Durante la madrugada del 19 de marzo en París, el ex rugbier argentino Federico Martín Aramburu fue asesinado luego de haber protagonizado una disputa en un bar de la zona céntrica de la capital francesa. Por el crimen ya hay tres detenidos, uno de ellos Loïk Le Priol, un hombre de 27 años acusado de ser el autor material. Ahora, por primera vez, un testigo dio detalles de lo que ocurrió aquella noche.
El portal de noticias galo L’Equipe publicó una entrevista a un sujeto, cuya identidad se mantuvo en secreto, que presenció un hecho ocurrido poco antes de que se ejecutaran los disparos contra el ex jugador de Los Pumas. Vale recordar que Aramburu se encontraba en el bar Le Mabillon con su amigo Shaun Hegarty, ex compañero de equipo en el Biarritz Olympique y actualmente su socio en la empresa de viajes Esprit Basque, cuando tuvo un entredicho con dos hombres: Loïk Le Priol y Romain Bouvier, ambos arrestados por la Policía días más tarde. Aquel conflicto hizo que la seguridad del local echara a los franceses y tiempo después, cuando el argentino y su socio abandonaron el lugar, se los reencontraron en la vía pública.
En ese momento, el testigo estaba durmiendo en su habitación, a metros del lugar, y fue despertado por los gritos que provenían de la calle: “Mi primer instinto es ir a ver. Eran aproximadamente las 5:55 a.m., lo que fue corroborado por imágenes de las cámaras de seguridad. El clímax de la pelea es difícil de describir pero escucho a un hombre, a quien identifico hoy como Le Priol, gritando. Pero gritando de verdad, insultando y siempre en dirección a una misma persona, que en ese momento no sabía quién era. A pesar de la hora, había mucha gente asomada en las ventanas, lo que da testimonio de la violencia de la escena”.
“Esta escena duró solo unos segundos. Aramburu cae al suelo por muy poco tiempo. La intervención de los chicos del bar de abajo es inmediata”, describió al señalar la muy buena labor de los hombres de seguridad de Le Mabillon, quienes lograron terminar con la trifulca y dispersar a los violentos. En este punto, el testigo hizo una aclaración clave al describir dos actitudes completamente distintas entre los dos franceses y el ex deportista argentino: “Vi a Aramburu en el suelo y recuerdo haber pensado que se lo tomaba jodidamente bien. Él se puso de pie. Simplemente lo jodieron y ni siquiera está tratando de devolver el golpe”.
Por su parte, Le Priol estaba enfurecido: “Intenta volver allí, sigue gritando insultos pero se lo impide alguien a quien no he identificado. Estoy seguro de que si hubiera podido regresar, lo habría hecho. Creo que si hubiera podido matarlo con sus puños, lo habría matado con sus puños. Estaba gritando ‘¡Tu madre puta!’. Lo que me pareció una locura fue el contraste entre las actitudes”.
El testigo se sorprendió porque hasta el día de hoy no se ha hecho hincapié en este enfrentamiento en las puertas del bar. Hasta el momento, los testigos que han hablando con la prensa han mencionado el entredicho dentro del edificio que se inició por un cigarrillo y luego el momento de los disparos efectuados desde un Jeep conducido por una mujer. Este aporte suma un nuevo encuentro entre Aramburu y sus asesinos. “Nadie habla de esta pelea, fue corta pero muy violenta”. Incluso, desde su lugar logró ver que el ex Puma “tenía la cara realmente hinchada”, por lo que había recibido un golpe fuerte en el rostro. “Es muy subjetivo pero ahora que conozco el perfil de los protagonistas, creo que fueron tras Aramburu porque Hegarty los asustó demasiado. ¡Es un armario!”.
En este sentido, insistió en que la actitud del argentino y su socio nunca fue violenta: “Aramburu fue atacado pero nunca devolvió los golpes. Él estaba firme. Él y Shaun debieron decirse a sí mismos: ‘Nos encontramos con dos imbéciles, tienen veinte años, están borrachos, les debe haber pasado 20 veces en la vida, ‘Vamos, vamos, vamos. ¡de vuelta al hotel!’“, y remarcó: “Aramburu no quería pelear. Claro que no...”.
Para ese momento, Le Priol y Bouvier ya habían sido separados del lugar y empujados hacia la calle, pero Le Priol tuvo un gesto más que le llamó la atención al testigo: “Allí, recuerdo haber visto a un tipo (Le Priol) tratando de sacar algo de su bolsillo varias veces. Quería gritar, no lo hice. Me dije a mí mismo ‘Me van a tomar por un psicópata’. Me dije a mí mismo ‘En el peor de los casos es un cuchillo’. Peleas, he visto algunas, pero esta era rara, era la primera vez que tenía la sensación de que podía ir más allá”. Vale recordar que algunos de los clientes del bar declararon ante los medios horas después del crimen que Le Priol llevaba algo en su bolsillo que algunos identificaron como una placa de Policía.
Poco después, el volumen de las voces bajó y la trifulca parecía haber terminado. Allí es cuando divisó a una mujer, la otra detenida por las autoridades, y el Jeep que los tres usarían más tarde, pero no prestó mayor atención a ese detalle. El testigo volvió a su cama para continuar durmiendo, ya que observó a todos alejarse de la escena y pensó que la violencia había acabado.
“Miro mi teléfono. Cierro los ojos, no tengo tiempo ni para hacer esto (imita el gesto de envolverse en su sábana) que suenan seis tiros. Escucho seis, muy cerca. Analizo en tres segundos en mi cabeza: son disparos, son fuegos artificiales, ¡no, probablemente sea lo que tenía en el bolsillo!”. Tras destaparse, se asomó por la ventana y solo vio a algunas personas corriendo hacia el lugar en el que habían sonado los disparos, entonces llamó a la Policía para denunciar lo que había visto.
Cuando se apersonó al lugar, los equipos médicos ya estaban trabajando sobre el cuerpo de Aramburu: “Es como una escena de película, pero no es una película. Estoy estupefacto, no siento mucho, no lloro”. Más tarde, cerca del mediodía, aportó su testimonio a las autoridades y tuvo la oportunidad de cruzarse con Shaun Hegarty, el socio del rugbier argentino: “Se quedó en silencio, lo cual es completamente normal. Tenía un litro de agua, su batería al 1%, y su teléfono sonaba cada tres segundos. El nombre ‘María’ a menudo se destacaba. Rápidamente entiendo que ella es la esposa de Aramburu. Fumamos un cigarrillo juntos, no intercambiamos una palabra”.
Hubo tres arrestos vinculados a la causa, una joven llamada Lison, de 24 años, quien manejaba el Jeep desde donde fueron efectuados los disapros; Romain Bouvier, un hombre de 30 años que forma parte de un sindicato de estudiantes de extrema derecha francés; y Loïk Le Priol, acusado de ser el autor principal del crimen.
Le Priol, de 27 años, fue detenido 72 horas después del asesinato en la ciudad fronteriza de Záhony, en un sector donde se cruzan los límites de Hungría, Eslovaquia y Ucrania. “El extranjero le dijo a la policía que tenía entrenamiento militar y que habría ido a Ucrania a pelear”, le aseguró al medio francés RMC Sports la Policía húngara, que le incautó tres cuchillos en su vehículo. El ex militar y miembro de un movimiento de extrema derecha llamado GUD es conocido por su radicalidad y su violencia, pertenece a movimientos de ultraderecha y debía comparecer ante un tribunal en junio por “violencia agravada” contra un miembro del GUD.
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