Además de la derrota de Novak Djokovic en su casa a manos de Andrey Rublev (8vo), la final del ATP 250 de Belgrado fue el escenario de un particular sorteo que se llevó a cabo para determinar quién sería el primero en poner la pelota en juego.
En las primeras imágenes de la transmisión se pudo ver al juez de silla junto al tenista ruso en la red con dos huevos rojos en la mano. Tras la llegada de Djokovic el umpire los presentó formalmente y dio comienzo al evento.
“Tu sabes más que yo sobre estos huevos”, le dijo el juez de silla a Nole con una sonrisa cómplice. “Esta es probablemente la única vez que sí sé”, le contestó el serbio.
El motivo de este inusual sorteo que se produjo en el ATP de Belgrado fue para homenajear la tradición serbia ya que éste domingo fue de Pascua Ortodoxa, en donde las familias optan por pintar huevos duros de colores después de hervirlos.
Fue entonces que el árbitro le dio un huevo rojo a cada uno y los jugadores tuvieron que golpearlos entre sí para ver cuál se rompía primero. Al parecer fue el del moscovita de 24 años el que sufrió la rotura de la cáscara, por lo que el saque quedó en manos del serbio.
A pesar de perder en esa instancia, Rublev pudo festejar y levantar el título tras superar al número 1 del mundo por 6-2, 6-7 (4-6) y 6-0. Nole, que buscaba relanzarse después de su derrota de entrada en Montecarlo, se vio lastrado por su condición física en el último set. “Las cosas están progresando lentamente, pero París es el objetivo principal y espero estar listo para entonces”, declaró Djokovic después del partido.
El experimentado tenista, que disputaba su tercer torneo de la temporada, se midió por primera vez este año con un jugador del top-10 mundial. El serbio pudo constatar el trabajo que le queda por hacer para llegar al más alto nivel en los próximos meses.
Al igual que en sus tres partidos previos en la capital de su país, ante sus compatriotas Lazlo Djere (N.50) y Miomir Kecmanovic (N.38), y después ante el ruso Karen Khachanov (N.26), Djokovic no inició bien el partido, cediendo en dos ocasiones su servicio y dejando escapar el primer set.
“Tengo que centrarme en lo positivo, jugar la final delante de mis aficionados. Fue desafortunado que en el tercer set me quedara sin energía y no pudiera pelear más”, se consoló el serbio. Apoyado por más de 8.000 espectadores, equilibró la balanza al término de un segundo set maratoniano de más de una hora. “Después de tres sets puedo decir que estoy cansado pero también satisfecho con como gestioné mi físico para ganar los partidos previos”, analizó.
Al alcanzar la final del torneo de su ciudad natal, Djokovic mejoró sus guarismos en este 2022 (ahora cinco victorias y tres derrotas), pero le queda mucho por hacer de cara a Roland Garros (22 de mayo-5 de junio).
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