“Un examen clínico tranquilizador”, indicó el parte médico que había publicado el Paris Saint Germain (PSG). La lupa de los medios de comunicación franceses, con todo tipo de especulaciones sobre la presencia de Kylian Mbappé y el descreimiento absoluto de los españoles acerca de su lesión, marcan el contexto del partido de esta noche en el estadio Santiago Bernabeu por la vuelta de los octavos de final de la UEFA Champions League, y en el que Real Madrid necesita ganar como mínimo por un gol para forzar el alargue.
Los flashes de centenares de fotógrafos se dispararon cuando entre los últimos en salir ayer al campo de juego del Bernabeu apareció Mbappé, objeto de un seguimiento exhaustivo por parte de los medios españoles, caminando sin aparente dificultad para sumarse al grupo, todos con vestimenta gris, ante la mirada de la prensa -entre la que estuvo incluido Infobae-, a la que se invitó a retirar a los quince minutos, como parte del habitual protocolo de la UEFA.
Si medios franceses como L’Equipe o Le Parisien, que siguen el día a día del PSG, cambiaron hasta tres veces la información acerca de la lesión de Mbappé, primero descartándolo para el partido de hoy para luego ir bajando los decibeles hasta afirmar que la situación ya era “tranquilizante” cuando se acercó la hora de que el club emitiera la lista de la delegación que viajaría a Madrid, los españoles, especialmente la TV, se dedicaron a mostrar cuadro por cuadro las imágenes del momento en el que Gana Gueye pisó al delantero en el último entrenamiento en París, y con un alto grado de descreimiento sobre que esa falta le hubiera provocado un daño importante.
“Sin dudas, va a jugar”, opinaron los médicos especializados convocados por las tiras radiales deportivas, que suelen ir en la madrugada. En las encuestas de la TV, los hinchas del Real Madrid fueron tajantes: “Juega”. No hubo casi ninguna disidencia al respecto.
Resulta llamativo el lugar secundario que cumple en este partido Lionel Messi, no sólo con sus siete Balones de Oro, sino por haber sido durante tantos años, y hasta hace escasos nueve meses, un durísimo rival del Real Madrid, al que un columnista de uno de los diarios deportivos de la capital española llegó a pedir que se lo parara “por lo civil o por lo criminal” en la previa de un clásico en el Bernabéu.
En cambio, los medios españoles otorgan más espacio a la casi segura ausencia de Sergio Ramos, quien jugó escasos minutos en el PSG y ya se rumorea que se alejará del equipo parisino al final de la temporada. El ex capitán y símbolo del Real Madrid, de todos modos, sólo viajó con el plantel porque quiso estar presente y el cuerpo técnico lo aceptó por el aporte que puede llegar a dar desde su larga experiencia en esta clase de compromisos y por su profundo conocimiento sobre cómo reacciona la tribuna del Bernabéu.
Unos y otros se juegan media temporada. Líderes los dos en cada una de sus ligas y a mucha distancia de sus perseguidores, el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, quien no podrá contar con el alemán Toni Kroos pero que en cambio tiene en su lugar justamente a un joven francés en franco ascenso, como Eduardo Camavinga, se quejaba del inconformismo de muchos hinchas que siempre dicen “pero” pese a los muy buenos resultados del equipo en las últimas semanas.
Del otro lado, el rumor instalado es que de no pasar a los cuartos de final tras el partido de esta noche, Mauricio Pochettino podría dejar de ser el entrenador del PSG con efecto inmediato y si no lo sería en el mismo vestuario, el director deportivo, el brasileño Leonardo, le comunicaría la baja apenas pisar el suelo parisino. Más allá de algunos resultados, a la comisión directiva jamás le conformó su trabajo.
Un Santiago Bernabéu en total remodelación, con la mayoría de los sectores aislados al público, con escasos accesos y con grúas por doquier, espera por el Real Madrid y por el PSG. Antes, al mediodía, las dos comisiones directivas cumplirán con el protocolo de almorzar, aunque el presidente del club francés, el catarí Nasser Al Khalaiffi, reconozca que entre ellos “casi no hay relación”. Representan modelos distintos (club-Estado contra otro en el que los socios tienen –aún- voz y voto) y hasta actuaron de manera opuesta en el reciente intento de la conformación de una nueva Superliga europea: los blancos encabezaron la rebeldía y los galos prefirieron quedarse dentro del sistema de la UEFA.
Apenas frente al Bernabéu, sobre la avenida Concha Espina, este cronista se acercó a preguntarle a un kiosquero de diarios sobre un medio de transporte y recibió una respuesta con acento inconfundible: “No sé, papá, no conozco mucho de acá”. Hincha del “Decano”, Atlético Tucumán y de River, nos mostró, orgulloso, la bufanda que aún conserva para la venta en la puerta del chiringuito, con alusión a la final de la Copa Libertadores de 2018, jugada allí, a pocos metros.
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