“Vengo a Palmeiras para sacarlo campeón del mundo. Es mi sueño y no me importa el tiempo que me demande. Lo voy a conseguir”. Esta ambiciosa frase la pronunció el 15 de diciembre pasado Leila Pereira, conocida en el ambiente futbolístico brasileño como “Tía Leila”, cuando asumió la presidencia del club luego de haberse convertido en su principal acreedora a partir de sus continuas financiaciones de compras de pases de jugadores en los últimos años.
De esta manera, Pereira se convirtió, a los 57 años, en la primera presidente mujer en la historia de 107 años del Palmeiras, y la segunda de un club importante luego de que Patricia Amorim estuviera al frente del Flamengo entre 2009 y 2012, cuando contrató (y después echó) a Ronaldinho para los cariocas.
No podía comenzar mejor su mandato, que llegará hasta 2024. Asumió apenas días más tarde de que su equipo ganara por segunda vez consecutiva cuando se impuso al Flamengo en la final de la Copa Libertadores en el estadio Centenario de Montevideo. “No tengo dudas de que se trata del día más importante de mi vida. La primera presidenta mujer, es muy representativo. Quiero un Palmeiras de todos, accesible para sus hinchas”, afirmó en ese momento.
Algunos recuerdan con sorna que Leila Mejdalani Pereira no es paulista sino carioca, y “originalmente hincha de Vasco”, según el agudo periodista brasileño Juca Kfouri. Nació en la localidad de Cambuci, en el norte de Río de Janeiro, el 11 de noviembre de 1964. Es abogada y además de su compañero de fórmula, Paulo Buosi, entre los tres vicepresidentes hay otra mujer, María Tereza Ambrosio Bellangero. Fue elegida en los comicios del pasado 20 de noviembre en lista única y con 1897 votos para un total de 2141, era consejera desde 2017, y había renovado su cargo en febrero de 2021 con récord de votos.
Pero lejos de ser una novedad, Leila Pereira ya estaba ligada al Palmeiras desde 2015, primero como mecenas y luego ya como principal acreedora, a partir del aporte monetario desde su conglomerado de once empresas heredadas de su marido, José Roberto Lamacchia, veintidós años mayor. Una de ellas es una compañía de financiación de personas con rentas bajas llamada CREFISA, fundada en 1964 (el año en el que ella nació) y que preside desde 2008, y también maneja una universidad privada, la Facultad de las Américas (FAM).
Pereira se acercó primero al Palmeiras durante la gestión de Paulo Nobre, y aunque tuvieron algunos cortocircuitos, no alcanzaron para que se alejara, y el vínculo se profundizó ya cuando asumió el anterior presidente, Mauricio Galiotte, al punto que se calcula que lleva invertidos en el club más de 200 millones de dólares, y en 2019 firmó el patrocinio más alto de Sudamérica (se estima que el presupuesto anual es de 24 millones de dólares).
Hubo otros dos factores claves para el protagonismo de la “reina sol” del “Verdao”: la aprobación de la Ley de las Sociedades Anónimas en el Fútbol (SAF) que permite el aporte de capital privado y la cesión de derechos de TV e imagen aunque no el nombre de la institución, los colores, el escudo ni la ubicación del club sin el aval de los socios, y su estrecha relación con el actual presidente brasileño Jair Bolsonaro, reconocido hincha del Palmeiras, cuyo gobierno propició esta ley, que abarca sólo a equipos de fútbol masculinos y femeninos.
Se considera que ella es la figura clave para que el ex Palestra Italia, el club de la comunidad italiana paulista, haya pasado desde la Serie B a ganar dos Copas Libertadores seguidas, dos Brasileiraos (2016 y 2018), dos Copas de Brasil (2015 y 2020) y un torneo paulista (2020). El Brasileirao de 2018 lo pudo festejar con Bolsonaro, en el estadio Allianz Parque de San Pablo.
Sin embargo, no por ser mujer rompió con las estructuras del fútbol brasileño ni sudamericano porque se la tiene como perteneciente a la “Vieja Guardia”. Si no fuera por su mecenazgo, jamás el Palmeiras habría accedido a algunos jugadores como Lucas Barrios Miguel Borja, Dudú, y además, muchas veces prestó dinero al club, pero también se habla de una peligrosa connivencia con los barras bravas y por ejemplo, suele auspiciar la tradicional “Mancha Verde” que participa en los desfiles de las Scolas do Samba paulistas. Ese grupo de hinchas tenía históricas disputas de violencia y en 2017, su líder había sido asesinado a tiros en una emboscada. “Los admiro porque hacen una fiesta maravillosa en el estadio, porque son capaces de ir de a miles a las cuatro de la mañana al aeropuerto a recibir al equipo”, manifestó, con una visión excesivamente romántica.
Aunque por fin el Palmeiras consiguió pasar a la final del Mundial de Clubes de Emiratos Árabes Unidos al vencer al Al Ahly por 2-0 en la semifinal (el mismo equipo le ganó en el mismo certamen un año atrás por el tercer lugar) y se acercó al sueño de la presidente, no todas son flores y ya para agosto de 2020 se calculaba que la deuda del club rondaba los 180 millones de reales (36 millones de dólares). Según la Ley de las SAF, las deudas acumuladas quedarán para las sociedades civiles que estarán obligadas a saldarlas en seis años, con una posibilidad de ampliarlo a los diez pero los inversores deben destinar un 20 por ciento de los ingresos brutos para paliar estas deudas y si obtuvieran ganancias, deberían destinar hasta el 50 por ciento de ellas con el mismo fin.
“Esta es una asociación en la que todos ganan: el club recibe recursos para trabajar con un buen equipo, los hinchas ven a su equipo ganar y nuestra marca consigue una enorme exposición”, sintetizó Pereira su relación con el Palmeiras a la revista brasileña “Veja” en diciembre de 2018.
Sin embargo, Kfouri, prestigioso periodista de San Pablo de dilatada trayectoria, tuvo otro concepto sobre la dirigente: “es una mujer extremadamente vana, que se enriqueció dando préstamos a quien no puede pagar, y Palmeiras es un club que hoy tiene su propia vida terriblemente comprometida con el banco de ella. Cuando esa deuda fue comprometida era como una donación de un banco para comprar jugadores y la legislación brasileña la transformó en pasivo. O sea que no es una solución para el club”.
Leila Pereira es muy activa en Twitter, con 142.700 seguidores aunque ella sólo sigue a 56 cuentas, casi todas ligadas a Palmeiras o a los principales jerarcas del gobierno de Bolsonaro, como los generales Hamilton Murao (Vicepresidente) y Arturo Heleno (ministro jefe de Gabinete de Seguridad).
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