Integra una de las familias más ricas de Qatar, pero Nasser Al-Attiyah durmió en una casa rodante común en el Rally Dakar en Arabia Saudita, donde alcanzó su cuarta victoria en la mítica carrera y ya es uno de los tres más ganadores en la categoría autos. Infobae siguió de cerca a este personaje que se maneja como uno más y es uno de los responsables de fomentar el deporte en su país en el que Lionel Messi buscará ganar la Copa del Mundo y donde Nasser le confesó a este medio que quiere tener los Juegos Olímpicos, un evento que también conoce mucho ya que fue medallista.
Nasser Bin Saleh Nasser Abdullah Al-Attiyah, más conocido como Nasser Al-Attiyah y en la jerga dakariana se ganó el apodo de “Príncipe del Desierto”. Vino al mundo el 21 de diciembre de 1970. Siempre le gustó el deporte y cuando cumplió 18 años empezó a correr en rally, pero durante siete años no pudo competir porque el presidente de la federación de su país pertenecía a una familia rival de los Al Attiyah y promocionó a otros pilotos. Entonces optó por el tiro al plato o skeet, que lo llevó a los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, Sídney 2000 (sexto lugar) y Atenas 2004, donde se quedó a las puertas de la medalla, que perdió en el desempate.
Pero lejos de colgar el casco de forma de definitiva volvió por su gran pasión que es automovilismo y en 2004 retomó su campaña y llegó al Rally Mundial y en 2006 logró el campeonato de Producción, que era la segunda divisional. Repitió el título en 2014 y 2015, pero a esa altura ya se era un referente del Rally Dakar donde también venció en 2011 con Volkswagen y en 2015 con Mini.
En esta edición a Nasser se lo vio siempre con un pantalón deportivo, una chomba y zapatillas. Pasó todo el tiempo con los mecánicos del equipo belga Overdrive que atendió su Toyota Hilux que tuvo apoyo oficial de Gazoo Racing, la división deportiva de la marca japonesa. Vivió el día a día de forma muy simple y hasta usó su casa rodante para hacer a mano y con un fibrón el recorrido completo donde escribió sus resultados.
En uno de esos momentos con la gentileza que lo caracteriza, aceptó el diálogo con Infobae. “Estoy bastante feliz de conducir este auto que no presentó ningún problema, sin ningún riesgo de rotura. Estamos liderando y controlamos todo el Dakar. Y estamos bastante contentos. Tengo tres Rally Dakar, pero quiero ganar otro”, contó en plena disputa de la 44ª edición que terminó este viernes.
Guarda un grato recuerdo de la Argentina. “Extrañamos correr en su país por el calor de la gente. Espero volver nuevamente a Argentina, pero no solo para correr sino también por su comida ¡Es genial! Allí estaba esa combinación fantástica de una atmósfera de miles de fanáticos con su amor por el automovilismo, la hospitalidad y los lugares hermosos”. Negó que haya comprado una posada en Córdoba, pero revela que “es un lindo lugar para estar, como otros de la Argentina”.
“En Qatar logramos una transformación única y es un país donde tenemos todo. Y estamos muy contentos de poder tener la mayor cantidad de eventos importantes como la Fórmula 1 (debutó en 2021), este año el Mundial de Fútbol y vamos por más”, afirma. ¿Cuál su mayor ambición? “Tener los Juegos Olímpicos y creo que algún día podremos lograrlo”, respondió.
La cita olímpica es un mundo en el que tampoco se quedó con la anécdota y ya siendo ganador del Rally Dakar, volvió a luchar por la ansiada medalla y en Londres 2012 donde consiguió la de bronce, también en tiro al plato, en lo que era hasta ese momento la tercera presea para su país en la competición.
Nasser es primo hermano del emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Zani, cuya fortuna se estima en USD 2.400 millones y quien también es el dueño del París Saint-Germain, que esta temporada disfruta del mejor futbolista del mundo. “Es muy bueno para todo el club y estemos felices de ver a Leo Messi en nuestro club. Me hace muy feliz poder disfrutarlo en nuestra casa. A fin de año lo veremos en Qatar y eso me ilusiona mucho. Con él Argentina es candidato a ganar la Copa del Mundo”, comenta sobre La Pulga.
La charla continúa, pero aclara que debe irse a la reunión de pilotos. Infobae lo acompañó y en el camino un grupo de fotógrafos le regaló una de las camisetas alternativas de Boca Juniors (número 14 con el nombre de Nicolás Capaldo, hoy jugador del Red Bull Salzburgo de Austria). Aunque lo que llamó la atención y sonrió porque el principal sponsor es la aerolínea qatarí.
Siguió caminando y luego se encontró con Kevin Benavides, el argentino que ganó en motos en 2021 y no pudo retener su título porque se le rompió el motor de su KTM en la décima de doce etapas. Luego ambos se fueron juntos a la reunión de pilotos que se hace al aire libre, cualquiera puede participar y la encabeza el director del Rally Dakar, David Castera.
Al-Attiyah supo cambiar la etiqueta que el puso el ambiente del automovilismo cuando llegó. El “loco lindo”, el de la “nota de color” porque es un jeque de Qatar y o por los prejuicios de que “corre porque es millonario”. Se formó como piloto, su humildad lo llevó a aprender de los mejores y su carisma le ganó millones de seguidores en todo el planeta.
Maduró como corredor y en 2019 consiguió su tercera victoria en el Rally Dakar que se realizó en Perú y que fue el primero con Toyota. Se consolidó como competidor del Rally Cross Country y comprendió que en esta especialidad no siempre gana el más rápido y al ser una competencia de varios días a veces hay que levantar el pie del acelerador. En esta mostró sus cartas en el arranque de la carrera donde ganó la primera y cuarta etapa y tras la sexta le había sacado 44 minutos a su inmediato perseguidor, el francés Sébastien Loeb, nueve veces campeón mundial de rally.
Además, suele declarar sin casete. “Se necesita competir, no estar en casa de un Dakar a otro”, fue el dardo que le tiró a Carlos Sainz en la conferencia de prensa en el día de descanso, en respuesta a las críticas del español que puso en duda cómo hizo Nasser para no tener problemas con la hoja de ruta en la primera etapa, algo que afectó a muchos. Cabe aclarar que el Matador en 2021 no corrió porque su equipo, Audi, terminó de construir el auto eléctrico a mitad de año y luego hicieron pruebas para su desarrollo.
En la segunda semana Al-Attiyah se dedicó a regular y cuidar la ventaja que tuvo y de esa manera el alcanzó ser 19º en la última etapa para conquistar otra victoria. “Soñábamos también con ganar mi Dakar número cuatro. En especial porque ganar aquí en Arabia Saudita es como hacerlo en mi hogar ya que estamos muy cerca (770 kilómetros de Qatar). También porque tengo muchos amigos”, le cuenta a este medio.
Nasser está casado, tiene dos hijos y disfruta mucho de su vida familiar, aunque tiene bajo perfil con ellos y los resguarda de la exposición mediática. A la distancia celebraron su victoria que lo posiciona como uno de los tres corredores más ganadores en autos en el Rally Dakar detrás de Stéphane Peterhansel (8) y ahora comparte el segundo puesto con el finlandés Ari Vatanen (4).
Cuando este viernes cruzó la meta en Yeda celebró exultante y deliró por su triunfo. Como de costumbre lució con orgullo la bandera de su país y la mostró parado sobre el capot de su camioneta. Recibió el abrazo de su equipo y como siempre tuvo sentido del humor: una persona perdió un billete 500 Riyals, la moneda saudita, Nasser lo agarró y preguntó de quién era y bromeó con quedárselo si nadie lo reclamaba, pero apareció quien lo había extraviado.
Infobae volvió a hablar con él y afirmó que “había ganador porque era el mejor”, respuesta en modo de broma, pero lo fue ya que capitalizó el buen medio mecánico y supo controlar la carrera más allá de su ventaja. Y para el futuro avisa que “este año seguiré corriendo en el Mundial de Cross Country”, donde defiende su quinto título y ya arrancó con el pie derecho pues desde este año el Rally Dakar forma parte del certamen ecuménico. Por ahora cumplió con su objetivo de ganar su cuarto Rally Dakar y que tuvo un gusto especial porque es el primero que consigue tan cerca de su casa.
SEGUIR LEYENDO