Las rivalidades en el futbol son muy pasionales, a tal grado que han logrado superar la barrera deportiva para transformarse en una ola de violencia entre las personas, situación que ya ha escalado hasta ser nombrada tragedia.
Querétaro y Atlas son dos equipos con un corto pero agresivo historial de peleas que no se quedaron en cánticos y apoyo, sino que llegó a los golpes y provocó que varias personas resultaran heridas de gravedad y hasta fallecidas por esta pasión desbordada.
Tal como se vivió la tarde de este sábado 5 de marzo, durante el encuentro respectivo a la jornada 9 del Grita X la Paz. Corría el minuto 60 del encuentro cuando los aficionados comenzaron a correr en las gradas.
Ante el desconocimiento de los hechos, el juego continuó. No obstante, minutos después tuvo que ser suspendido debido a una invasión al campo por parte de los seguidores de Gallos Blancos y los Zorros. Algunos no dejaban de soltar golpes, mientras otros intentaban huir de la ola de violencia.
Hasta el momento, de manera oficial, las autoridades del futbol mexicano, así como los gobernadores de los estados involucrados, no han reportado ninguna persona fallecida, sólo 22 lesionados, dos de ellos de gravedad.
No obstante, en redes sociales se viralizaron videos y fotografías que revelarían todo lo contrarios, pues varios aficionados atlistas se encuentran tendidos en el suelo, algunos inmóviles, otros completamente ensangrentados. Esta tragedia es ya catalogada como la más grande del futbol mexicano.
Barra 51 vs La Resistencia: del descenso a la tragedia
El conflicto entre las aficiones del Querétaro y Atlas no surgió de manera espontánea, sino que tiene una historia que se remonta al 2007. Los Gallos luchaban por no descender, así que iban con todo por una victoria en la última fecha del torneo. ¿Su rival? Atlas.
Los rojinegros no estaban en peligro de bajar la categoría, pero algo tenían claro: la derrota no era una opción. Aquel 29 de abril, el estadio Jalisco festejó el doblete con el Nicolás Olivera envió al Querétaro a la extinta Primera A.
Al finalizar el encuentro de la última Jornada del Clausura 2007, las barras de ambos conjuntos: La Resistencia Albiazul y la Barra 51 se encontraron afuera del coloso y se enfrascaron en una pelea que dejó varios heridos y detenidos.
Los aficionados no se verían las caras hasta el año 2010, cuando los Gallos Blancos ascendieron de nuevo. En ese primer torneo del regreso, la Corregidora fue testigo de una importante victoria frente a los rojinegros, por lo que implicaba: una venganza.
Sin embargo, la violencia se volvió a presentar en las tribunas y dejó como resultado al menos 30 personas lesionadas, varias de gravedad. Debido a estos hechos, las directivas de ambos clubes tomaron medidas preventivas y acordaron negar el acceso a las barras visitantes, pero con el paso del tiempo se fue olvidando.
Posteriormente, en 2013, de nueva cuenta, se enfrentaron para luchar por el no descenso. Al final, el encuentro finalizó con un amargo empate a cero que representó un punto de oro para los rojinegros, pues con él se colocaban por encima de Querétaro.
Los seguidores de los Gallos agredieron a la Barra 51 con botellas, latas y piedras. Al final, la policía de Jalisco tuvo que intervenir. El saldo fue de varios lesionados, algunos destrozos e incendios afuera del estadio.
No sólo el Atlas ha sufrido la violencia de La Resistencia, pues en 2017 fueron captados sobre la avenida Bernardo Quintana mientras golpeaban a un seguidor de los Pumas de la UNAM. Finalmente, en 2019, fueron los protagonistas de una nueva agresión con palos, piedras, y botellas contra los fans del Atlético San Luis, en el estadio Alfonso Lastras.
Pareciera que todas las señales estaban ahí: historial de violencia, olvido de medidas de seguridad, prioridad al negocio. Probablemente estas agresiones pudieron evitarse, pero no se logró, o se pudo, hacer. Ahora sólo queda esperar que esta nueva administración del futbol mexicano, así como las autoridades, apliquen todo el peso de la ley por esta nueva tragedia provocada por seguidores del Querétaro.
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