Han pasado casi dos semanas desde que estalló un verdadero escándalo en el arbitraje chileno, luego que se revelaran audios de supuestas presiones para inferir en el resultado de un partido. Sin embargo, con el correr de los días se comprobó que las pruebas fueron diseñadas para provocar la salida del ex titular del arbitraje chileno, Javier Castrilli.
Luego de casi dos semanas de una exhaustiva investigación, interrogatorios y recopilación de antecedentes que tuvieran directa relación con el escándalo, el oficial de cumplimiento de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile (ANFP), Miguel Ángel Valdés, determinó que el abrupto despido de Javier Castrilli de la presidencia de la comisión de árbitros fue organizado y que sólo buscaba dañar la ética y la transparencia del organismo en cuestión, además de darle cabida a la difusión de material distorsionado (o falso) con el fin de perjudicar a ciertas personas en la actividad deportiva.
El otrora réferi del fútbol argentino en los años 90, fue cesado de sus funciones el pasado 7 de abril, tras darse a conocer la filtración de unos polémicos audios que involucraban al árbitro Francisco Gilabert, quien acusaba haber recibido ‘’presiones y llamados’' desde Santiago en medio de un dudoso cobro de un penal en el mediático partido de promoción entre Huachipato y Deportes Copiapó, llevado a cabo en enero de este año, y que establecería la permanencia en la Primera División o el ascenso desde la segunda categoría del fútbol chileno, respectivamente.
La acusación golpeó duramente a la ANFP y de hecho, obligó a realizar reuniones de emergencia, donde el presidente de la organización, Pablo Milad, le pidió a Castrilli congelar su cargo mientras durase la investigación. ‘’Siento frustración. Me trajeron para una tarea que venía desempeñando, pero la situación y la coyuntura los obliga a tomar esta decisión’', declaraba el ahora ex presidente de la comisión de árbitros momentos después de su salida.
No obstante, los peritajes de Valdés, abogado que fue contratado para detectar irregularidades dentro de la institución, no coincidieron con los diálogos que Gilabert sostuvo con la cabina del VAR, evidenciando que dichos llamados fueron parte de una maquinación premeditada para lograr la desvinculación definitiva de Castrilli.
Asimismo, los relatos de Felipe Jerez, Osvaldo Talamilla, Cristian Andaur, y del propio Javier Castrilli, quienes poco a poco fueron confesando, arrojaron datos de suma relevancia que terminarían ocasionando este giro en el argumento de la historia.
‘’De acuerdo con los antecedentes analizados en el curso de esta investigación, se pudo determinar fehacientemente, en más de 200 páginas del informe, a través de entrevistas y diversas pruebas documentales, que no existe, ni ha existido, intervención o presiones indebidas, abuso de autoridad ni tampoco injerencia alguna por parte de terceros, respecto a la decisión tomada por el juez Francisco Gilabert en el partido de vuelta de la promoción’', dice el escrito.
Los antecedentes recopilados por Miguel Ángel Valdés fueron puestos a disposición del Tribunal de Disciplina de la ANFP. Sin embargo, de comprobarse el grado de responsabilidad del grupo de árbitros implicados en la polémica, los que por cierto fueron despedidos por Castrilli antes de la controversia, estos podrían ser castigados con varias fechas de suspensión o desvinculados de forma permanente del referato chileno. Reconocidos nombres en el rubro, como Julio Bascuñán, Piero Maza o Cristian Droguett, aparecen en la nomina.
Cabe destacar, que durante horas de la tarde del día de ayer, lunes 18 de abril, se le envió una circular a todos los equipos del fútbol chileno, notificando y dando a conocer el complejo escenario. Además, se le recomendó a la ANFP de entregar los datos al Ministerio Público de Chile, con el objetivo de iniciar una investigación adicional en relación a la culpabilidad que podría existir por la difusión o masificación de audios sin consentimiento, y así evitar problemáticas similares en un corto a mediano plazo.
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