La competencia ya está en marcha. La Fórmula 1 comenzó a tomar forma y los pilotos empezaron a dar sus primeras sensaciones acerca de las nuevas tecnologías que están implementando en sus vehículos después del nuevo reglamento que presentó la FIA.
Con estos cambios, los vehículos se vieron modificados en un 80% en lo que respecta a su aerodinámica. La principal novedad es el retorno del denominado “efecto suelo”, que permite que un coche viaje pegado al piso, tenga una mejor entrada y salida de aire y gane velocidad, sin embargo, es allí donde radica el problema para los conductores.
Cuando los protagonistas pisan el acelerador en una recta, alcanzando los 300 km/h, y luego frenan para tomar una curva se produce en el vehículo lo que se denomina como “porpoising” o “rebote” que impacta directamente en los pilotos y su salud, reconoció Sergio Checo Pérez públicamente.
“Llegas a 300 km/h, que es cuando sale el tema y con estos problemas puedes llegar hasta a perder la visión en la frenada o no poder ubicar bien el coche. Es un tema complicado sobre todo en las carreras, si vas sin DRS que es cuando más se nota en el coche, hay momentos que se hace inconducible”, destacó el mexicano.
El corredor de Red Bull no fue el único que se pronunció sobre ello y se unió a una lista de colegas como Fernando Alonso y Ocon (Alpibne) o Carlos Sainz y Leclerc (Ferrar), que consideran que se tiene que hacer algo para modificar este punto.
Al parecer, ni las propias escuderías ni la FIA se habrían dado cuenta de este inconveniente ya que es un fenómeno que se produce cuando el monoplaza alcanza o supera los 300 km/h. En las pruebas en el túnel de viento, las velocidades suelen estar limitadas a 250.
La agencia Europa Press decidió preguntarle a un experto neurocirujano sobre las consecuencias que podría tener el piloto en su físico, teniendo en cuenta que ese rebote podría afectar tanto a la columna cervical y la cabeza. “Lo que es seguro es que los pilotos tendrán que seguir entrenando con intensidad su musculatura cervical”, reconoció el profesional Pablo Clavel.
“Por este tipo de movimientos de la cabeza rebotando de manera repetitiva podrían dar lugar a lesiones ligamentosas o discales cervicales con el tiempo”, sentenció con respecto a este “efecto rebote” por el que los equipos ya se pusieron manos a la obra para reducirlo al máximo.
Cabe destacar que los expertos de La Máxima aseguraron que en un período de cinco carreras habrán solucionado el inconveniente.
SEGUIR LEYENDO