A pesar de la reafirmación del proyecto deportivo a cargo de Amaury Vergara, Ricardo Peláez y Marcelo Michel Leaño, la turbulencia al interior del plantel de las Chivas del Club Deportivo Guadalajara por problemas de antaño no termina. Ángel Sepúlveda, quien fue refuerzo del equipo para el Apertura 2018, catalogó su paso por Chivas como uno de los peores en su carrera y confesó algunos de los problemas que vivió en su etapa al interior del vestidor en el Verde Valle.
Aunque hace más de tres años abandonó a la institución tapatía y, en la actualidad, vive su segunda etapa con los Gallos Blancos del Querétaro, Ángel Sepúlveda no olvida su paso por Chivas. En una entrevista para W Deportes, contó algunos detalles sobre la amarga situación que vivió en 2018 cuando, después de haber conseguido el campeonato, el equipo rojiblanco experimentó una estrepitosa decadencia.
“No quería decirlo, pero sí, porque no lo disfruté. No fui feliz. No tuve los minutos que yo pelee para estar ahí, era un sueño que quería cumplir. De cumplirlo, lo cumplí, pero eso es una página que ya dejé hasta ahí y ahorita quiero demostrar de qué estoy hecho”, contó al medio radiofónico.
Luego de brillar con Querétaro y Monarcas Morelia, las Chivas de Matías Almeyda buscaron reforzar al plantel para mantenerse en la cima de la Liga MX. De esa forma, encontraron en Sepúlveda al hombre ideal para fomentar la competencia al interior del plantel. Sin embargo, una serie de desencuentros entre el Pelado y la directiva encabezada por Amaury Vergara provocaron la salida del argentino y acentuaron los problemas de los que el jugador michoacano dio cuenta años después.
Ante la urgencia de conseguir un nuevo director técnico con la capacidad de dirigir y mantener el buen rendimiento del equipo, en el Verde Valle decidieron contratar a José Saturnino Cardozo. El paraguayo tuvo que lidiar con las bajas y el viejo esquema futbolístico que el equipo heredó de Almeyda. A pesar de la dificultad, tanto él como Sepúlveda experimentaron problemas mutuos, pues “llegó Cardozo y no nos llevamos, no le gusté”, contó el jugador.
“Recuerdo que en una jugada (en entrenamiento), van a abrir el balón y entonces, cuando me apoyo, hago un movimiento para quitarme de la línea del balón y me paró la jugada. Me dice ‘eso está mal’, yo le dije ‘es que estoy en la línea del balón’ y me contesta ‘aquí tú no pienses, aquí pienso yo’ (...) En otra ocasión, metí un gol con el pecho en la Copa y clarito se ve donde dice que quiere que marquen mano”, declaró.
La desorganización y los conflictos en el vestidor pronto se hicieron notar en el terreno de juego. Lejos de consolidar la jerarquía de campeones, las Chivas cayeron en un bache del que, casi cuatro años después, no han logrado salir por completo. Aunado a ello, Sepúlveda contó que “El vestidor de Chivas es puro mexicano (...) no es el mejor vestidor, a mí lo que me tocó es que hay muchos egos también, por qué no decirlo de esa manera. Donde se te hace complicado hay presión”.
Si bien no coincidieron en el mismo periodo, su testimonio se complementa con el de Uriel Antuna, quien llegó a las Chivas en el año 2020. Luego de permanecer dos temporadas, el medallista olímpico aseguró no sentirse arropado por sus compañeros de la institución. Aunque diversas voces al interior han intentado contrariar las versiones, ambos testimonios dan cuenta del complicado momento que atraviesa el tradicional equipo.
“Es un equipo importante en el futbol mexicano, que tiene ya varios años que no la pasa bien. Todo ese tipo de cosas te pueden jugar en contra. Con el respeto que se merece, hoy no es ese equipo que brilla, ese equipo que derrocha calidad, pero no deja de ser ese equipo con garra”, finalizó.
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