En los Juegos Olímpicos de Invierno no siempre las historias están relacionadas a los resultados, las medallas, los podios y las producciones de los atletas. En muchos casos, el deporte trasciende y la vida personal de cada protagonista comienza a tomar mayor interés por lo que le ocurre internamente a cada intérprete.
En este caso, la joven promesa en esquí de fondo de Bielorrusia, Darya Dolidovich, tomó dominio público por lo que le sucedió antes de comenzar su participación en Beijing. Es que la esquiadora huyó a Polonia tras ver cómo le impedían competir en su disciplina por las opiniones políticas que había realizado su padre en un momento de represión de la oposición que sufrió su país.
“Nos hemos ido, pero volveremos”, escribió en su cuenta de Facebook Sergei Dolidovich, quien es recordado por sus antecedentes como ex deportista olímpico, padre y entrenador de Darya. La joven esquiadora, de 17 años, se vio vetada en enero para disputar todas las competiciones internacionales, entre ellos los Juegos Olímpicos de Invierno que se desarrollan actualmente en China.
Las autoridades bielorrusas nunca comunicaron los motivos de la decisión, pero el padre de la joven, que representó a su país en siete ediciones de los Juegos Olímpicos, ha expresado en repetidas ocasiones su apoyo a la oposición al régimen de Alexander Lukashenko.
Acusado de derivas dictatoriales, el régimen bielorruso orquestó una represión sin tregua de la oposición desde el gran movimiento de protestas que estalló en 2020, tras la controvertida reelección de Lukashenko. En ese contexto, el deporte no ha sido ajeno a esa represión y varias decenas de deportistas han sido apartados de sus Federaciones. Algunos fueron incluso encarcelados.
La fuga de la joven esquiadora recuerda el caso vivido durante los Juegos Olímpicos de Tokio, el pasado año, con la atleta Krystsina Tsimanuskaya, especialista en 100 y 200 metros. Tras acusar a Bielorrusia de querer repatriarla a la fuerza, obtuvo ayuda del Comité Olímpico Internacional (COI) y protección policial cuando se encontraba en el aeropuerto de Tokio-Haneda.
Tsimanuskaya, de 25 años, se refugió luego dos noches en la Embajada de Polonia en la capital japonesa, antes de viajar al país europeo, donde recibió un visado humanitario. En esta oportunidad, Darya Dolidovich y su padre, buscan la misma fortuna. Responsables del ministerio de Relaciones Exteriores citados por la prensa polaca indicaron que esperan que la atleta viaje a Varsovia esta semana.
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