Las confesiones de Novak Djokovic no solo dieron un giro a la investigación en Australia, donde se expone a una pena de hasta cinco años en prisión, sino que también provocaron que el Gobierno de España pusiera la lupa sobre su viaje al país días antes de su llegada para participar del primer Grand Slam del año.
“El Gobierno de España está investigando si Djokovic entró legalmente en nuestro país, ya que estuvo entrenando en Marbella”, publicó la Cadena COPE. En España se hicieron eco de las revelaciones de Nole, quien reconoció que brindó una entrevista a un diario deportivo francés el 18 de diciembre, un día después de que confirmaran que había dado positivo al test de COVID-19.
En el comunicado que publicó en su cuenta de Instagram este miércoles, Djokovic también admitió “un error humano no deliberado” en su declaración jurada que presentó a su llegada a Australia y culpó directamente a su agente. “Sinceramente se disculpó por tipear la caja incorrecta sobre mi viaje previo a Australia”, indicó.
De este modo, Djokovic confesó dos de las grandes polémicas que se habían posicionado sobre su figura, teniendo en cuenta que el fin de semana había sido señalado porque se lo vio en diversos eventos –incluso en uno con varios niños– tras dar positivo, aunque él sólo aceptó que sabía de su contagio cuando realizó dicha entrevista con L’Equipe.
Ahora bien, a raíz de estas revelaciones del deportista, el Gobierno de España investiga si Djokovic entró legalmente al país. El periodista Ángel García informó en “Tiempo de Juego” que el tenista estuvo en Belgrado entre el 14 y 25 de diciembre y que el 31 de diciembre viajó a Marbella, donde fue visto el 2 y 3 de enero entrenando para competir en el Abierto de Australia.
Un dato no menor es que desde el 20 de septiembre los ciudadanos serbios están obligados a exhibir un certificado de vacunas o exención médica para ingresar a España. Según las nuevas restricciones, podrá hacerlo aquella persona que indique una “labor necesaria” o que forme parte de las “pruebas deportivas de alto nivel”, en este caso. Por esto, las autoridades españolas investigan si Djokovic solicitó un permiso especial para realizar estas tareas que -a priori- no lo incluirían.
Según el Boletín Oficial del Estado (BOE), “solo pueden entrar en España residentes en Serbia que tengan certificado de vacunación completo o autorización especial”. A partir de ello, los ministerios del Interior y AAEE de España investigan la entrada de Djokovic que, según adelantó el sitio español, “Djokovic no pidió ningún permiso especial ni a la Embajada de España en Belgrado ni al Ministerio de Asuntos Exteriores”.
La Cadena COPE además indicó: “El Ministerio del Interior ha confirmado que también han preguntado a la Policía (sobre el ingreso de Djokovic a España), mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores ha hecho lo mismo”. Asimismo adelantaron que es probable que el gobierno de a conocer el informe final del caso este jueves por la tarde.
Por su parte, Australia también investiga a Djokovic luego de que detallara viajó a España desde Belgrado durante los 14 días previos a llegar a Australia, pero con una falla grave: indicó que recibió el test positivo la noche del 17 de diciembre, pero en su declaración jurada ante la corte advirtió que fue “examinado y diagnosticado” el 16 de diciembre, según citó el diario australiano The Age.
Este ítem tomó una relevancia sustancial en el caso y hasta el medio en cuestión indica que Asuntos Internos está investigando esta incongruencia: “La pena máxima por dar pruebas falsas en virtud de la Ley de Delitos es una pena de prisión de cinco años”, puntualizaron los periodistas Anthony Galloway, Paul Sakkal y Ben Grubb. A esto hay que sumarle que días atrás fuentes fronterizas australianas habían advertido en medios locales que podrían impedirle la entrada al país hasta por tres años: “A una persona cuya visa haya sido revocada se le puede prohibir por un período de tres años que se le emita incluso una visa temporal”.
No es el único tema que está bajo la órbita después que el cronista Ben Rothenberg –habitual colaborador del diario New York Times– planteara en sus redes sociales el llamativo cambio de resultados que muestra el testeo formal que presentó Djokovic ante las autoridades. El periodista escaneó el código QR en distintas ocasiones, pero el resultado que le apareció fue “positivo” y luego “negativo”.
En The Age advierten que la oficina encargada del tema está planteándose los interrogantes: “Está investigando nuevas preguntas sobre si el resultado positivo de Djokovic para COVID-19 fue manipulado después de que surgieron inconsistencias sobre el momento y el resultado de su prueba PCR”.
Los funcionarios de inmigraciones decidieron “ampliar” la investigación luego de que todas estas pruebas sean puestas sobre la luz con el foco posicionado en el incumplimiento de aislamiento en Serbia, las falencias al completar su formulario de entrada a Australia y las inconsistencias en torno a la fecha de los resultados de su testeo.
Independientemente de esta situación, el ministro de inmigración, Alex Hawke, tiene en sus manos el poder especial de cancelar la visa más allá de la sanción reciente de la justicia. El argumento que se plantea es que la infección previa de coronavirus en los últimos seis meses no es una justificación válida para no haber recibido la vacuna. Hawke cuenta también con la posibilidad de deportar al número 1 del ranking mundial alegando simplemente motivos de salud pública.
Sin embargo, Djokovic podría vivir algo similar a lo que transitó la tenista checa Renata Voracova, quien fue deportada del país incluso después de jugar un torneo. El próximo fin de semana se iniciará el primer Grand Slam de la temporada y Nole es el máximo favorito, pero podría sufrir un castigo de las autoridades australianas incluso en medio de ese certamen. Varios parlamentarios del gobierno federal quieren conocer la determinación cuanto antes, pero fuentes federales le afirmaron a The Age que Hawke está decidido a esperar el tiempo necesario para que se cumplan todas las pautas del proceso, “incluso si eso significaba que duraría días”. El detalle es que los abogados del serbio presentaron “extensos documentos adicionales” que deben ser analizados.
El posteo reciente de Djokovic abrió una caja de pandora que resonó tanto en Australia como en Serbia, su país. La primera ministra de Serbia, Ana Brnabic, reconoció ante la BBC que el tenista podría haber cometido una “clara violación” si salió de su casa sabiendo que tenía COVID-19: “Si eres positivo, tienes que estar aislado. No sé cuándo obtuvo realmente los resultados, cuándo vio los resultados, por lo que hay un área gris... Novak puede proporcionar la única respuesta a esto”.
Nole compartió un partido de básquet el 14 de diciembre y se fotografió con un jugador que dio positivo 48 horas más tarde. Djokovic aseguró ante las autoridades australianas que el 16 de ese mes conoció que tenía coronavirus, pero la polémica creció tras ver sus apariciones en al menos tres presentaciones públicas durante esos días. Aseguró en su último posteo que recibió el examen “después del evento” en el que estuvo con niños en una premiación, pero aceptó que fue a su centro de tenis el 18 de diciembre para realizar una entrevista con el diario francés L’Equipe sabiendo que era positivo.
El país natal del tenista estipula un periodo de autoaislamiento de al menos 14 días si existe un test positivo de COVID-19, salvo que la persona reciba un resultado negativo de la prueba PCR en ese lapso. Mientras todo esto se desarrolla, este jueves durante la madrugada de Latinoamérica se realizará el sorteo del cuadro principal del Australian Open con Djokovic como primer pre clasificado y ya conocerá a su rival para el debut...
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