Trampas, polémicas y las cábalas más alocadas de Bilardo: los secretos de la volcánica final de Libertadores que Boca le ganó a Deportivo Cali

Ángel Torres, ídolo del conjunto colombiano, evoca aquel cruce de 1978 en el umbral del debut en el torneo de ambos equipos, que se vuelven a cruzar por el Grupo E de la competencia

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Torres, en sus épocas de
Torres, en sus épocas de futbolista. Bilardo también lo llevó a la selección de Colombia

Boca Juniors arranca el camino en la Copa Libertadores 2022 con el fin de cumplir el sueño de ganar la séptima estrella. Comparte el Grupo E junto con Corinthians, Always Ready y Deportivo Cali, un rival que le trae buenos recuerdos.

Resulta que en 1978, el Xeneize y El Glorioso dirimieron aquella histórica final del torneo continental que tuvo de todo: un empate en 0, la revancha con una lluvia de goles, las cábalas de Carlos Bilardo y Juan Carlos Toto Lorenzo, y también muchas situaciones polémicas.

La ida se desarrolló en el Estadio Pascual Guerrero, en Cali, y terminó sin goles. La revancha se jugó un mes después por pedido de Boca, y en la Bombonera “ocurrieron cosas que ignoraba el periodismo, los hinchas, y muchas veces hasta nosotros como jugadores”, según recordó Ángel María Torres, ex delantero de El Decano, y participé de ambos encuentros.

“No pudimos descansar la noche anterior en Buenos Aires. Hubo mucha bulla fuera del hotel porque los hinchas de Boca hicieron lío a propósito y no nos dejaron dormir”, confesó “El Ñato”, que es el tercer máximo goleador en la historia del club con 118 tantos.

No obstante, el por entonces futbolista del conjunto verdiblanco contó detalles sobre lo que sucedía en el vestuario local antes de la revancha: “Cuando llegamos a La Bombonera nos tiraron un petardo que explotó en el medio del camarín y tuvimos miedo. Bilardo nos dijo que iba a pedir la suspensión del partido, pero al final no lo hizo. Fuimos maltratados en Argentina. El Xeneize intentó a cualquier costo ser campeón de la Libertadores”, deslizó.

Finalmente, Boca ganó 4 a 0, gracias al doblete de Hugo Perotti y los tantos de Ernesto Mastrángelo y Carlos Salinas, y levantó su segunda Libertadores de manera consecutiva sobre el verde césped, aunque según denuncia El Ñato Torres, el local utilizó métodos controvertidos para sacar ventajas en los sectores claves de La Bombonera.

“Los carabineros argentinos nos tiraban los perros para evitar que pateáramos los tiros de esquinas libremente. Me los ponían cerca para que me ladraran y me agredieran. Yo tuve miedo porque casi me muerde un perro. Fue una de las razones que hicieron que fuera anormal aquella final”, detalló en un mano a mano con Infobae.

-Ángel, ¿qué es de su vida?

-Estoy alejado del fútbol desde el 2012. Hasta hace poco tiempo trabajé en las divisiones inferiores de Deportivo Cali y a la par me desempeñaba como empleado en una escribanía, porque nosotros como futbolistas ganábamos bien, para vivir bien, pero no para ahorrar.

-Hizo casi toda su carrera en Deportivo Cali. Se convirtió en el máximo ídolo de la institución. ¿Qué se siente ser muy querido en ese club?

-Es muy satisfactorio para uno que lo recuerden después de todo lo vivido en esa institución. Ahora me llaman más que cuando jugaba, son las paradojas del fútbol. Viví muchas alegrías en 1974, cuando salimos campeones, y en 1978, que terminamos siendo subcampeones de la Copa Libertadores de ese año, tras perder la final con Boca. Fuimos el primer equipo colombiano en disputar una final. Además, en 1980 estuvimos con el profesor Carlos Salvador Bilardo en las Eliminatorias para el Mundial de España 82. El argentino fue el entrenador de la selección Mayor de Colombia.

-¿Qué recuerda de Bilardo como director técnico de Deportivo Cali en la temporada 1977/78?

-Aquí lo recuerdan y lo quieren mucho. Carlos estaba un paso adelante que el resto de sus colegas, en base a las estrategias que planteaba y la táctica que empleaba para sus dirigidos. Era muy trabajador y no dejaba nada librado al azar. Todo lo que él decía, sucedía. Por ese motivo, fue un adelantado en el fútbol colombiano. Todo lo desmenuzaba y era muy minucioso en las indicaciones que daba. Muy detallista.

-¿Cómo era el trabajo que Carlos llevaba a cabo?

-Era muy repetitivo durante los entrenamientos para no caer en los mismos errores. No se cansaba de hacer lo mismo todo el tiempo para que saliera bien una jugada preparada. Recalcaba todo el tiempo los errores que cometíamos para que no volviera a pasar. Remarcaba mucho lo que pretendía de nuestro juego. Fíjate que trabajando de esa manera marcó historia en el fútbol colombiano, ya que gracias a él llegamos a disputar por primera vez una final de Libertadores.

-¿Qué cábalas tenía Bilardo?

-Una de ellas fue subir a una persona cualquiera al bus camino al estadio para que nos acompañara, previo a los partidos, y sí ese día ganábamos conseguía que viajase en los siguientes encuentros como cábala. Ahora, sí se perdía, ese hincha no se podía acercar nunca más al profesor, porque para Carlos era mufa.

-¿Era una persona allegada al plantel?

-Un hincha normal que a veces conversaba con él. Cuando íbamos a jugar lo subía al bus para que nos acompañara. Si ganábamos, se quedaba todo el año con nosotros. En cambio, sí perdíamos no conversaba más con el simpatizante. Y sucedió. Antes de jugar la final con Boca por la Copa Libertadores en 1978, el hincha viajó con nosotros a Buenos Aires y estuvo con el plantel de Cali. Cuando perdimos en la Bombonera por 4 a 0 no volvió más, desapareció.

-¿Es cierto que era muy cabulero con la ropa que usaba también?

-Sí, estuvo todo el año con una sola muda de ropa. Siempre salía igual a dirigir los partidos con unos mocasines negros, un jean azul y una camisa del mismo color. Los dos años estuvo con la misma ropa, te juró no se la cambió. Me regaló todo el conjunto y los zapatos cuando le ganamos 1 a 0 a Atlético Nacional sobre la hora con un gol olímpico mío y clasificamos a la Libertadores del 79.

-¿Qué hizo con esa ropa?

-Los zapatos estaban rotos, el pantalón y la camisa, toda desteñida. Guardé todo cinco años, no lo usé y luego lo boté. Me lo regaló y lo conservé como un regalo del profesor. Después de aquel partido, en el vestuario se sacó la ropa y me la dio como premio.

-¿Por qué lo premió?

-Por haber marcado ese gol olímpico que nos permitió disputar la Libertadores 79 y haber sido subcampeón del torneo local.

-¿Qué tenía ese equipo que comandaba Bilardo que llegó a disputar la final con Boca?

-Era un gran equipo e hicimos que nos respetaran en todas las canchas. El profe era muy obsesivo y sabía todo de los rivales, los estudiaba por completo. Era muy dedicado al fútbol. No era puro azar, se interiorizaba sobre todo. Además, teníamos muy buenos jugadores, con niveles muy altos. Fíjate que luego la mayoría de los jugadores de Deportivo Cali fueron parte de la selección Colombia que dirigió Carlos. También recuerdo que a los suplentes que no sumaban minutos en el partido, Carlos los hacía entrenar por la noche.

El ex delantero, en la
El ex delantero, en la actualidad. Hoy alejado del fútbol, tras haber trabajado en la formación de jugadores

-¿Adónde los llevaba?

-Después del partido se quedaban en el estadio entrenando como dos horas y nosotros esperando en el bus a que terminaran. El entrenamiento duraba el tiempo de un partido con la idea de que tuvieran la misma cantidad de minutos. Luego, nos íbamos a la concentración. Durante los dos años que nos dirigió Carlos, si estuvimos dos meses en nuestra casa es mucho porque aunque no jugáramos, concentrábamos igual. Sí jugábamos los domingos, concentrábamos desde el viernes. Sí nos tocaba un encuentro entre semana concentrábamos todos los días porque el fin de semana posterior también había competencia.

-¿Los liberaba en algún momento?

-De pronto el domingo nos dejaba salir a la noche, pero debíamos volver a la concentración. Podíamos ver a nuestra familia un par de horas, pero con la condición de regresar al hotel. Hubo compañeros a los que llamó para controlarlos durante esos momentos de libertad para chequear si fueron a visitar a sus familiares. Supe que, también, se comunicó con varios de mis ex compañeros para remarcarles los errores que cometían para que no les volviera a pasar.

-¿Tenían salidas permitidas con Carlos durante las concentraciones?

-No, solamente nos dejaba ir al cine, pero no más que eso. No estaba permitido irse de copas porque era una falta de disciplina. Cuando íbamos a ver películas venía con nosotros o mandaba a su preparador físico, Julio Coscia, para hacernos marca personal (risas).

-Los vigilaba para saber lo que hacían…

-Disimuladamente sí, nos vigilaba, aunque hubo varios ex compañeros que se la hicieron al profe, a pesar de que era muy estricto, ¿no? Se escapaban de la concentración cuando estábamos acostados y se iban a hacer su fechoría, a visitar a alguna chica. Carlos no se daba cuenta porque él no revisaba las habitaciones, pero sí mandaba a su ayudante de campo, Eduardo Manera, o al kinesiólogo, para que echaran una miradita y le comentaran.

-¿Qué recuerda de aquella primera final de Copa Libertadores de local?

-Estuvimos cerca de ganarle fácil el partido a Boca, pero lamentablemente los delanteros no pudimos convertir, erramos varias oportunidades, por eso terminó 0 a 0. En la revancha en la Bombonera nos pasaron por encima, porque veníamos de jugar el octogonal del torneo colombiano.

-¿Por qué la revancha se jugó un mes después?

-No nos dijeron. Sabíamos que Boca había pedido aplazar la revancha un mes y como la AFA tiene mucha más injerencia que la Federación colombiana en la Conmebol, fuimos perjudicados. Entonces, se cambió el calendario y, al jugarse 30 días después, ellos se recuperaron bien físicamente y nosotros seguíamos compitiendo, de esta manera llegamos reventados al partido decisivo. Sí hubiéramos jugado a los 8 días hubiésemos hecho una mejor performance.

-¿Qué tenía ese equipo que llegó a disputar la final de la Copa?

-Era un grupo muy unido y todos tirábamos para el mismo lado. Entonces, jugábamos de la misma manera de local y visitante. Nos tenían respeto en el exterior porque salíamos a ganar todos los partidos y no a defendernos. Ese equipo que comandaba Bilardo es el que más recuerda la afición del Deportivo Cali, con la delantera Benítez- Scotta y yo. Hasta 1986 el Cali tuvo grandes equipos. Luego, fue todo diferente.

-¿Es cierto que en la ida Bilardo les pedía a sus jugadores echarles Vick VapoRub a los rivales?

-No lo dijo literal, pero de pronto había un ex jugador, Fernando el Pecoso Castro, quien le copió todas las mañas cuando se transformó en entrenador. Cuando jugamos contra Boca en el Pascual Guerrero en aquella primera final, el Pecoso le untó Vick Vaporub a Ernesto Mastrangelo en sus ojos y lo dejó ciego durante el partido.

-¿Fue durante un tiro de esquina?

-Sí, de local. El Pecoso se untó los dedos y se los pasó por la cara al delantero xeneize. Había un pote al lado del arco. Fue, lo agarró y le puso antes de la ejecución del tiro de esquina. Castro había escuchado que en Estudiantes hacían eso y, de pronto, él lo cogió como alumno adelantado y lo llevó a cabo.

-¿Cómo pasaron la noche previa a la revancha?

-No pudimos descansar la noche anterior en Buenos Aires. Hubo mucha bulla fuera del hotel porque los hinchas de Boca hicieron lío a propósito y no nos dejaron dormir bien. Luego, cuando llegamos al estadio nos tiraron un petardo que explotó en el medio del camarín y tuvimos mucho miedo. Bilardo nos dijo que pudo haber cambiado la situación e iba a pedir la suspensión del partido, pero al final no lo hizo. Fuimos maltratados en Argentina. El Xeneize intentó a toda costa ser campeón de la Libertadores, fuera como fuera.

-Tampoco había control antidoping…

-No hubo nada. No había control de nada. No te puedo decir si los de Boca tomaron algo para jugar el partido, sí creo que fue todo muy raro. Otra cosa extraña fue que tanto yo como Cococho, uno de mis ex compañeros, cuando tirábamos los tiros de esquina a pierna cambiada, los policías que estaban cerca nos echaban los perros para amedrentarnos.

-¿Cómo es eso?

-Sí, los carabineros argentinos nos tiraban los perros para evitar que pateáramos los tiros de esquinas libremente. Me los ponían cerca para que me ladraran y me agredieran. Yo tenía miedo porque casi un perro me muerde. Fue una de las razones que hizo que fuera anormal aquella final. Pero en sí durante el juego nos pasaron por encima, nos ganaron bien 4 a 0, nada más que decir desde el resultado. Pudimos salir bien de La Bombonera porque Boca fue campeón y no había motivo para recibir agresiones.

"Ese equipo de Deportivo Cali
"Ese equipo de Deportivo Cali hizo historia", recuerda con nostalgia

-¿La final del 78 fue la más importante en la vida de Deportivo Cali?

-Sí, porque estuvimos cerca de ser campeones, nos faltó muy poco. Por primera vez, un equipo colombiano llegaba a una final en una copa internacional. No solo para Cali, sino para todo el país. Contra Boca jugamos cuatro encuentros: dos en 1977 y los otros en 1978. Hubo uno que en la Bombonera empatamos 1 a 1.

-También fue dirigido por Bilardo en la selección Colombia durante las Eliminatorias para el Mundial de 1982

-Sí. Él asumió en 1980 y nos llevó a varios de los que estábamos en Deportivo Cali, porque era el equipo sensación y la base del seleccionado. Ahora es Nacional de Medellín más los que juegan en Europa. En el seleccionado nos tocó perder con Uruguay, con Perú en Lima, y con Paraguay íbamos ganando y terminamos perdiendo 3 a 2. Entonces no se clasificó para España 82.

-¿Qué análisis hace previo al duelo entre Deportivo Cali y Boca de esta noche?

-Son dos equipos diferentes. El Cali está pasando por el peor momento de su historia. Nunca había perdido tres partidos consecutivos y arrastra una racha negativa. De los últimos cuatro partidos, empató uno y perdió tres, nunca se había visto eso. Boca tampoco está jugando bien, pero es un equipo respetable, porque los argentinos son de sobreponerse a todas las adversidades, son como los uruguayos y los paraguayos, que no dan un pelota por perdida.

-¿Le duele observar el momento que atraviesa la selección del Colombia?

-Sí, porque tiene muy buenos jugadores y desgraciadamente no clasificó a Qatar 2022. Hay jugadores que están destacándose en Europa, pero vienen acá y no rinden. Estuvimos siete partidos sin convertir y eso mata a cualquier equipo. El choque definitivo fue contra Perú y se perdió, ahí estaba la clasificación. Lamentablemente, la cuerda siempre se rompe por lo más fácil y Reinaldo Rueda dejó su cargo, pero que no se hagan goles no es culpa del técnico. Para sucederlo, me gusta Marcelo Bielsa o Carlos Gamero, el director técnico de Millonarios. También, suena Marcelo Gallardo, los dos argentinos están en la puja para llegar a la selección de Colombia y ambos son del gusto de los colombianos.

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