En su camino al título de Grand Slam número 21 en su carrera, ese que lo haría despegarse momentáneamente de Roger Federer y Novak Djokovic, el tenista español Rafael Nadal ha tenido que superar un duro escollo al enfrentarse al canadiense Denis Shapovalov en el Abierto de Australia. No solamente por el calibre del rival sino porque las altas temperaturas de Melbourne le jugaron una muy mala pasada.
Nadal se impuso a Shapovalov en los cuartos de final en una extensa batalla de cinco sets que acabó 6-3, 6-4, 4-6. 3-6 y 6-3 a su favor pero, sobre el cierre del partido, tuvo que recibir asistencia médica por un malestar estomacal que habría sido provocado por un golpe de calor.
Carlos Moyà, ex número uno del mundo y actual entrenador de Nadal, dio algunos detalles sobre el estado de salud de su pupilo de cara a su próximo compromiso. “Perdió cuatro kilos tras el partido, la deshidratación fue grande”, comentó en una entrevista con la Cadena COPE.
“Suele sufrir en esas condiciones. Había hecho todas las cosas bien, así que no esperábamos que iba a ocurrir a la hora y media de juego. Era ganar un set entero ante un jugador que estaba siendo mejor que él. Al final se juntaron el mal juego de Shapovalov y la fortaleza mental de Rafa”, explicó Moyà.
Este malestar sembró preocupación en el equipo de trabajo de Nadal de cara a su partido de semifinales frente al italiano Matteo Berrettini, aunque con el correr de las horas todo indica que podrá llegar en buenas condiciones. “Se recupera pronto de un golpe de calor. No he estado con él esta mañana pero imagino que habrá tenido días mejores. La clave es que va a tener un día extra que nos va a venir de perlas porque jugará el viernes”, valoró el ex jugador español, quien en 1997 perdió la final en Melbourne ante Pete Sampras.
Carlos Moyà reconoció también que “ni en el escenario más optimista” hubieran pensado que Nadal alcanzaría las semifinales del primer Grand Slam del año y aclaró que dentro del equipo prefieren no hablar de la posibilidad de que se convierta en el tenista con más trofeos grandes de la historia, aunque admitió que sueñan con ello. “Obviamente se sueña pero no se habla. El 21 no lo hablamos, sabemos que está ahí y la presión existe, la manera de afrontarlo es no darle importancia. Se hablará si se consigue a partir del domingo”, señaló.
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