En junio de 2021, Álvaro Morata se fue del estadio de La cartuja, en Sevilla, silbado por buena parte del público tras no poder convertir goles ante Suecia para la selección de España durante la Eurocopa. Cinco meses más tarde, ante el mismo rival, se convertía en el héroe de la clasificación mundialista al marcarle el gol decisivo del pase a Qatar 2022. Enfrentado en algún momento con casi todos los entrenadores que tuvo, no paró de cambiar de equipo y pese a tener números de élite, no logró nunca consolidarse, lo que para algunos de los que lo conocen se debe a su “fragilidad mental”, aunque se trató con un profesional y sigue luchando para consolidarse en el fútbol más competitivo.
Morata tiene un extraño récord desde que debutó en la Primera División con el Real Madrid en 2010 y es que se trata del jugador que marcó más goles en toda Europa ingresando en los partidos en condición de suplente. Sin embargo, muchos le siguen cuestionando que esa contundencia no suele aparecer cuando inicia los compromisos como titular, aunque cuenta con un claro respaldo del actual entrenador de la selección española, Luis Enrique Martínez, con miras a lo que podría ser su primer Mundial en Qatar 2022.
Álvaro Borja Morata Martín nació en Madrid el 23 de octubre de 1992 y es hijo de Susana Martín Ramos y Alfonso Morata, ex director comercial de dos de las emisoras más fuertes de España, las Cadenas SER y COPE y tiene una hermana siete años mayor, Marta. Su ídolo desde muy pequeño y del que tenía pósters en su habitación era Raúl González, goleador del Real Madrid aunque su carrera, tal como la propia, comenzó en las divisiones inferiores del Atlético de Madrid, para luego consolidarse de blanco, y los dos comparten también el haber sido cuestionados en la selección española. También los dos debutaron en Primera en el mismo estadio, “La Romareda”, del Zaragoza.
Morata sabía que su destino para comenzar a jugar al fútbol sería el Atlético de Madrid porque su abuelo Ignacio ya le había regalado una camiseta rojiblanca después de que el padre rechazara su ingreso al club por los malos resultados en los estudios. A sus 11 años empezó a asistir al campus de la Fundación de los “Colchoneros” mientras cursaba en el colegio “El Prado”, de Mirasierra.
Fue en las divisiones inferiores del Atlético de Madrid donde coincidió con quienes luego sería compañero en el más alto nivel, el volante Koke y el arquero David De Gea (actualmente en el Manchester United), todos dirigidos por una gloria del club y ganador del recordado doblete (Liga y Copa) de 1995/96, Milinko Pantic. Sin embargo, de a poco fue siendo desplazado porque no encajaba en el sistema que utilizaba otro entrenador, José María Amorrortu. Tenía edad de categoría Cadete y entonces se marchó a otro equipo de Madrid, el Getafe y al año siguiente ya recaló en la cantera del Real Madrid, donde comenzó a destacarse.
En la categoría Juvenil A, dirigido por Alberto Toril, se produjo su explosión en la temporada 2009/10, cuando llegó a la final de la Copa del Rey de la categoría y aunque perdió –no pudo estar por lesión-, estuvo a un paso de una hazaña inédita en “La Fábrica” que es conquistar la Liga, la Copa y la Copa de Campeones en el mismo año. Morata marcó 34 goles, muy bien asistido por otro joven prometedor, Pablo Sarabia (ex PSG y actualmente en el Sporting Lisboa), el volante Oscar Plano (ahora en el Valladolid) y el lateral derecho Daniel Carvajal, quien hoy es titular del equipo blanco.
En febrero de 2011 ya se incorporó al segundo equipo del Real Madrid, el Castilla, que militaba en la Segunda B (Tercera) y pese a jugar en el equipo menos de cuatro meses, terminó siendo el goleador en el torneo, con 15 tantos, aunque no consiguieron el ascenso. Ese mismo año fue Botín de Oro con la selección sub-19 en Rumania, con 6 goles, la mayor cifra conseguida hasta hoy por un jugador en ese torneo. En Israel 2013, con la sub-21, volvió a ser el Botín de Oro del torneo europeo al marcar cuatro goles y gran figura de su equipo junto a Isco Alarcón, actual crack del Real Madrid, y ya había sido medalla de bronce en el Mundial sub17 de Nigeria 2009 y fue campeón de Europa sub-19 y sub-21. En total, llegó a marcar 45 goles en 83 partidos en las diferentes categorías con “La Roja”.
Aquella promesa de goleador que llegaba desde las divisiones inferiores ya iba a tener su debut en Primera el 12 de diciembre de 2010 ante el Zaragoza como visitante aunque ya había sido llevado a la pretemporada de Estados Unidos con el plantel principal y el 5 de agosto anterior pudo ingresar en lugar de Cristiano Ronaldo en un amistoso ante el América de México. Fue en aquella preparación en Norteamérica cuando sufrió los primeros choques con la marca de sus compañeros en los entrenamientos, como uno del holandés Drenthe que lo hizo llorar de dolor, y entonces consolado por el entrenador José Mourinho, con quien tuvo buena química desde el primer momento.
Fue precisamente Mourinho quien lo hizo ingresar también diez días después de su debut en un partido por la Copa del Rey en un 8-0 ante el Levante, reemplazando en el final a Kaká. El último de los goles fue producto de una gran jugada suya que finalmente tapó el arquero uruguayo Gustavo Munúa que aprovechó Pedro León para convertir. Ya en el vestuario, sus compañeros le regalaron una de las dos pelotas que se ganaron Karim Benzema y Cristiano Ronaldo con sus dos tripletes, y firmada por todo el plantel.
En esa temporada 2011/12 no sólo consiguió ascender a Segunda con el Castilla, en el que alternaba, sino que con el primer equipo ganó la Copa del Rey y la Liga Española. Por fin, para 2012/13 firmó su primer contrato profesional y le dieron la camiseta 21. Fue tal su feeling con Mourinho pese a los problemas internos del entrenador con muchos jugadores delplantel, que siguieron mensajeándose cuando el portugués ya se había ido del equipo. Ya desde 2013/14, con la llegada del italiano Carlo Ancellotti, algunas cosas fueron cambiando, y pese a la Champions League ganada en Lisboa, en una oportunidad recibió una dura reprimenda desde el banco y comprendió que era un buen momento para aceptar una salida, cuando apareció una oferta de la Juventus. Se iba del Real Madrid con 11 goles en 49 partidos y sin haberse podido consolidar nunca como titular, tapado por los cracks del momento.
En la Juventus coincidió con un plantel muy rico en jugadores, como Arturo Vidal o Carlos Tevez, que estuvo muy cerca de conseguir el triplete (Serie A, Copa Italia y Champions League) aunque chocó en la final europea ante el Barcelona de Luis Enrique aún con Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Lionel Messi y Neymar. Los italianos pagaron 20 millones de euros por el pase, aunque los españoles ser reservaron una opción de recompra por 30 millones. Pese a la enorme expectativa, al segundo entrenamiento sufrió un esguince de rodilla de segundo grado que lo marginó de las canchas por cincuenta días, aunque finalmente, esta fue una de las mejores etapas de su carrera, la de mayor regularidad. Antes de llegar a la final de la Champions, la Juventus debió jugar en semifinales nada menos que ante su ex club, el Real Madrid. Morata marcó un gol en la ida, en Turín, y otro en la vuelta, en el Santiago Bernabeu, con el que los blancos quedaron eliminados. Para la temporada siguiente, la 2015/16, ganó la Supercopa de Italia, la Copa Italia y la serie A. En total marcó 27 goles en 93 partidos en la “Vecchia Signora” cuando el club de la capital española decidió hacerse cargo de la opción del contrato para el verano de 2016.
Morata se reincorporó a su viejo equipo, en una época de esplendor, pero con el problema de que ni Benzema ni Cristiano Ronaldo se habían marchado, y además el plantel contaba con el galés Gareth Bale en el ataque, por lo que otra vez comenzaba a padecer los mismos problemas que en la etapa anterior y ni siquiera importó que se ganara la Champions 2016/17 justamente ante la Juventus en Gales, la Liga, la Supercopa de Europa o el Mundial de Clubes ante San Lorenzo.
Para junio de 2017, el agente de Morata, Juanma López, anunciaba un acuerdo con el Manchester United, que finalmente no se concretó, pero que mostraba la incomodidad del delantero, que chocaba permanentemente con el entrenador francés Zinedine Zidane, al notar que disponía de escasas chances para jugar como titular. Fue entonces cuando apareció el Chelsea para comprar su pase. En el último partido de blanco (marcó 20 goles en 43 partidos en esta etapa), el DT lo sustituyó y el delantero, al salir, hasta se negó a darle la mano.
Todo parecía cambiar con su pase a la Premier League, al punto de que el italiano Antonio Conte, llegó a manifestar que no le importaría que el delantero español se casara con su hija, si hiciera falta, pero con el correr de la temporada, llegó a hacerlo entrar como suplente en el minuto 89, reemplazando al belga Eden Hazard, en una humillación que terminó con la buena relación entre ambos. En los “blues” de Londres llegó a ganar una Europa League y una FA Cup, con 24 goles en 72 partidos. Las expectativas tras su debut fueron máximas cuando ingresó desde el banco ante el Bunrley y marcó un gol y hasta dio una asistencia, lo que lo convirtió en el segundo jugador de la historia de la liga en conseguirlo. El Chelsea había pagado por su pase 80 millones de euros y cuando le consultaron a Morata por su segunda salida del Real Madrid, sólo afirmó que “cuando estás cedido y hay varios clubes de por medio, tu opinión cuenta bastante poco”. Lo cierto es que el idilio con el Chelsea no duró demasiado. En otro partido ante el Burnley, que los “blues” perdieron 1-2, recibió insultos mientras ocupaba el banco de suplentes y los devolvió con gestos hostiles hacia la tribuna. Horas más tarde pidió disculpas en las redes sociales. Se consideró que estaba alterado porque se jugaba sus escasas chaces de ir al Mundial de Rusia con la selección española, aunque finalmente no fue tenido en cuenta.
Con la salida de Conte al terminar la temporada 2017/18 llegó en su lugar otro italiano, aunque de ideas muy diferentes como Maurizio Sarri, y llegaron los primeros choques. El nuevo DT manifestó públicamente que Morata “es frágil desde el punto de vista mental pero –matizó- es joven y lo puede cambiar”.
Fue en esta época en la que Morata lo pasó peor. Llegó a estar muy cerca de una depresión y sus actuaciones lejos de su nivel y su exclusión del Mundial 2018 lo llevaron a consultar a un psicólogo. “Estaba en el centro de todo y en Inglaterra, cuando ellos creen que no estás en el nivel, te matan por todos lados –le dijo el delantero al diario “El Mundo” de Madrid en aquel momento- y cuando la cabeza no va bien, eres tu peor enemigo. En esos momentos, da igual lo que hagas. Siempre luchas contra ti mismo”.
No duró mucho más y para enero de 2019, en el mercado de invierno, regresó a Madrid pero para jugar en el Atlético del “Cholo” Diego Simeone, pero tampoco pudo terminar de consolidarse y sus quejas por sus suplencias terminaron por agotar también al DT argentino y en septiembre de 2020 fue cedido por los españoles nuevamente a la Juventus aunque el veterano arquero Gianluigi Buffon lo instó entonces “a olvidar los problemas mentales”. En los “colchoneros” llegó a marcar 22 goles en 61 partidos.
La Juventus pagó 10 millones de euros por el préstamo, con una opción de 45 y hasta mediados de 2022. Morata ya era otro. Había crecido, y ya no sólo aparecía como goleador, sino como asistente de Cristiano Ronaldo. “He crecido bastante, sobre todo en la implicación con el equipo. Nunca había dado tantas asistencias porque es verdad que tuvo que adaptarme un poco para poder jugar con tantos cracks como tiene la Juventus”, afirmó.
En la “Vecchia Signora” lleva marcados 28 goles en 54 partidos, y aunque ganó la Supercopa italiana 2020 y la Copa de Italia 2020/21, no es el mejor momento del equipo, que consiguió diez scudettos seguidos pero ahora parece haber perdido fuerza aunque él sea el segundo máximo anotador del plantel en la actualidad. Sin embargo, ya se desgastó la relación con el entrenador Massimiliano Allegri, especialmente tras un partido ante el Genoa en el que fue sustituido por Moise Kean y el DT le recriminó una jugada en la que terminó amonestado por el árbitro. “Debes callarte porque les regalaste una falta”, le dijo cuando Morata se iba del campo, quejándose: “Pero…¿qué hice?, ¿Qué hice?”. Después, el entrenador explicó lo sucedido. “No quería cambiarlo, pero había sido amonestado y seguía protestando. Lo siento, estaba jugando bien técnicamente aunque no había podido marcar goles”.
En total de su carrera como jugador de equipos lleva 176 goles en 473 partidos. En la selección española, tiene 13 goles en 13 partidos como juvenil y otros 13 pero 29 en la absoluta. Con “La Roja” tuvo su debut en un partido clasificatorio para la Eurocopa 2016 ante Bielorrusia en Huelva, en 2014 y al poco tiempo, un gol suyo ante Ucrania en la victoria 1-0 en el Sánchez Pizjuán terminó de ayudar a su equipo y le permitió jugar el torneo continental en el que llegaron a los octavos de final. Sin embargo, dos años más tarde, Julen Lopetegui no lo incluyó en Rusia 2018, aunque lo tomó bien apenas supo que no estaba, manifestó su apoyo a sus compañeros en las redes sociales.
Sus vaivenes en la selección española son notables. Pasó de villano a héroe y de héroe a villano con mucha facilidad. En junio pasado, fue silbado ante Suecia por la Eurocopa cuando no podía encontrar el gol y recibió el apoyo de sus compañeros y de su entrenador, Luis Enrique. Todo cambió días más tarde cuando marcó el gol ante Italia en semifinales, aunque luego, en el mismo partido, fue quien falló su penal permitiendo que su rival pasara a la final de Wembley y luego se coronara campeón.
Morata recibió entonces amenazas, cuando antes había sido su mujer, italiana, la que las había sufrido durante el partido, cuando su marido marcó el gol. “Honestamente, no estoy sufriendo por ninguno de estos mensajes. Ni siquiera creo que sea un factor de ‘italianos’, sino de ignorancia, Pero creo que si le hubiera pasado a una chica más frágil, habría sido un problema. Recordemos que es un deporte para unir y no para dar lugar a frustraciones. Realmente espero que en el futuro se pueda tomar medidas serias en relación a este tipo de personas porque esto es vergonzoso e inaceptable”, llegó a decir su esposa Alice Campelo.
Con ese gol a Italia, Morata se convirtió en el máximo anotador español en las Eurocopas, superando a Fernando Torres. Muchos recordaron, entonces, aquel partido de junio cuando tras una hora sin poder meter la pelota en la red, ante Suecia, fue sustituido por el DT Luis Enrique y recibió los silbidos de reprobación desde los cuatro costados. “No es la primera vez y no hay que dudar de un delantero como Álvaro, que ha demostrado muchísimo. No acertó hoy pero quizá en el próximo mete tres y calla la boca de todos”, advirtió su compañero y marcador central del Manchester City, Aymeric Laporte. “He visto dos reacciones del público con Morata. Hubo una crítica, pero también otros corearon su nombre. Me quedo con eso. Yo intento proteger al máximo a mis jugadores y estoy más contento con la reacción de la afición al cantar su nombre”, explicaba Luis Enrique. “Opinar en este país es fácil y gratis. Que la gente piense lo que quiera”, dijo entonces un fastidiado Morata.
Todo parece cambiar con su gol a Suecia el pasado 14 de noviembre, que significó la sufrida clasificación española al Mundial de Qatar 2022, cuando dos fechas antes parecía casi condenada a jugar un durísimo repechaje. Aquella vez le dedicó el tanto a Miguel Ángel, un niño de diez años con una enfermedad terminal que falleció poco tiempo después y con el que el delantero se había implicado y hasta manifestó su tristeza en las redes sociales cuando se enteró de la triste noticia.
Al delantero se le conocieron dos parejas antes de casarse. La primera con Clara Barber, una modelo que estudiaba medicina, y luego con María Pombo, quien cursaba Protocolo y Turismo. Pero en junio de 2017 contrajo matrimonio con la influencer italiana Alice Campello, de 25 años y nacida en Mestre, muy cerca de Venecia. Con más de dos millones de seguidores en Instagram, y con emprendimientos en ropa urbana y perfumes de mujer como “Masqmai” y en España, Alice es la imagen de la línea de belleza de “Yves Saint Laurent” y colabora con marcas como “Dior”.
La familia de Campello es muy conocida en Italia. Su padre, Andrea, es un empresario conocido como “El rey de los concesionarios” al ser dueño de uno de los más prósperos del país, “Campello Motors” que distribuye en exclusiva modelos de Fiat y Jeep en el norte y es un amante de la dolce vita y de la Fórmula Uno. Le encanta navegar por el Mediterráneo y es amigo del campeón de motociclismo Valentino Rossi.
Morata y Campello tienen tres hijos, los mellizos Alessandro y Leonardo, nacidos en 2018, y Edoardo, en 2020, y ya están planeando renovar sus votos con una fiesta idéntica a la que organizaron hace cinco años en Giucecca, una isla cercana a Venecia, a la que se llega únicamente en taxi-barco.
En febrero pasado, Morata sorprendió al conocerse que padecía citomegalovirosis (CMV), una enfermedad que no suele provocar síntomas en personas sanas pero una vez que se activa, queda de por vida en el organismo. En una oportunidad, en el partido ante el Porto por la Champions League, llegó a rozar el desmayo.
Morata es aficionado a la lectura y a los videojuegos, así como al pádel y al golf. “Es un delantero completo que tiene todo: velocidad, calidad con la pelota, un movimiento fantástico y además, marca goles”, lo describió el ex talentoso volante y ahora entrenador inglés Frank Lampard.
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