La llegada de Ronaldo Nazario como uno de los nuevos propietarios del Cruzeiro tiene por el momento como característica principal la toma de decisiones drásticas para intentar acomodar el rumbo del primer equipo hacia el objetivo: ascender al Brasileirao. Por eso, la determinación de echar al director técnico se expandió hacia el plantel profesional ya que el contrato de Fábio, arquero de 41 años y de estadía en el club desde 2005, no será renovado y el jugador se irá en condición libre. Algo que molestó a la afición.
El cuadro brasileño utilizó sus redes sociales oficiales para dar su versión de la polémica historia y para justiciar el cierre de las negociaciones en busca de lograr un nuevo acuerdo. En un comunicado, la nueva directiva dijo que incluso intentó un “sacrificio económico” para mantener al jugador en la plantilla y que sin embargo la última oferta fue rechazada.
La noticia no cayó para nada bien en los fanáticos que antes del entrenamiento de este jueves se reunieron en la puerta de entrada del predio de Toca da Raposa. Los manifestantes protestaron contra Ronaldo y los dirigentes de Cruzeiro por no llegar a un acuerdo con el golero Fábio para la temporada entrante que de disputará a lo largo de 2022.
La propuesta era vincular al portero hasta la final del Campeonato de Minas Gerais, pero fue desmentida por Fábio y por su agente. Ronaldo explicó que las decisiones de la actual administración van encaminadas a “la responsabilidad económica de la entidad”. La oferta, según el club y confirmada por el propio jugador en sus redes sociales, sería por una corta extensión para que “Fábio pudiera, en el campo, dile adiós a la afición como él y los fanáticos se lo merecen“.
El dueño del arco del Cruzeiro contaba con contrato hasta el pasado 31 de diciembre y hasta había anunciado una renovación con la antigua dirigencia. Pero desde que Ronaldo Nazario tomó el control, las cosas cambiaros y simplemente le ofrecieron un vínculo de tres meses de duración para que pudiera despedirse. “Me dijeron que cualquier otro escenario era inviable y que no soy parte del plan deportivo 2022″, explicó el propio protagonista al no llegar a un acuerdo.
Las negociaciones entre las partes se llevaron a cabo en dos frentes: el primero se refería a una reducción de su sueldo. El segundo, y más complejo de resolver, fue una deuda multimillonaria en relación con las recientes renegociaciones salariales. La deuda del club con el portero era muy alta y era responsabilidad de la asociación Cruzeiro, no de la SAF que compró las acciones del club. Por lo tanto, el jugador se quedó sin garantías sobre el pago.
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