Teófilo González Muñoz, ha sido ampliamente reconocido por su destacado paso en el humorismo mexicano. Sus chistes marcaron un parteaguas en la época dorada donde los mejores comediantes se presentaban en teatros y foros de televisión para presentar sus shows. A pesar del éxito, Teo González pudo haber conocido la fama gracias a otra profesión, pues llegó a ser el segundo portero del Club León en la década de los 80.
“Nunca pensé dedicarme a esto, yo quería ser futbolista profesional”, contó en una entrevista con Gustavo Adolfo Infante. Y es que la chispa que lo llevó a ser famoso por sus chistes no era la única cualidad con la que contó desde su infancia. En sus primeros años de vida descubrió el talento bajo los tres palos que lo llevó a disputar partidos como futbolista profesional.
El futbol lo llevó a abandonar su lugar de origen de manera provisional. Gracias a una oportunidad con el Córdoba FC, de la tercera división, tuvo la necesidad de mudarse desde León, Guanajuato, hasta el estado de Veracruz. Aunque realizó una pretemporada con el equipo, no logró quedarse en la plantilla por lo que probó la misma suerte en el Estado de México con los Diablos Rojos de Toluca.
No fue sino hasta que regresó a su estado natal donde su talento en el balompié le hizo justicia. El destacado arquero logró superar las pruebas y se integró al equipo de los Cachorros, filial de los panzas verdes en la segunda división. Más tarde se dio a notar entre los entrenadores del primer equipo y logró dar el salto al máximo circuito con el Club León, donde se consolidó como segundo guardameta.
De acuerdo con sus declaraciones, fueron tres años los que intentó hacerse del puesto titular a la sombra de Victor Aguado. En el lapso compartió el vestidor con el máximo goleador del futbol mexicano Evanivaldo Castro Silva Cabinho, así como otros jugadores de la época como Lupe Díaz y Eusebio, quien llegó jugó en el mismo terreno de juego que el mítico Pelé.
Si bien no logró debutar en la Primera División, confesó haber disfrutado su paso por la portería. “Tuve preparadores como Darío Miranda, conocido como la Pantera Rosa, que también fue portero del León en los años 70. Fue mi entrenador durante los tres años. Es un trabajo que a mí me encantaba, lo gozaba. Como fue mi sueño toda la vida para mí no era pesado”, declaró.
Aunque en el rol jerárquico, él era el segundo en el orden, Alejandro López, quien a la postre se convirtió en campeón con los Esmeraldas, le ganó en la carrera por realizar el ansiado debut. Al principio entabló una discusión con la directiva del equipo para reclamar la decisión, pero declaró que “después entiendes muchas cosas que hay en el futbol. Me quedé con las ganas de debutar en Primera División”, en una charla con Franco Escamilla.
La negativa a realizar su debut en su faceta como futbolista no resultó tan trágica como pensó. A la par que se desempeñó como segundo portero de los Esmeraldas, cultivó el otro talento con el que cargó desde niño, es decir, el de contar chistes, mismo que le comenzó a generar ganancias económicas.
“A la par de jugar futbol hacía comedia en bares y cafés cantantes para ganar una lana. De hecho yo ganaba más dinero como comediante que como portero de futbol. Gracias a Dios ya son 38 los años como comediante y el futbol lo llevo en la sangre”, relató ante el afamado standupero.
Su paso por el León quedó marcado, incluso, en la memoria del club. Cuando padeció un infarto que lo llevó a ser intervenido quirúrgicamente en octubre de 2021, el equipo emitió un mensaje de apoyo con una fotografía suya de la década de los 80 cuando soñaba con seguir los pasos de Antonio La Tota Carbajal.
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