El 5 de marzo de 2022 aficionados de Gallos Blancos y Atlas se dieron cita en el Estadio de la Corregidora para presenciar un capítulo más de la reciente rivalidad deportiva entre clubes. Pese a la tensión entre barras, la mayor parte de los asistentes no imaginó la tragedia que vendría al minuto 62 del encuentro, cuando un sector albiazul agredió a la reducida afición visitante en medio de diversas inconsistencias de seguridad, así lo contó Abril Fuentes, aficionada rojinegra, a Infobae México.
No era la primera vez que Fuentes salía de Jalisco para apoyar al Atlas, aunque sí fue su primera presencia en el estadio mundialista. Al igual que lo hizo en Aguascalientes, Puebla y Mazatlán, convocó a un viaje para alentar al campeón de la Liga MX. Su labor, en conjunto con su novio, consistió en organizar a un grupo de personas y amigos, ajenos a los grupos de animación.
A diferencia de ella, su pareja ya había estado en la Corregidora y sabía que la cancha era catalogada como de alto riesgo. Pese a ello, junto con una docena de personas más, partieron desde la capital jalisciense la noche del viernes 4 de marzo. Sin embargo, en el trayecto hacia Querétaro notaron la ausencia de retenes de seguridad que, según contó, son frecuentes en otros estados que han visitado.
Al amanecer, y después del desayuno, Abril y su pareja contactaron a otros organizadores, quienes les comunicaron que debían presentarse en el estacionamiento del recinto deportivo antes de las 13:00 horas. Así lo hicieron y en el lugar se encontraron con el resto de los aficionados, tanto de las barras como familias, que ingresarían a ver jugar a los dirigidos por Diego Cocca.
En punto de las 16:15, los aficionados rojinegros guardaron sus instrumentos, trapos y banderas en sus medios de transporte para poder ingresar al Estadio. Sin embargo, durante el acceso, ella notó discrepancias en los protocolos implementados por la empresa de seguridad privada a cargo del evento.
“Nos formaron a las mujeres de un lado y a los hombres del otro, pero esta vez, a comparación de los estadios donde ingresamos a la par, ingresamos primero las mujeres. Algo que se nos hizo extraño, cuando empezábamos a formar la fila, fue que nos hicieron romper y volver a hacer las filas en tres ocasiones. No tenían claro cómo íbamos a entrar”, relató.
Otra de las inconsistencias fue la poca claridad que los guardias tenían sobre los objetos prohibidos en el acceso. Si bien es conocido que los cinturones y bultos voluminosos no pueden portarse, a algunas personas les impidieron el uso de gorras, viseras o gafas de sol. Incluso, a Fuentes quisieron prohibirle el acceso por la portación de sus lentes de uso. “Desde ahí se notaba que no había comunicación entre ellos”, contó.
Al ingresar a la zona asignada para la visita, la tensión comenzó a notarse en gritos y cánticos, aunque el gesto fue normalizado por la rivalidad entre clubes. Según indicó, el área superior a donde fueron colocados no fue habilitada para la afición, por lo que se encontraba vacía. El ambiente parecía normal hasta que un gol de Julio Furch al minuto 29 acalló el aliento local y dio paso a las amenazas que se agravaron instantes antes del minuto 62.
En la sección contigua a su ubicación comenzó una gresca entre un par de aficionados, aparentemente, de Gallos, aunque “lo que se nos hizo raro fue que para calmarlos (los elementos de seguridad) abrieron la malla que separa a las barras para que se salieran y parar el pleito entre ellos dos”, mencionó. En ese momento, según contó, la multitud enardeció y algunos seguidores del equipo local comenzaron a agredir a fanáticos rojinegros ajenos a la zona de la visita.
“Fue cuestión de minutos para que estuvieran rodeando todo el estadio. Ya teníamos gente por la derecha y por la izquierda. Volteamos hacia arriba y ya había gente aventándonos cosas. Cuando vimos que ya estaban arriba me entró la desesperación de no querer estar en el estadio donde nos iban a atacar a todos”.
Confiados en que los elementos de seguridad controlarían la gresca, los aficionados de Atlas se concentraron en medio de su sección, “pero cuando notamos que la seguridad abría las rejas fue cuando empezamos a correr, yo tenía la preocupación de las demás personas que venían con nosotros, entonces en vez de bajarnos a la cancha nos fuimos al estacionamiento”, aclaró.
Para salir de la zona fue necesario que ella y sus acompañantes saltaran la barda que divide las butacas con el pasillo posterior. En ese instante, las rejas de ambos lados fueron abiertas y el sector se llenó de agresores albiazules. Abril Fuentes y algunos de sus acompañantes lograron ponerse a salvo fuera del recinto, aunque casi de inmediato las autoridades policiacas cerraron la reja de acceso.
“Quedó gente de Atlas adentro y nos tocó ver cómo los estaban golpeando. Básicamente los encerraron sin ponerlos a salvo sino poniéndolos en peligro. Yo quiero pensar que fue para evitar que la afición de Gallos hiciera más destrozos en el estacionamiento. Quiero pensar que fue por eso y no para dejarlos encerrados”, declaró.
Las siguientes horas fueron las más largas del día. Las comunicación telefónica con quienes quedaron atrapados era nula y las autoridades restringieron el acceso a la afición. Por momentos, los guardias abrían las rejas para permitir la salida de personas heridas y aprovechaban para brindar los primeros informes a quienes esperaban reencontrarse con sus acompañantes, aunque no eran alentadores.
“En ese momento se acercaban los organizadores de los viajes y a ellos les empezaban a decir que había muertos confirmados. Les decían que ya habían uno, dos, 17. Fue cuando nos empezamos a alertar todos porque eran cosas que estaban diciendo las autoridades, los que estaban teniendo el diálogo con los que estaban esperando”, afirmó.
Aproximadamente a las 22:30, Abril y el grupo a su cargo lograron abandonar el Estadio de la Corregidora. Solamente uno de sus amigos no volvió con ellos, pues fue auxiliado por una familia queretana para ponerse a salvo. Los cuerpos de seguridad los escoltaron hasta el municipio de Salamanca, Guanajuato, y continuaron su camino hacia Guadalajara sin conocer la reunión de aficionados de Atlas en el Estadio Jalisco.
Las inconsistencias de seguridad experimentadas por Abril y el resto de la afición fueron corroboradas en las horas y días posteriores. Las redes sociales evidenciaron que la empresa de seguridad a cargo del partido convocó a gente sin capacitación horas antes del encuentro. Posteriormente, el medio ESPN difundió que la corporación con razón social G.S.E.K 9 tenía los permisos vencidos para operar desde el mes de febrero.
“Sabíamos que iban a haber pleitos, pero no deberíamos normalizarlo. La violencia está mal. No vas a eso a un estadio y menos con el tipo de viajes que sacamos de ambiente familiar. Imagínate ir con alguien que no conoces y que te aseguró que ibas a regresar bien... Afortunadamente regresaron, pero ¿y si no? Pedimos a las autoridades que hagan algo, que se haga justicia”, concluyó.
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