creo que los fanáticos que muestran tanto cariño por Senna, tienen derecho a saber sobre esta historia digna y personal.
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Créditos de las fotos: Adriane Yamin
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