Historias como la de Blue Demon y El Santo comenzaron en el cuadrilátero para, posteriormente, consolidar su fama en el cine mexicano. Sin embargo, existe un caso particular que siguió un camino totalmente contrario. En el auge de la lucha libre mexicana, a mediados del siglo XX, el productor Joselito Rodríguez y su hijo Juan Rodríguez Mass idearon un personaje ficticio con identidad de luchador, es decir, el Huracán Ramírez. El renombre fue tal que el enmascarado no demoró en incursionar en las mejores arenas del país.
Era el año de 1952 cuando llegó a la pantalla grande la película del luchador. En aquel entonces, el productor y su hijo optaron por otorgar el personaje al galán del cine mexicano David Silva Guglielmeti, quien le dio vida a Fernando Torres, el hombre detrás de la máscara del Huracán Ramírez. Su presencia en la pantalla grande, así como la calidad en su interpretación, rápidamente le abrieron paso entre los aficionados del pancracio nacional.
Eduardo Bonada fue el luchador que dio vida, de manera simultánea, al Huracán fuera del cine, un terreno donde las habilidades histriónicas del galán Silva eran superadas. De esa forma, se encargó de presentar al personaje en las arenas, así como consolidar la aceptación y éxito que se cosechó desde la difusión de la película.
Desde entonces, y hasta el año de 1959, Bonada fue el encargado de personificar al Huracán Ramírez. No obstante, tras siete años de intensa labor renunció a su papel y los productores de la película se vieron obligados a buscar al reemplazo para garantizar la continuidad de la zaga. Fue entonces cuando comenzó la búsqueda de un nuevo atleta y dieron con quien se encargaría de consolidar la leyenda.
Para el casting fueron solicitados diversos personajes consolidados en el deporte nacional. Sin embargo, debido a que en algunas escenas de las películas que completaron la saga era necesario despojarse de la máscara, muchos personajes se negaron por el temor a revelar su identidad. Como resultado, después de una larga búsqueda encontraron a la persona ideal para llevar al personaje fuera de las salas de cine.
Daniel García Arteaga fue el candidato ideal para personificar al Huracán Ramírez. El originario de la Ciudad de México provenía de una familia con antecedentes en el cuadrilátero. De hecho, sus hermanos mayores dieron vida a otros personajes como La Pantera Roja, Rudy García y El Demonio Rojo, por lo que su adaptación no fue un impedimento. Incluso, se adjudicó la creación del movimiento conocido como hurracarrana, aunque originalmente se le llamó huracanada.
Entre sus despojos más preciados como luchador profesional se encontraron las máscaras de otros íconos como Espanto III y El Enfermero, así como la cabellera de El Signo. Junto con el Rayo de Jalisco, despojó de su careta a los Hermanos Muerte I y II. Más allá de dichas rivalidades, su palmarés estuvo conformado por el título nacional welter, obtenido en el año 1965; así como la corona mundial en el mismo peso, aunque avalada por la NWA en el mismo año.
Diversas fuentes también lo catalogan como el precursor de un tipo de combate en la lucha libre. Y es que, supuestamente, en mayo de 1963 llevó a cabo un reto en contra de un boxeador conocido como El Tigre Francés. El combate se habría realizado en la ciudad de Bogotá, Colombia, aunque no se documentó el resultado final de la reyerta.
Al tiempo, García Arteaga interpretó al Huracán Ramírez en cinco de las películas que completaron la exitosa saga, aunque su ausencia fue notoria en la última de ellas, emitida en el año 1989 con el título Huracán Ramírez contra los terroristas.
Después del éxito conseguido en el cuadrilátero, el 5 de febrero de 1987, a la edad de 61 años, decidió retirarse de manera definitiva en una función estelarizada en el Toreo de Cuatro Caminos. Debido a la añoranza que causó su baja, diversos personajes intentaron retomar la estafeta, aunque ninguno de ellos logró consolidar el carisma de Daniel García. Finalmente, el hombre detrás del Huracán falleció el 31 de octubre de 2006 por un infarto al miocardio.
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