Una de las peleas más esperadas por la afición mexicana se dio a principios de los años 90, cuando Julio César Chávez y Héctor Luis El Macho Camacho llegaban como dos de los peleadores más importantes del pesos superligero y habían pactado una pelea con tintes históricos.
La rivalidad se acrecentó semanas antes al combate, ya que El Macho Camacho lanzó distintos insultos a Chávez, por lo que los aficionados mexicanos se lo tomaron personal y la expectativa por ver cómo comenzaba la pelea era total.
La promoción del evento estuvo llena de diferentes provocaciones en donde el boxeador puertorriqueño afirmaba que le quitaría el invicto y se llevaría el cinturón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), mismo que pondría en juego Julio César por novena vez en aquel encuentro.
Por su parte, el mexicano se mantuvo alejado de la polémica ya que demostraría su potencial sobre el ring con los guantes puestos. Su pelea ante Héctor Camacho fue la novena ocasión en la expuso su título de campeón de super ligero.
La legendaria batalla ocurrió en el año de 1992 y a pesar de la distancia aún es recordaba por los aficionados del boxeo pues el espectáculo que se vivió aquella noche en el Thomas and Mack Center de Las Vegas hizo cimbrar las emociones de todos los espectadores.
El Macho Camacho arribó al ring entre música y abucheos, a pesar de no ser el favorito para el combate hizo una presentación en el cuadrilátero, bailó frente a las 19 mil personas que se dieron cita para ver la pelea entre ambas figuras y vistió un bikini para retar al público mexicano, posteriormente se cambió para recibir a Chávez.
Con un tono más serio y profesional, JC subió al escenario, se presentó ante la afición y evitó caer en las provocaciones del rival, después de la ceremonia de los himnos y la lectura de los récords, todo estaba listo para iniciar el combate.
En cuanto sonó la campaña del primer round, el Gran Campeón Mexicano se abalanzó contra el puertorriqueño, empezó a lanzar una combinación de golpes los cuales impactaban el rostro del Macho.
A pesar de la técnica zurda que dominaba Camacho, Chávez supo acoplarse a su estilo y buscó la forma de conectar la mayoría de los golpes. Para el segundo asalto, el retador huía de los puños de Chávez, cada que podía se arrinconaba contra las cuerdas para protegerse de los golpes.
Fueron transcurriendo los rounds y la fortaleza del púgil de Puerto Rico fueron sucumbiendo pero sin llegar al nocaut que tanto buscó Chávez.
El rostro del Sr. Nocaut no se fue limpio, pues también recibió diferentes combinaciones impulsadas por su rival, cada golpe conectado entre los peleadores acrecentó la emoción del público que estuvo al pendiente de cada asalto.
Los últimos rounds fue una batalla de golpes, El Macho no se dejó vencer, y cuando parecía que caería a la lona, se reponía de los golpes y volteaba el ataque contra el mexicano. Entre las tribunas empezó a sonar el nombre de “Chávez, Chávez”, el público aclamaba al sinaloense para que no se dejara derrotar.
Al final de los 12 asaltos, los jueces tuvieron que decidir al vencedor del encuentro. Con las tarjetas de 119-110, 120-107 y 117-110, JC se llevó la victoria por decisión unánime y derrotó al puertorriqueño. Al término de su festejo compartió con los medios que dejaría la rivalidad con él y mantendría una amistad con Camacho.
29 años después, Julio César volvió al ring para enfrentarse con la descendencia de Camacho, en una pelea de exhibición celebrada el 19 de junio en el Estadio Jalisco, donde tuvo su última pelea de exhibición contra Héctor Camacho Jr., hijo del legendario peleador de Puerto Rico.
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