La imagen final de la temporada es dolorosa. Para los Nuggets y para Facundo Campazzo. Las cámaras se van con el saludo de Nikola Jokic con cada una de las figuras de Golden State. Cada una hace fila para mostrar el respeto que merece el serbio, posiblemente el MVP de la temporada, por segunda vez consecutiva, por su gran nivel y, sobre todo, por haber logrado que Deportivo Jokic (perdón, Denver Nuggets) haya llegado a playoffs. A un costado, en silencio y absoluto segundo plano, el base argentino felicita a algunos rivales. Pero no es como en la última temporada, que también terminó en dolorosa eliminación (por el 0-4 ante el subcampeón Phoenix), pero en otro contexto, con un Facu protagonista y un equipo que había avanzado a segunda ronda, tras vencer 4-2 a Portland. Tal vez aquella imagen dejada hace un año, donde fue titular en nueve de los 10 partidos, es la mayor esperanza para el futuro del cordobés. Esta temporada fue mala, pero no para el olvido, sino más de aprendizaje. Le demostró lo dura que es la NBA, en la cancha y en las oficinas. Una ley de la selva en la que sobrevive el mejor. O el más duro. No hay tiempo de lamentos, hay que trabajar, esperar las chances y, claro, aprovecharlas. Por lo pronto, el futuro es incierto, lleno de incertidumbre para el jugador de 31 años al que se le termina el contrato y ya tiene una certeza: en Denver no tiene lugar (y él tampoco quiere seguir). A continuación, el análisis de lo que pasó y lo que viene, con información.
La segunda temporada de Campazzo (5.1 puntos, 36% de campo, 30% triples, 3.4 asistencias, 1.8 rebote, 1 robo, 1 pérdida y 18 minutos) contrastó con la primera (6.1, 38%, 35%, 3.6, 2.1, 1.2, 1.1 y 22m). Siempre, en la que sigue, uno debe ratificar lo bueno que tiene y eso es siempre más difícil que sorprender. Facu no pudo hacerlo, en parte por su responsabilidad y en parte por la falta de oportunidades consistentes. Comenzó jugando, luego de lo bien que lo había hecho en la postemporada y la ausencia de Jamal Murray, el base titular aún lesionado. Empezó flojo en octubre (3.8 puntos, 25% triples, 2.2 pases gol y 18m), mejoró en noviembre (6.5, 41% y 2.2 en 18m) y su mejor momento fue en diciembre (7.4, 32% y 5.4 en 26m). Se sostuvo en parte de enero (5.7, 22%, 4.6 y 21m), incluido un partido de 18 puntos y 12 asistencias contra Portland (el 14/1), pero comenzó a perder el lugar dentro de este sube y baja que es la NBA. Y que también fue su rendimiento durante la fase regular. Encima -y justamente por eso-, a fin de enero el equipo decidió contratar a otro jugador en su puesto, Bryn Forbes, a partir de la escasa puntería que habían mostrado Campazzo y varios compañeros, dentro de un equipo que decidió usar mucho el tiro de tres puntos para liberarle espacios al gran Jokic.
Fue cuando, viendo la situación, el jugador y sus agentes pidieron un canje. Los Nuggets contestaron que lo evaluarían y algunas propuestas recibieron, pero ninguna les cerró. Prefirieron quedarse con el jugador en lo que restaba de la temporada, como reaseguro, pese a que Monte Morris, Bones Hyland, Forbes y Austin Rivers estaban por delante en la consideración de un entrenador de corte ofensivo que se concentró en la producción de esa faceta (lo logró en fase regular, siendo el ataque con mejor rating) para intentar no ser tan Deportivo Jokic. Así siguió la historia y terminó la temporada, con un plus negativo que fue aquel empujón innecesario a Wayne Ellington en el último partido de la fase regular, que derivó en una multa y suspensión pero, sobre todo, en volver a hablar de que Campazzo juega de forma ilegal, incluso “mala leche”, como escribió más de uno, algo de lo que se habló también cuando estaba en España.
Lo cierto es que el argentino no entró ni como última opción. Denver no pudo competir realmente ante los Warriors y ni en los peores momentos el entrenador confió seriamente en él, pese a que incluso en una previa de juego dijo que “tendría minutos considerables” (jugó 3m en aquel juego). Hasta los más críticos del cordobés pidieron por él, por su intensidad defensiva y su forma de marcar que puede sacar de quicio a los rivales. Tal vez para defender un rato a Curry o a Jordan Poole, nueva figura de GSW. Nada. Está claro, que Malone perdió la confianza en él. O tiene otros que considera mejores. Es verdad que, en lo poco que entró, FC7 tampoco dio muchos motivos para volver a confiar...
Esto fue lo que pasó. Ahora bien, hay que analizar el futuro. En esto vamos primero con la información. “El objetivo inicial de Facu es seguir en la NBA. Se verá qué ofertas llegan, aunque ya sabe que hasta julio no se sabrá demasiado. Pero él quiere seguir, intentar jugar al menos una temporada más. Esto no quiere decir que esté confirmado ni mucho menos. Porque si las ofertas son malas, no seguirá. Pero esa es su intención, buscar otra chance y, en ese sentido, va a volver a priorizar lo deportivo por sobre lo económico”, le explicaron a Infobae desde el círculo íntimo del base, quien quiere demostrar y demostrarse que puede jugar a este nivel. FC7 se siente todavía joven, en el mejor momento de su carrera, y cree que puede dar vuelta la situación. “No está descartado volver a Europa, pero su intención prioritaria es la NBA, aunque deba remarla de atrás”, completaron el panorama en el que hoy no ingresa Denver. La única opción es que el equipo transfiera a Monte Morris para no pagar impuesto de lujo, algo que se ha rumoreado desde febrero, pero la intención de Campazzo es igualmente buscar otro equipo. Y otro DT.
Ahora se abre una etapa de trabajo para él. En estos meses, sin perder tiempo, intentará meter rutinas que le permitan mejorar ofensivamente, movimientos en penetración con definición –ejemplo: las flotadoras que no pudo consolidar- y, sobre todo, en la eficacia de su tiro. Una faceta del juego que nunca fue su fuerte, pero que en la NBA se agudizó por ser una distancia mayor (la línea está casi un metro más lejos). Encima, si no anotás de tres, en la mejor liga del mundo lo pagás más, por las nuevas tendencias de juego que existen. Y hoy el tiro largo de Facu no es consistente ni seguro. “Lo sabe, no es tonto, y va a seguir trabajando mucho en eso en este verano de allá”, admitieron en el entorno y, pocas horas después, confirmaron la contratación de un entrenador de técnica individual, Mariano Sánchez -hijo del histórico coach Oscar Sánchez-, quien ha trabajado con Luis Scola en aquella famosa previa del Mundial 2019, con varios jugadores NBA (los hermanos Morris) y desde hace poco se sumó al staff de la Confederación Argentina. Comenzarán a trabajar tan rápido como en una semana, aseguraron. Eso seguramente lo va a ayudar. “Entrenamientos individuales no van a faltar, lo mismo que jugar todo lo que pueda con la Selección”, aseguraron, lo que confirma que, a fin de junio, Facu estará con el seleccionado que seguirá disputando las Eliminatorias para el Mundial 2023, primero visitando a Venezuela en Puerto La Cruz y luego a Panamá (3/7), si es que está okey el tema del seguro, algo no menor para esa fecha de definición en su futuro…
Y lo segundo: Facu deberá esperar a ver qué depara el mercado a partir del 1° de julio. Lo bueno es que, desde el 30 de junio, será agente libre, sin restricciones. Eso quiere decir que no está atado a nadie, ni a nada, que puede negociar con cualquiera de las 30 franquicias. Seguramente esperará ofertas a partir del 15, una vez que los equipos ya estén más o menos armados, con sus figuras primero, y luego tengan que complementar sus planteles.
El gran tema acá será cuáles son las expectativas de Campazzo. “No tiene problemas en venir de atrás, pero no creo que quiera ir como tercer base. Lo dudo”, contaron desde su círculo cercano. Está claro que si, a los 31 años, quiere jugar, ser protagonista y tomar decisiones importantes, el camino no es seguir en la NBA sino volver a Europa, donde lo recibirán con los brazos abiertos –sobre todo el Real Madrid, con el que firmó una especie de prioridad si regresa al ámbito FIBA-. Si se banca jugar poco, algo así como 10/15 minutos, ser un revulsivo, todavía puede tener esperanzas. Puede haber algún equipo que confíe que pueda ser el base suplente, siendo que el cordobés ha cumplido en la organización, la defensa y el liderazgo en campo. O, tal vez más realista, un tercer armador con tiempo en campo, sobre todo hoy en día que se juega con varios perimetrales en cancha, incluso con dos bases, hoy mejor llamados guardias. Pero, claro, para eso, deberá mostrar una cara más eficiente en ataque. Y estar dispuesto a resignar tiempo de juego para luego recuperar terreno y jugar aún más, cuando el coach se convenza que FC7 es productivo.
Campazzo ya demostró tener la personalidad, la mentalidad y el tesón para dar vuelta situaciones. Ahora está en el máximo nivel y sabe que no es fácil. Pero se tiene confianza. Hay que esperar que algún equipo y sus entrenadores la tengan en él.
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