La selección italiana volvió a quedar eliminada de un Mundial y estará al menos doce años sin participar de la máxima cita futbolística. El ex atacante Bruno Giordano, que integrara aquella delantera “Mágica” (Por Maradona, Giordano y Careca) que marcó una época en el Nápoli en los años ochenta, y que vistió la camiseta del equipo nacional en 58 ocasiones (con 35 goles) dialogó en exclusiva con Infobae sobre la crisis de los “azzurri”, y lo que cree que debería ocurrir en el futuro.
—¿Qué cree usted que ocurre para que la selección italiana vuelva a quedarse afuera de la fase final de un Mundial?
—Es realmente lamentable, pero si yo le digo que fue una sorpresa, le mentiría.
—¿Por qué me dice esto?
—Porque creo que es algo que se veía venir.
—Pero Italia acaba de ganar una Eurocopa en Londres ante Inglaterra, y eso no fue hace un año, siquiera.
—Fue un oasis, algo que se pudo dar en un mes, cosas que ocurren por lo imprevisible del fútbol y porque el entrenador Roberto Mancini logró ensamblar las piezas y todo ocurrió de una manera especial, pero luego las cosas volvieron a una triste normalidad.
—¿A qué se refiere? ¿Podría ser más específico, por favor?
—El fútbol local italiano está siendo descuidado desde hace mucho tiempo. Solamente un treinta por ciento de los jugadores de la liga son italianos. El resto, es todo extranjero. Yo entiendo que haya que traer figuras. Eso ya pasaba en los ochenta, cuando Italia era La Meca del fútbol mundial, pero ahora, se exagera con traer jugadores de afuera que reemplacen a los nuestros y fuimos perdiendo identidad.
—¿Usted se refiere a la Ley Bosman de 1995?
—Un poco sí, pero no es todo esa ley, que a Italia la perjudicó muchísimo porque ahora todo jugador con pasaporte de la Comunidad Europea puede jugar en cualquier equipo de esta zona, y eso hace que se busquen muchos extranjeros, y a eso súmeles los extra comunitarios, aunque haya cupos para eso. Pero también se vende mucho humo…
—¿Mucho humo? ¿Quiénes?
—Muchos entrenadores que van a los medios, mueven fichas, escriben en pizarrones, hablan muy lindo pero es todo teoría. Todo es sistema táctico, movimientos de un lado para el otro, pero técnicamente dejan mucho que desear. A la hora de la verdad, no demuestran en la cancha todo eso que aparentemente saben. Eso le está haciendo un gran daño al fútbol italiano y no desde ahora.
—¿Desde cuándo cree usted que viene el problema?
—Por lo menos, desde que se ganó el último título mundial en Alemania 2006. Luego de eso, fíjese que Italia ya no figuró más en la élite desde Sudáfrica 2010. No pasó de la primera ronda ni allí ni en Brasil 2014 y no fue a Rusia 2018 y no va a ir a Qatar 2022 tampoco. O sea que serán, en el caso más positivo que sería regresar en 2026, veinte años alejados de la élite del fútbol cuando se trata de una selección con cuatro títulos mundiales y con un gran protagonismo en la historia de la competencia. Y si toma a los clubes, desde que la Juventus ganó la Champions League en 1996 hasta ahora, son 26 años con apenas tres copas de Europa.
—Pareció en la Eurocopa del año pasado, que la selección italiana estaba intentando cambiar hacia un juego más creativo, algo que ya pasa con algunos de sus equipos como el Sassuolo, el Atalanta de Gasperini, la Fiorentina. ¿No es bueno salir, por fin, del “Catenaccio” (Cerrojo) del pasado, que caracterizaba a los equipos italianos, con un juego efectivo pero mezquino para el espectáculo?
—Mire, le voy a decir algo, y eso que fui delantero: ¡Ojalá volviese, aunque sea, el Catenaccio! ¡Pero ni defender saben por culpa de estos entrenadores teóricos que en la práctica no pueden plasmar todo lo que hablan!
—¿Usted dice que un entrenador como Marcello Lippi , que sacó campeona del mundo a Italia en 2006, o a la Juventus de Europa en 996, no dejó discípulos?
—No creo…aquella generación de los Lippi, los Fabio Capello, hoy no está. Los pocos que siguen esa línea, Carlo Ancelotti (ahora en el Real Madrid) o Massimiliano Allegri (Juventus) son resistidos, se busca gente que endulce su discurso, que venda en los medios.
—¿Y Mancini, el actual entrenador de la selección italiana? Porque tuvo un éxito resonante en 2021, como ganar la Eurocopa, y un fracaso muy grande ahora, al no clasificarse al Mundial…
—Yo creo que Mancini debe continuar. Hizo un buen trabajo para la Eurocopa y demostró que se puede encontrar una manera de jugar, pero me imagino que para él será difícil seguir con las presiones que habrá. Tengo mis dudas de que tenga la posibilidad de un trabajo continuado.
—¿Y entonces? ¿Quién puede ser el director técnico de la selección italiana en la próxima etapa?
—Fabio Cannavaro. Él fue clave cuando se ganó el Mundial 2006, es una gran figura que ganó el Balón de Oro, es respetado por todos. Acaso sea una figura aglutinante que permita que lo dejen trabajar tranquilo, pero si no se profundiza en la técnica y en mejorar la situación de los jugadores italianos y de los entrenadores en la Serie A, vamos a seguir sufriendo como sucede ahora.
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