Tres días después de los lamentables sucesos al interior del Estadio Corregidora, durante el partido entre Querétaro y Atlas, la Federación Mexicana de Futbol (FMF) y la Liga MX anunciaron la imposición de “sanciones ejemplares” contra los equipos y personas involucrados en los sucesos violentos. No obstante, las medidas fueron catalogadas como poco contundentes por algunos personajes, motivo por el cual desataron las críticas.
Entre las voces inconformes que se hicieron escuchar luego de la conferencia de prensa encabezada por Mikel Arriola Peñalosa, presidente ejecutivo de la Liga MX, se encontró David Faitelson, quien las catalogó como “decepcionantes”, pues “debían ver el problema más allá y tomar acciones de fondo. Lo que hicieron fue volver a ‘esconder la basura bajo la alfombra’”.
Otro de los críticos fue el cronista de Azteca Deportes, Christian Martinoli. Por su parte, condenó a la Liga MX por haberse perdido la oportunidad de sentar un precedente histórico ante los actos de violencia en el futbol mexicano. “Esto supone que ningún Club tiene control absoluto sobre los inadaptados radicales de la grada. A seguir cavando”.
Mientras tanto, Javier Alarcón lamentó que entre las sanciones impuestas de manera conjunta por los órganos deportivos no se presentara una iniciativa por desintegrar a los grupos de animación conocidos como “barras bravas”, por lo cual las consideró un “maquillaje”. “De Luisa y Arriola le recetaron una aspirina al enfermo terminal de cáncer”, escribió en su perfil de Twitter @Javier_Alarcon_.
Y es que las imágenes que dejaron los enfrentamientos en diversos puntos del Estadio Corregidora dieron pie a la especulación sobre el destino que debería tener el equipo anfitrión. El motivo principal fueron las omisiones y errores en la seguridad del encuentro que se documentaron en las cámaras de televisión, así como en videos grabados por asistentes al recinto deportivo.
En medio del escándalo, diversos comentaristas deportivos insinuaron la aplicación de medidas contundentes que incluso contemplaban la desafiliación del equipo queretano. No obstante, otro sector en el que se encontraron los tres inconformes exigió que en la coyuntura se aplicaran medidas con la finalidad de desaparecer a las barras bravas, toda vez que las catalogaron como focos y generadores de violencia durante algunos eventos deportivos.
Por su cuenta, Arriola confirmó que el Club Querétaro jugará a puerta cerrada sus partidos como local durante un año. Los directivos de la institución será inhabilitados de cualquier actividad relacionada con futbol durante cinco años. Los derechos de afiliación de los Gallos serán reasignados antes de finalizar el 2022, por lo que volverán a ser del Grupo Caliente, aunque deberán venderlo en un lapso de un año.
Asimismo, se prohibirá el acceso de por vida a cualquier estadio de futbol a los culpables del enfrentamiento. Las barras de Atlas y Querétaro no podrán asistir a encuentros de visita durante seis meses y un año, respectivamente. Asimismo, todos los clubes deberán encaminar un proceso de credencialización de los miembros de sus barras. De igual forma, fue ratificado el impedimento a las instituciones deportivas de brindar cualquier tipo de apoyo a los grupos de animación.
El fenómeno de las barras bravas está presente en otros países como Argentina, así como en Inglaterra, donde dichos grupos han sido conocidos como Hooligans. En ambas ligas de futbol se han encaminado medidas, incluso gubernamentales, para disminuir la escalada en las escenas violentas al interior y exterior de los recintos deportivos. Aunque han perdido fuerza, en ninguna de las dos naciones han desaparecido por completo.
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