El proceso de investigación del crimen del ex jugador de la selección argentina de rugby, Federico Martín Aramburu, no se detiene y en las últimas horas se produjeron grandes novedades en el caso que lleva adelante la justicia de Francia. Además de las declaraciones de Lison, la mujer acusada de conducir el jeep desde donde dispararon al ex Puma, y la detención de Loïk Le Priol, un activista de ultraderecha, ahora fue capturado Romain B., el último sospechoso del asesinato del deportista albiceleste.
Según le confiaron fuentes cercanas del caso a AFP, el hombre fue encontrado por el BRI (Brigada de Investigación e Intervención) de Nantes en el departamento francés de Sarthe (al oeste del país) poco después de que la policía de Hungría confirmara la detención en la frontera con Ucrania del otro principal sospechoso. En las primeras pericias el tercer cómplice había sido descripto como “un hombre de unos 30 años, corpulento, casi calvo y con barba negra”.
Mediapart informa que los dos hombres frecuentaron durante varios años una pandilla que reunía a activistas del Frente Nacional de la Juventud y la GUD (Grupo de Defensa de la Unión), un sindicato de estudiantes de extrema derecha francés. Vale destacar que ambos debían comparecer ante los tribunales en junio por otra causa en la que están procesados por “violencia agravada”. Marianne añade que Romain fue estudiante de derecho en Paris-Assas, ya que quería ser abogado.
El sábado por la noche, en el puente del Alma y al volante de un Fiat 500, fue detenida Lison, una joven estudiante de tercer año de nutrición de 24 años. Los investigadores sostienen que era ella quien conducía el vehículo en el que viajaban los dos hombres que dispararon contra el medallista de bronce en el Mundial de rugby de 2007.
“Les dije a los muchachos que se fueran. No quería que sucediera así. Actué por instinto y por amor”, declaró la mujer, entre lágrimas, ante el juez de liberación y detención. La acusada de “complicidad de asesinato” se encuentra encarcelada en la prisión preventiva de Versalles. “Les dije a los muchachos que no pelearan. Estoy tan enojada y triste por la víctima”, añadió. No obstante, fuentes judiciales manifestaron que se negó a brindar a los investigadores los códigos de acceso a su celular y su material informático.
Loïk Le Priol, por su parte, se encontraba en la ciudad fronteriza de Záhony, en un sector donde se cruzan las límites de Hungría, Eslovaquia y Ucrania. “El extranjero le dijo a la policía que tenía entrenamiento militar y que habría ido a Ucrania a pelear”, aseguró la policía húngara. El hombre fue detenido más de 72 horas después del suceso a unos 1800 kilómetros de esa ciudad francesa. A raíz de lo hallado en su auto fue “demandado por mal uso de un dispositivo que es particularmente peligroso para la seguridad pública”.
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