El escándalo internacional que se está desarrollando en Australia con Novak Djokovic como protagonista principal tiene múltiples vertientes de análisis. El número 1 del ranking mundial ingresó al país organizador del primer Grand Slam de la temporada sin el calendario de vacunación contra el coronavirus estipulado tras recibir una exención médica desde el ente tenístico, pero luego que puso un pie en el aeropuerto de Melbourne se desató una historia sin precedente que tendrá su desenlace en las próximas 24 horas.
Luego de una extensa detención en un hotel de migrantes y un juicio que le permitió permanecer en Australia con el fin de entrenarse para el torneo, el ministro de Inmigración, Alex Hawke, canceló este viernes nuevamente el visado del tenista número uno del mundo alegando “asuntos de salud y orden público”, lo que desató una audiencia de urgencia durante la noche australiana del viernes entre los representantes de Nole y las autoridades locales que esclareció los pasos a seguir.
Djokovic está actualmente recluido en una “dirección residencial”, pero será detenido en las próximas horas después de la entrevista que deberá afrontar con los funcionarios de migraciones este sábado a las 8 de la mañana de Australia (viernes 18 horas de Argentina), según detalló el juez Anthony Kelly que comandó la última audiencia.
Más allá de que no hubo detalles sobre el lugar de detención teniendo en cuenta las distintas quejas que presentó su círculo por el hotel de migrantes en el que lo aislaron inicialmente, Nole podrá estar acompañado de sus abogados durante todo el tramo ya que el caso podría tener su último campanazo en la brevedad, a horas del inicio formal del cuadro principal del Australian Open que debería emparejar al serbio contra su compatriota Miomir Kecmanovic.
Si bien el gobierno se comprometió a no deportar a Djokovic mientras dura este debate judicial, las horas claves de todo este escándalo que se inició hace casi diez días llegarán durante el sábado. Finalmente, el magistrado dictaminó que el caso sea transferido a un Tribunal Federal y se pactó una audiencia para el sábado a las 10.15 de Australia (viernes 20.15 horas de Argentina).
Mientras todo esto sucede, el abogado Nick Wood, que representa al deportista de 34 años, aseguró que la cancelación de la visa de su defendido se desarrolló porque su presencia en Melbourne “excitaría el sentimiento antivacunas” y calificó de “irracional” la determinación.
Esta batalla cuenta con componentes políticos, deportivos y sociales. Australia vivió uno de los aislamientos más largos del mundo a raíz de la pandemia y presenta reglas inflexibles, al mismo tiempo que debió reinstalar algunas restricciones durante los últimos días ante la nueva ola de contagios que significó la variante Ómicron. El Estado de Victoria, donde se desarrolla el “caso Djokovic”, cuenta con un 92% de sus ciudadanos con el esquema de vacunación completo según las últimas cifras del diario australiano The Age. Al mismo tiempo, tiene más de 200 mil casos activos de COVID-19 y una de las cifras más altas de muertes.
El periodista Sherryn Groch del citado medio local asegura que las opciones legales de Nole “son muy limitadas” a raíz del “amplio alcance de las facultades del ministro” y aclaró que la revocación de su visa por segunda vez hace crecer un fantasma que ya deambula desde hace días: Djokovic podría enfrentar una prohibición de tres años sin ingresar al territorio australiano.
“Una cancelación de visa bajo el poder personal del ministro viene con una prohibición automática de tres años para ingresar a Australia”, informó el cronista, aunque aclaró que ese castigo podría desaparecer si hay razones convincentes para hacerlo en el futuro. Mientras todo este tema se desarrolla, los funcionarios australianos también conviven con su propio tablero políticos y esto tomó una posición central en la agenda de debate.
De todos modos, no es un dato menor para el número 1 del mundo lo que podría suceder en su futuro. Luego de apoderarse del Australian Open, Wimbledon y Roland Garros en el 2021, Djokovic igualó la cifra de 20 torneos Grand Slam que ostentaban Rafael Nadal y Roger Federer, pero hasta el momento no logró superarlos porque cayó en la final del US Open ante Daniil Medvedev.
La edición del 2022 del Australian Open aparecía como su momento glorioso, ya que es el máximo ganador de este certamen con nueve trofeos, pero el panorama podría cambiar drásticamente y podría quedarse sin jugar su torneo favorito hasta el 2025 en caso que se materialice ese duro castigo con el que lo amenazan actualmente.
Un fantasma mucho más grande –y que suena verdaderamente irreal– nació en los últimos días luego que Nole reconociera algunas de las fallas de su documentación tras las acusaciones. El diario The Age aclaró que Asuntos Internos había ampliado la investigación en torno al tenista para analizar las incongruencias que se plantearon ante sus confesiones públicas y los periodistas Anthony Galloway, Paul Sakkal y Ben Grubb dejaron un pieza que encendió las alarmas mundiales: “La pena máxima por dar pruebas falsas en virtud de la Ley de Delitos es una pena de prisión de cinco años”.
Los focos están puestos sobre los incumplimientos de su aislamiento en Serbia –que también le abrieron una nueva ventana de problemas en su país–, las falencias al completar su formulario de entrada a Australia y las inconsistencias en torno a la fecha de los resultados de su testeo. “Está investigando nuevas preguntas sobre si el resultado positivo de Djokovic para COVID-19 fue manipulado después de que surgieron inconsistencias sobre el momento y el resultado de su prueba PCR”, aclararon días atrás en el medio australiano sobre este tema que generó gran atención en todo el planeta.
En relación a este tema, Groch realizó una serie de explicaciones teniendo en cuenta que las declaraciones de viaje son un documento legal para el gobierno australiano: “Lo que significa que dar información falsa o engañosa sobre ellos se considera un delito y conlleva hasta 12 meses de cárcel”. Al mismo tiempo, detalló que la Ley migratoria local deja en claro que el papeleo es responsabilidad del solicitante (en este caso Djokovic) por más que la documentación haya sido completada en su nombre (en este caso, el agente de Nole).
El debate sobre respetar las reglas también escaló profundamente en el circuito y, más allá de las críticas que deslizó días atrás Rafael Nadal, fue Stefanos Tsitsipas, número 4 del ranking masculino, uno de los más duros: “La ATP anunció ciertos criterios para que los tenistas puedan entrar al país y nadie realmente pensó en llevarle la contra a Australia, venir sin vacunarse. Para mí se aplicó un modo, para Novak fue otro. Hay dos maneras de mirarlo. Una es la que hicimos casi todos los jugadores ya que las estadísticas dicen que el 97% de los participantes fueron vacunados, que hicieron lo que tenían que hacer para poder estar en Australia. Seguimos los protocolos para poder competir, fui muy disciplinado en esa parte, la otra vereda te diría que no todos están cumpliendo las reglas de como Australia y el gobierno del país decidieron las cosas. Esa pequeña porción que decidió seguir su camino hace ver a los demás como unos tontos”.
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