Como un sino fatal, otra vez a poco de un Mundial y con el equipo en ascendente confianza del público a partir de la mejora en su juego, aparecieron crecientes informaciones de que el entrenador de la selección española, Luis Enrique Martínez, podría dejar su cargo una vez que finalice el torneo de Qatar, y las sensaciones en el entorno de la Federación (RFEF) son más cercanas a una salida que a una continuidad.
Distintas informaciones de los medios que siguen el día a día de la selección española indican que Luis Enrique ya le habría comunicado su decisión al presidente de la RFEF, Luis Rubiales, como al director deportivo, el ex arquero José Francisco Molina, pero pactaron no darla a conocer hasta que termine la participación de “La Roja” en el próximo Mundial.
Pese al inconveniente de tener que tomar una decisión por un nuevo entrenador en diciembre de este año, tanto Rubiales como Molina aceptaron mantenerse en silencio y están resignados a esperar. Lo que es claro es que en caso de que los resultados buscados por el cuerpo técnico no se concreten, Luis Enrique se marchará, porque él mismo lo dio a conocer a la prensa.
“Si las cosas salen mal en el Mundial, me iré y no pasa nada, pero ahora estoy en la gloria. Me siento muy respaldado por la Federación y por Molina. Me ficharon dos veces y no lo olvidaré nunca porque venía de una situación personal delicada (se refiere a una licencia hasta el fallecimiento de su hija por una larga enfermedad). Tengo máxima confianza. ¿De qué vale un contrato si luego no se logran los objetivos en el Mundial? Hablaremos después del Mundial”, dijo en una conferencia de prensa hace una semana.
Hay tres motivos que parecen los más valederos para la posible decisión de Luis Enrique de no continuar en el cargo: la siempre dura relación que tuvo históricamente con la prensa, ya desde sus tiempos de futbolista (“creo que el mensaje que manda la prensa cala mucho. Es un arma muy potente, pero la afición está con la selección. He decidido hacer esto -lo de irse en caso de malos resultados- por vosotros, para que si algo sale mal en el Mundial no critiquéis”), que no tiene buenas relaciones con cierto entorno de la Federación, y un carácter complicado, que puede determinar su salida por cuestiones extra futbolísticas.
El rumor instalado meses antes del Mundial de Qatar sobre la posible salida de Luis Enrique reaparece luego del caos que generó el despido de Julen Lopetegui (hoy entrenador del Sevilla, segundo en la liga española) cuando a horas de comenzar el torneo de Rusia 2018, el Real Madrid anunció que tras el Mundial se convertiría en su director técnico. Esa oficialización provocó el enojo de Rubiales, que acababa de ser elegido presidente de la RFEF, y que no dudó en despojarlo del cargo, reemplazándolo por el entonces director deportivo, Fernando Hierro, pero ya el golpe no pudo ser asimilado por el plantel español, señalado como uno de los posibles favoritos, pero que acabó siendo eliminado por los locales en los octavos de final.
Si Luis Enrique cuenta con el respaldo de Rubiales y de Molina, no ocurre lo mismo con dirigentes de la RFEF ligados a las “territoriales” (regionales), debido al complicado carácter del entrenador y a la indiferencia que sienten por su parte, sumado a que viene enfrentándose a algunos “pesos pesados” como Sergio Ramos o David De Gea.
Ramos, quien ahora arrastra una larga lesión que le impidió jugar casi toda la temporada en su nuevo club, el Paris Saint Germain (PSG), se sorprendió cuando no fue citado para integrar el plantel de la pasada Eurocopa y ya no forma parte del fijo de la selección española, mientras que en el entorno de Luis Enrique se dio a conocer que el arquero del Manchester United no tomó a bien la llamada en la que el entrenador le explicó los motivos por los que no fue convocado para los últimos amistosos ante Albania e Islandia, y parece haber perdido definitivamente la titularidad a manos de Unai Simón (Athletic de Bilbao).
Otro duro problema que tuvo que enfrentar Luis Enrique durante su ciclo como entrenador de la selección española fue su enfrentamiento con quien fuera su ayudante de campo, Robert Moreno, quien quedó a cargo del equipo cuando el ex director técnico del Barcelona tuvo que pedir una larga licencia para estar con su hija, luego fallecida.
Moreno dirigió al equipo español que se clasificó para la Eurocopa, y luego de conseguido el boleto, pretendió continuar en el torneo europeo pero en ese momento intentó regresar Luis Enrique, respaldado por la RFEF y calificó de “desleal” a su antiguo compañero desde sus primeros pasos por el Celta y luego por la Roma, y ya no aceptó que éste siguiera trabajando en su cuerpo técnico.
En el caso de que Luis Enrique se fuera de la selección española tras el Mundial, los dos principales candidatos que maneja la RFEF son el ex entrenador del Barcelona, Ernesto Valverde (58 años), quien también obtuvo varios títulos en el fútbol griego, y Marcelino García Toral (56), de gran campaña en los últimos años en el Valencia y actualmente en el Athletic de Bilbao, aunque también está en la mira del Atlético Madrid como futuro reemplazante de Diego Simeone.
En cambio, es una incógnita lo que pueda suceder con Josep Guardiola, quien ya manifestó que cuando termine su actual etapa en el Manchester City (donde juegan dos fijos de “La Roja” como Rodrigo Hernández y Aymeric Laporte, y hasta hace pocos meses, Ferrán Torres, ahora en el Barcelona), le gustaría dirigir a una selección. En la RFEF no están cerrados a la idea.
SEGUIR LEYENDO: