La carrera de Manu Ginóbili fue digna de una persona que generó un gran impacto en el deporte. Así lo hizo con la camiseta de la selección argentina y también durante las 16 temporadas que vistió la camiseta de los San Antonio Spurs. Más allá de sus cuatro títulos en la NBA, o de haber sido campeón olímpico en Atenas 2004, el legado del bahiense es mucho más significativo que los premios que cosechó en su carrera.
Por esa razón es que su nombre volvió a estar en primer plano en los últimos días luego de haber sido elegido para ingresar al Salón de la Fama del básquet, el lugar donde los más destacados de la disciplina tienen su espacio reservado para la eternidad. Ahora, mientras espera a la ceremonia que se realizará el próximo 9 de septiembre en Springfield, estado de Massachusetts, el histórico N° 20 de los Spurs habló de cómo vivió la elección y confirmó que otras dos leyendas de San Antonio serán sus tutores y quiénes lo acompañarán en el escenario cuando de su discurso.
“Mi tutor tiene que ser alguien que ya esté en el Salón de la Fama. Entonces será David Robinson o Tim Ducan. Con ellos tengo un lazo emocional, fueron compañeros”, dijo Manu.
Además, contó que lo motivó a jugar pasados los 40 años en la mejor liga del mundo. “El hecho de jugar prácticamente hasta los 41 hizo que no me quedara nada en el tanque. Dejé todo. Yo ya desde las finales del 2013 venía barajando la oportunidad (de retirarse). Y jugué cuatro o cinco temporadas más. Para mí había sido muy duro (la derrota en las finales contra Miami) y empecé a considerarlo internamente. Me fui preparando mientras sucedía. Eso hizo que la transición fuera sencilla y recontra placentera”, dijo en diálogo con NBA Latam.
“No hubo un momento en que dijera ‘Cómo me gustaría estar ahí’. Me encanta verlo, aprecio lo que deben estar sintiendo los jugadores en ese momento, pero yo de acá, lo miro desde este lado con un tecito y listo para irme a la cama cuando termina”, agregó en relación a cuando le toca ver los partidos de San Antonio en la actualidad.
Las mejores frases de Manu Ginóbili
Las repercusiones de ser elegido para el Salón de la Fama: “El lunes anterior fue el día del llamado, yo no sabía que se iba a filtrar. Me dijeron que el anuncio se hacía el sábado. Un día estaba viendo el entrenamiento de mis hijos y veo en el teléfono que algo pasó. Se había filtrado. De entrada fue responder, decir muchas gracias. Es lindo saber que la gente se alegra, que algunos hasta se emocionan por algo que te pasa a vos”.
La reacción de su familia y de sus hijos: “Los que me conocen bien bien, ni me llamaron. Después, ex compañeros, o entrenadores. Alguna persona importante que no conocías y ahí es donde uno lo valora. No soy de emocionarme en estos momentos. Tal vez en el momento del speech (discurso) surge algo. A fines de agosto me voy a sentar a escribirlo. Y mis hijos, felices porque vamos a Nueva York… Porque cuando fue lo de Tim (Duncan), estuvimos ahí cerquita. Pero no vamos a ir ahí, es en otro lado, pero ellos están en otra. Pero, obviamente, sacan pecho. Pero no se van a emocionar”.
Su función en los Spurs: “La función se llama special advisor of basketball operations. Así que estoy bajo su ala (la de Popovich), la dirigencia, pero también cercano a los jugadores como un nexo. Voy a la cancha, estoy en el vestuario. En un viaje reciente a San Francisco y Portland estuve para ir viendo un poco más”.
La definición de su carrera: “Mi carrera fue muy privilegiada, de estar en un lugar así (San Antonio) con personas que valoraban y me valoraban. Al mismo tiempo tuve la fortuna indescriptible de tener lo mismo en paralelo con la Selección. Es algo muy atípico. Aprecio muchísimo todo lo que pasó, desde las grandes victorias como un oro olímpico hasta las que me partieron el corazón”.
Su vida después del retiro: “Pensé que me iba a costar más, que iba a extrañar más la adrenalina de la competencia y la verdad es que no. No me imagino cómo lo hacía, estar bajo esa presión constante. Durante o fuera de la temporada. El cuerpo, de estar siempre rehabilitando, la movilidad, viendo cómo duermo… Es agotador. De pensarlo me agoto. Y cuatro años sin casi tocar una cancha de básquet, vengo, miro. No tiro series ni juego partidos. La pasé genial y era lo que yo tenía en mis genes, pero ya lo hice. Ahora tengo otras prioridades”.
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