“Agarrala ahora porque se mete en su casilla y luego es imposible”, le avisa el navegante uruguayo Sergio Lafuente a Infobae sobre la posibilidad de hablar con Dania Akeel, la piloto saudita que hace historia en un país donde las mujeres recién pudieron tener licencias de conducir en 2018: ella ya es campeona mundial y debutó en el Rally Dakar donde cumplió una buena labor en la divisional T3 (prototipos ligeros), una de las que integra los UTV o Side by side.
Dania nació en Yeda y de chica miraba las carreras de Fórmula 1 junto a su padre. Siempre le gustó la velocidad y de pequeña la buscó en bicicletas, patinetas o patines. Tiene 33 años y a los 17 sacó el registro para conducir en Londres. Al año siguiente empezó a estudiar la carrera de licenciada en Historia y Política Moderna en la Universidad Royal Holloway de Londres, y luego completó una maestría en Negocios Internacionales en Hult International Business School en los Estados Unidos. Hoy combina su pasión por el automovilismo con la consultoría y la charla motivacional.
“Si bien nuestro destino está escrito, nuestro destino está igualmente formado por nuestras decisiones”, reza la leyenda en su sitio web. Además, escribió un libro llamado “Caída libre” (Freefall) donde cuenta experiencias de vida que la marcaron como cuando trepó el Himalaya o hasta su visita en el Círculo Polar Ártico.
En 2016 retornó a Arabia Saudita y recibió la primera licencia femenina en su país para correr en autos y motos, disciplina donde empezó a acelerar en las pistas con la Copa Ducati en la temporada 2019/2020 de la Superserie Nacional de motos deportivas de los Emiratos Árabes Unidos y recibió la mención de “Debutante del Año”. También corrió en el campeonato BMR 600 en Bahréin, donde tuvo un accidente que la hizo reflexionar y pasó a las cuatro ruedas y mostró su versión. Al poco tiempo se convirtió en la primera mujer saudita en correr en el rally raid, especialidad donde hizo sus inicios con un curso de conducción a lo largo de la Laponia sueca, en una región formada por lagos helados donde aprendió a derrapar.
Cuando el Rally Dakar empezó a correrse en su país, Dania apareció en los diversos campamentos para conocer el ambiente y se sintió atrapada por la carrera más dura del mundo. Luego de dos ediciones en las que las vivió desde abajo, la tercera fue la vencida y arriba del auto cumplió una buena labor.
Akeel no suele hablar con los medios durante una competencia, pero no por descortés, si no porque es muy profesional y está muy concentrada en la actividad. “Es un robot”, la define Lafuente. Luego de una larga espera a que terminen con uno de los tramos cronometrados y lleguen al campamento, se siguió el consejo del navegante charrúa y Dania aceptó charlar unos minutos con Infobae. “Simplemente me encanta conducir desde que soy joven. Es algo natural y es asombroso estar al volante de un auto de carrera. Pero lo hago con mucha humildad esperando aprender día a día”, explica sobre cómo nació su amor por el automovilismo.
Aprendió rápido ya que en 2021 ganó la Copa Mundial de Bajas Cross-Country de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), que es una disciplina similar al rally raid, pero con distancias más cortas. Lo hizo en la categoría T3, la misma donde compitió en estos últimos días en el Rally Dakar. Es una divisional de los UTV o Side by side, los vehículos tipo arenero.
Dania se muestra con el equipo unos minutos antes y después de la actividad. Habla con todos y cada uno y no se guarda ninguna pregunta. También les cuenta con mucho entusiasmo todos los detalles y el funcionamiento del auto para sus mecánicos puedan efectuar los arreglos necesarios. Y todo el tiempo se apoya en la experiencia de Lafuente.
En su primer Rally Dakar afirma: “Mi objetivo es terminarlo y aprender todo lo que pueda. Y la forma de hacerlo es conducir a un ritmo cómodo, acorde a mis habilidades como piloto, y espero mejorar con cada kilómetro. Pero el objetivo es mantener el equilibrio, concentrarme y mantenerme”.
Sostiene que “todo es difícil en el Rally Dakar, no hay algo que sea más difícil que otra cosa”. Más allá de eso demostró una buena adaptación y en la primera semana pudo terminar sexta en la clasificación general entre 47 pilotos.
“El auto es increíble. Tiene una gran potencia, gran equilibrio”, describe a su Can-Am Maverick X3 que fue atendido por el equipo South Racing, uno de los más experimentados.
-¿Les estás abriendo las puertas a otras mujeres de tu país?
-Creo que las puertas están abiertas para todas ellas, tienen su elección de qué hacer. Las oportunidades están disponibles y son maravillosas. Tenemos la suerte de tener un evento tan grandioso (Rally Dakar). Y Arabia Saudita está haciendo un trabajo increíble al organizarlo. Y espero que todos lo disfruten tanto como yo.
-¿Sentís presión por el lugar que ocupás?
-No creo, cada una debe hacer su camino. En mi caso me enfoco en mi trabajo. Cuando eres piloto, conduces lo mejor que puedes en cada kilómetro y eso es lo único que puedes hacer. Hacer lo mejor posible significa el amor que tenés por el automovilismo.
Según el sitio del Rally Dakar, la llegada del evento a su Arabia Saudita en 2020 generó que la Federación del Deporte Motor local la convoque a Dania para motivar a otras mujeres a que incursionen en el automovilismo. Pero ella no es la única ya que también está Mashael Al Obaidan, que corrió también con Maverick X3 en la misma divisional.
Pero el de Akeel es el caso emblemático porque fue la primera en empezar a competir y demuestra su potencial para llegar lejos y lo ratificó en todo el Rally Dakar. Más de su resultado final en la carrera ella ya hizo historia.
“Es un robot”.
El uruguayo Sergio Lafuente es uno de los personajes más conocidos en el Rally Dakar y corrió en cuatriciclos entre 2011 y 2015. Luego se convirtió en navegante. El Oso le cuenta a Infobae cómo llegó a acompañar a Akeel en la 44ª edición de la legendaria competencia: “La conocí en el comedor y ella es amiga del árabe con el que corrí en 2021, Saeed Almouri. Conversamos y en marzo yo corrí con Saeed en el campeonato árabe y ella me dijo si no le podía conseguir un copiloto. Le di varios teléfonos y probó, pero parece que no llegaron a un acuerdo. Y como Saeed tuvo uno problemas con sus sponsors, le dijo que me llamara. Ella habló con Nasser Al-Attiyah para preguntarle qué tal era y ahí llegamos a un acuerdo”.
El oriental destaca: “Primero es buena gente. Se bancó el Rally Dakar de diez. Tiene ganas de aprender y aprende rapidísimo. Realmente tiene talento y es como un robot, no se cansa, desde que se sube al auto hasta que se baja no transpira, entrenó como para la guerra y está muy bien preparada. Es una máquina y estuvo enfocada en terminar el Rally Dakar, es lo único que quería”.
“Cada día íbamos un poco más rápido y la tenía que estar frenando porque se entusiasma y le da. Es buena gente, buena atleta y tiene un futuro tremendo acá. Si sigue por este camino le va a ir muy bien”, agrega el ex representante olímpico en pesas en los Juegos de Barcelona 1992 y Atlanta 1996.
Por último, sobre Dania afirma: “Aguanta la presión de ser ella la que abra las puertas de las mujeres sauditas. Ella sabe que no puede fallar porque está haciendo el camino”.
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