El Mundial empieza en noviembre y la Argentina ya está clasificada para ir por su tercera Copa del Mundo. Y los que ya están jugando también la Eliminatoria para poder estar como siempre en el torneo ecuménico son los barrabravas argentinos, que vienen copando los Mundiales desde 1986 a la fecha. Pero a diferencia de lo que ocurrió en otros países, Qatar parece tener muy en claro que no hay espacio para los violentos. Y por eso su embajador en la Argentina, Battal Meajeb B.M. Al Dosari, se reunió con el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, para trabajar en conjunto con la premisa de que la Argentina ayude en la detección y aporte información de aquellos que están considerados indeseables para el espectáculo. Y el cónclave tuvo sus frutos: el Ministerio le confirmó al país organizador que le entregará la lista de hinchas con derecho de admisión para concurrir a cualquier evento deportivo en nuestro país, que tiene casi 5000 nombres, entre los que relucen los jefes de las barras más importantes de la Argentina, como La 12 y Los Borrachos del Tablón.
¿Eso significa que no podrán ingresar a Qatar o que les será vetada la posibilidad de adquirir los tickets? En principio la decisión final aún no está tomada por el Emirato, pero por lo que se charló en el despacho principal del edificio de Gelly y Obes, sede del Ministerio, existen altísimas posibilidades de que ello se lleve adelante. Ante esta situación, los barras, conociendo el contenido de la reunión, comenzaron a reunirse con sus abogados para intentar salir de la lista prohibida antes de que esta sea remitida a los organizadores, lo que ocurriría una vez que se sorteen los grupos del torneo y los partidos de cada Selección, lo que sucederá recién a fin de marzo. Pero desde la Secretaría de Seguridad Deportiva dicen que no harán excepciones y cuentan los pedidos que ya vienen recibiendo de letrados de altísimo perfil mediático.
Por eso, se espera para los próximos días una avalancha de recursos judiciales de amparo por parte de barras que sienten que no pueden estar eternamente en la lista prohibida, aunque la Justicia les ha dado la razón en pocas oportunidades. Cierto, dentro de los 5000 nombres que integran el listado hay barras súper conocidos, como Rafael Di Zeo, Mauro Martín, Pablo Bebote Álvarez o Guillermo Caverna Godoy, como también muchísimos que son infractores a la ley de espectáculo deportivo sin pertenecer a ninguna asociación ilícita de tribuna, algunos por querer ingresar sin tickets, otros porque quedaron en medio de un desorden y terminaron imputados por resistencia a la autoridad o aquel que terminó con admisión por no pasar el cacheo al tener entre sus pertenencias un cigarrillo de marihuana. Pero el Ministerio no hará diferencias y salvo que intervenga la Justicia o que la pena dada por ésta esté cumplida, aparecerá en la lista que se le entregará a Qatar.
La actual política decidida por la Argentina viene siendo llevada adelante con resultados dispares desde el Mundial de Brasil 2014. Después del escándalo de Hinchadas Unidas Argentinas, la ONG barra brava que copó el torneo en Sudáfrica 2010 y cuyas acciones terminaron con un muerto y decenas de deportados, la política cambió su mirada sobre el fenómeno, de casi impulsar aquella movida demencial a pasar la lista de indeseables a los países organizadores. En Brasil 2014 se llevó a cabo la primera prueba y hubo varios barras deportados, el caso más famoso fue el de Pablo Bebote Álvarez, que desafiaba públicamente a Sergio Berni, secretario de Seguridad de la Nación por entonces, a hallarlo en las calles o en los estadios. Ingresó a varios partidos disfrazado, desde donde subía fotos a sus redes sociales hasta que fue divisado en el duelo de cuartos de final contra Bélgica y detenido en pleno estadio. En ese momento, Bebote se tragó el ticket para que no se supiera a nombre de quién estaba, ya que los barras suelen tener acceso directo a las entradas de cortesía que reciben los dirigentes o por compra directa en el sexto piso de la AFA. Álvarez ya había liderado a Hinchadas Unidas Argentinas en 2010, donde también había sido deportado.
Para 2018, con Patricia Bullrich como ministra de Seguridad, Argentina también mandó a Rusia una lista de quienes tenían derecho de admisión. Ante la inflexibilidad del país organizador y sabiendo que caer preso en la ex Unión Soviética no sería muy agradable, los máximos líderes de La Doce, Los Borrachos del Tablón, Los Diablos de Avellaneda y La Guardia Imperial decidieron no hacerse presentes. Sí hubo presencia de la barra de San Lorenzo y Huracán por ejemplo, que se agarraron en la previa del partido de la Selección frente a Croacia en la sede Nizhni Novgorod, quienes terminaron siendo identificados, detenidos y varios expulsados por el grupo de seis miembros de la oficialidad argentina dependiente del Ministerio que habían sido enviados para colaborar con la policía rusa. Ese mismo esquema es el que piensa utilizarse ahora: lista prohibida para que Qatar decida si les permite entrar o no al país y delegación de policías y civiles que trabajan en el área de la violencia en el fútbol para seguirle los pasos a los barras bajo la premisa de que Messi, si se cumple el sueño, el 18 de diciembre a las dos de la tarde le ofrende la copa a una tribuna compuesta por hinchas de verdad y no por los violentos de siempre.
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