La situación en Ucrania es crítica en medio de los ataques constantes del ejército ruso que invadió el territorio días atrás. Distintos ciudadanos comunes decidieron alistarse a las milicias para defender la zona y uno de los casos más emblemáticos se dio con el del campeón mundial de boxeo Oleksandr Usyk, quien viene de tener una resonante actuación en el boxeo de élite pero decidió dejar su carrera de lado para defender su patria.
El pugilista de 35 años está refugiado en un sótano de Kiev con la conciencia de saber que podría perder la vida en la lucha por la independencia de Ucrania: “Si van a querer quitarme la vida, o la vida de mis allegados, tendré que hacerlo. Pero no quiero eso. No quiero disparar, no quiero matar a nadie, pero si me van a matar, no tendré otra opción”.
La entrevista exclusiva se la brindó al periodista Don Riddell del medio CNN, quien relató que el diálogo se realizó a través de un enlace de video y tuvo la asistencia del manager del boxeador, Egis Klimas, quien ayudó en la traducción ya que Usyk no habla en inglés. “Tal vez suene sentimental, pero mi alma pertenece al Señor y mi cuerpo y mi honor pertenecen a mi país, a mi familia. Así que no hay miedo, absolutamente ningún miedo. Solo hay desconcierto. ¿Cómo podría ser esto en el siglo XXI?”, expresó.
Uno de los boxeadores más destacados de la actualidad, que ganó la medalla dorada en los pesos pesados de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, viene de protagonizar una pelea histórica ante el británico Anthony Joshua en septiembre del año pasado. Ante más de 60 mil personas en Wembley, le puso fin al reinado del peleador inglés y se quedó con los cinturones mundiales AMB, OMB y FIB.
El ucraniano, que nació en Simferopol, Crimea, cuando todavía la zona estaba bajo la órbita de la Unión Soviética, aseguró que el boxeo lo ayudó a “estar tranquilo y mentalmente preparado”. Además, aclaró: “Me ayuda a ayudar a otros que están en pánico y nerviosos”.
Profesional en el boxeo desde 2013, desarrolló una estadística resonante al acumular 19 victorias (13KO) en la misma cantidad de presentaciones oficiales. Cuando Rusia invadió su país, Usyk estaba en Londres filmando escenas para un video juego pero decidió retornar a su patria a través de la frontera con Polonia al igual que su colega Vasiliy Lomachenko, otro distinguido pugilista ucraniano que se unió al ejército ciudadano.
Usyk condujo “casi 500 millas (unos 800 kilómetros) de regreso a casa y cruzó la frontera con Kiev”. Lomachenko, que estaba en un monasterio de Grecia cuando se iniciaron las hostilidades, condujo durante nueve horas desde Bucarest y tomó un ferry hacia Ucrania. Iba a brindar una entrevista junto con el otro boxeador, pero “no respondió las llamadas” de su manager. Horas más tarde confirmaron que estaba “sano y salvo”.
“El bombardeo es una locura. Acaban de bombardear la ciudad de Mariupol, uno de mis amigos recibió un cohete en su techo. (Los rusos) No están jugando. Los rusos realmente no saben exactamente lo que está pasando aquí. No están viendo lo que está pasando. Son víctimas de su presidente”, expresó Usyk que tiene un vínculo de estrecha amistad con Lomachenko a punto tal que son padrinos de los hijos del otro.
El pugilista zurdo había quedado en las puertas de realizar una revancha ante Joshua por una cláusula que existía previa a la primera pelea. El promotor de Matchroom, Eddie Hearn, que maneja la carrera del británico había dicho semanas atrás que la idea era llevarla adelante en abril cuando todavía este conflicto en Ucrania no había explotado. Al mismo tiempo, el ganador de ese evento quedaba a las puertas de llevar a cabo un gran combate contra Tyson Fury, el otro campeón mundial de la divisional pesados. Hoy, eso parece una realidad completamente lejana.
El periodista relató que el peleador lucía “exhausto y emocionado” durante la entrevista y que le reconoció que no sabía cuándo iba a poder volver a subir a un ring: “Mi país y mi honor son más importantes para mí que un cinturón de campeón. Cuando hay una alarma de ataque aéreo, nos escondemos”.
Su manager enfatizó sobre el riesgo que atraviesa el deportista con una reflexión cruda: “Están en un gran peligro. Cuando las balas empiezan a volar, a la bala no le importa si eres un campeón mundial”.
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