La personalidad de David Faitelson a la hora de analizar el deporte suele ser desde una postura crítica, aunque muchas veces recae en lo polémico. Más allá de ello, uno de los rasgos más característicos en su estilo es el notable rechazo a gran parte de la información surgida desde Coapa. A pesar de ello, existen diversas pistas que indican una afición oculta o pasada del periodista por las Águilas del América, la cual se remonta a su infancia, cuando recién llegó a México.
Faitelson Pulido nació y pasó los primeros años de su niñez en Ascalón, Israel. Desde entonces, su padre le inculcó el gusto por el balompié que se practicaba en su país. De acuerdo con sus declaraciones, el primer equipo al que entregó su afición fue al Beitar Jerusalén, institución conservadora y xenófoba que apenas ha logrado un par de campeonatos en el circuito profesional de aquella liga. No fue sino hasta 1976, cuando tuvo la necesidad de conocer un nuevo ámbito deportivo en el continente americano.
“Ese fue el equipo al que me enseñó a amar mi padre, Entonces, cuando llegué a México tenía que buscar un equipo parecido al de los colores amarillos. Entonces, ¿quién está de color amarillo?”, respondió con un notable gesto de resignación durante una emisión del programa “Ahora o Nunca” de la cadena televisiva ESPN, durante el año 2020. Cuando Hérculez Gómez preguntó si se trataba del Club América, el protagonista de la entrevista solamente calló.
Paradójicamente, al haberse formado como periodista bajo la tutela de José Ramón Fernández, personaje que dio inicio con la corriente antiamericanista en los medios de comunicación, se ganó el odio de las y los seguidores azulcremas. En cada espacio que gozó tanto en Imevisión como TV Azteca, aprovechó para legitimar dicha corriente. Así, impulsado por su televisora, fue artífice de conflictos con jugadores como Cuauhtémoc Blanco.
A pesar de su reconocido posicionamiento antiamericanista, y la velada afición que ha dejado entrever en algunos de sus comentarios, aseguró que haber formado parte del equipo de José Ramón Fernández fue una decisión propia. “Yo sé bien dónde estuve parado siempre. Nadie me engañó, nadie me dio el dulce equivocado. Hice y hago lo que tengo que hacer”.
Si bien, la generalidad de sus comentarios han estado encaminados a menospreciar y desestimar a las Águilas del América, en algunas ocasiones también ha dedicado palabras de aprecio. En su faceta menos conocida, llegó a confesar haber disfrutado los domingos por la tarde, desde las gradas del Estadio Azteca, mientras presenciaba el magistral futbol de leyendas como Héctor Miguel Zelada, Alfredo Tena, Cristóbal Ortega, Antonio Carlos Santos y Zague.
Incluso, en su videocolumna dedicada al aniversario número 100 del antagonista por excelencia del balompié nacional, llegó a reconocer su grandeza. En ese sentido, aseguró que la presencia de José Ramón Fernández era necesaria, pues es uno de los pocos puntos de vista que difieren de las adulaciones recibidas por las Águilas en el sistema de medios de comunicación.
“El América está cumpliendo años y no son años cualquiera, son 100 años construidos con triunfos, historia y grandeza misma en el futbol mexicano. El América es casi un patrimonio de nuestra cultura futbolística, si es que eso existe. Damas y caballeros, al América aprendí a quererlo, al América, aprendí a odiarlo, pero antes que nada, y siempre, al América aprendí a respetarlo”, aseguró.
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