Había sido un día histórico para el deporte. Una jornada que iba a permanecer en el recuerdo hasta que la fuerza y la técnica volvieran a presentarse para bajar un nuevo récord internacional. Es que el estadounidense Ryan Crouser había batido su propio récord mundial de lanzamiento de bala en los Millrose Games de Nueva York con una marca de 23,38 metros.
El bicampeón olímpico mejoró por un centímetro su marca al aire libre que estaba fijaba 23,37 metros logrado el 18 de junio de 2021 en las pruebas de clasificación olímpicas de Estados Unidos en Eugene (Oregón). En el segundo puesto quedó el estadounidense Payton Otterdahl (22,01) y en la tercera colocación el italiano Nick Ponzio, con 20,78.
Sin embargo, el propio protagonista declaró que el anuncio de su récord fue producto de un error de medición y no sería validado. “Desgraciadamente, el láser se equivocó”, dijo el doble campeón olímpico en diálogo con AFP. Aunque el récord fue anunciado en un tuit de la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics), el director de la competición de Nueva York, Ray Flynn, dijo después que el dispositivo de medición dio una lectura errónea y que todos los resultados del evento fueron eliminados.
Antes de esa gesta, el récord había pertenecido durante 31 años al estadounidense Randy Barnes con un registro de 23,12 metros. Con su última presentación en la competición que se desarrolló bajo techo, logró superarse a sí mismo en su segundo intento. Además, Crouser también rompió el anterior récord en pista cubierta de 22,82m, que él mismo había establecido el 24 de enero de 2021 en la American Track League de Fayetteville (Estados Unidos).
A sus 29 años, el atleta lleva varias temporadas marcando el paso de esta disciplina. El sábado, después de saltar a la pista del The Armory Track de Manhattan (Nueva York) ataviado con un sombrero vaquero, el atleta de Portland (Oregón) firmó su 29ª victoria consecutiva.
Ryan Crouser no ha podido ser batido después de su fabulosa participación en el Campeonato del Mundo de Doha en octubre de 2019, donde fue subcampeón ante su compatriota Joe Kovacs. En los Juegos Olímpicos de Tokio se colgó su segunda medalla de oro consecutiva con 23,30m, quedándose cerca del récord internacional.
El título del Campeonato del Mundo es el último gran galardón que falta en su palmarés pero tendrá la oportunidad de lograrlo en la próxima cita de Eugene (15 al 24 de julio) en su estado natal de Oregón.
Ryan Crouser también será el gran favorito para el Campeonato Mundial en pista cubierta de Belgrado (11-13 de marzo) si decide participar.
El triunfo de Crouser certifica a Estados Unidos como la potencia absoluta en esta disciplina del atletismo. 18 medallas de oro, 20 de plata y 12 de bronce le colocan a una distancia sideral de su más cercano competidor, Polonia, que apenas puede presumir de tres preseas doradas, dos de ellas gracias a Tomasz Majewski, campeón en Beijing 2008 y Londres 2012. A pesar de que Estados Unidos ha tiranizado la competencia, su último título olímpico databa de 2004, en Atenas, cuando Adam Nelson se hizo del oro con una marca de 21,16 metros. Hoy, pueden sonreír. El dominio que les fuer arrebatado por 17 años vuelve y con Crouser en pleno apogeo luce imposible que alguien se atreva a mediano plazo a opositar por su trono.
El lanzamiento de bala es una de las competencias tradicionales del olimpismo. Desde Atenas 1986, los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, esta disciplina ha estado presenta en cada edición de forma ininterrumpida. Junto al lanzamiento de martillo y el de disco, se trata de una prueba que mide la fortaleza de los competidores, quienes además de echar mano de sus atributos físicos deben mantener una templanza máxima y la concentración a tope para alcanzar la mayor distancia posible en sus lanzamientos. Un instante de perdición puede hacer la capacidad muscular sea inútil.
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