Novak Djokovic se marchó el domingo de Australia después de que la Justicia rechazara su recurso contra su deportación ordenada por el gobierno, que consideró que el número uno mundial del tenis representaba un “riesgo para la salud” por no haberse vacunado contra el Covid-19. La decisión, tomada por unanimidad por los tres jueces del tribunal, echó por tierra definitivamente las esperanzas del serbio de 34 años de ganar su 21º título de Grand Slam.
El escándalo que duró cerca de una semana tomó relevancia mundial y el tenista se convirtió en un referente para aquellos que se manifiestan en contra de la vacunación, motivo por el cual su figura quedó sumergida en el fondo de una gran controversia.
Durante el vuelo que lo llevó rumbo a Belgrado, en donde fue recibido por un grupo de fanáticos suyos, uno de los pasajeros le tomó una fotografía que se volvió viral en las últimas horas. Allí se lo ve a Djokovic sin su mascarilla colocada, mientras lee una revista. El barbijo está enganchado en una de sus orejas y cuelga sin taparle la boca ni la nariz, como es debido para evitar la propagación del Covid-19, sobre todo en espacios cerrados.
Durante los vuelos, las aerolíneas les exigen a sus pasajeros respetar los protocolos en todo momento, a excepción de los instantes en donde se come o bebe. En la imagen viralizada, que ha recibido todo tipo de comentarios, se ve que el número 1 del ranking ATP no está cumpliendo con las órdenes. Aunque, es preciso aclarar que en un video difundido por The Independent desde adentro de la aeronave, se ve al deportista de 34 años con el barbijo colocado en todo momento.
Por eso, la fotografía ha despertado polémica ya que algunos usuarios en las redes sociales la han aprovechado para criticar a Djokovic, mientras que otros indican que, en general, los pasajeros suelen quitarse el cubrebocas en sus asientos y que esto sólo se está utilizando como parte de una campaña en contra de Nole.
Con respecto a su deportación, que le impidió defender su título de campeón en el Abierto, el serbio declaró en un comunicado estar “muy decepcionado”: “Respeto la decisión del tribunal y cooperaré con las autoridades pertinentes en relación con mi salida del país”, añadió poco antes de abandonar Melbourne.
En sus conclusiones ante el tribunal el sábado, el ministro de Inmigración Alex Hawke había argumentado que la presencia de Djokovic en el país era “probablemente un riesgo para la salud”. Dijo que fomentaba el “sentimiento antivacunas” y podría disuadir a los australianos de recibir vacunas de refuerzo a medida que la variante ómicron se extiende rápidamente por el país.
La presencia del campeón en Australia podría incluso “provocar un aumento de los disturbios civiles”, añadió el ministro. Aunque calificó de “insignificante” el riesgo de que el propio tenista infecte a los australianos.
El domingo, en el tribunal, los abogados de Djokovic calificaron de “ilógica”, “irracional” e “irrazonable” la detención y posible deportación de su cliente. Pero no lograron convencer a los tres jueces del Tribunal Federal, que rechazaron por unanimidad el recurso, sin posibilidad de apelación.
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