La victoria de los Tampa Bay Buccaneers por 28-24 ante los New York Jets de éste domingo en el Metlife Stadium quedó en un segundo plano después de que el talentoso y polémico receptor Antonio Brown protagonizara un inesperado episodio que acabó con su despido del equipo.
Al igual que sus compañeros de franquicia y el coach, los miles de fanáticos que acudieron al recinto fueron testigos de una de las últimas locuras del jugador, quien en pleno partido decidió quitarse el uniforme y abandonar el estadio mientras los suyos caían por 10 a 24.
Finalmente su entrenador informó que Brown, de 33 años fue despedido cuando finalizó el enfrentamiento.
Durante el tercer cuarto, se pudieron ver algunos movimientos en el banquillo del equipo visitante. Las cámaras de la transmisión captaron el momento en el que Antonio Brown se quitaba la remera y los guantes para lanzárselos a la afición. Posteriormente, el jugador salió corriendo del campo de juego hacia los vestuarios. Nunca más regresó.
Tras el final, comenzó a circular un video en las redes sociales que capturó el momento previo en el que parecía que Brown estaba discutiendo con su compañero Mike Evans, quien intentaba tranquilizarlo después de escucharlo decir que no quería jugar más.
Sin despedirse del plantel, el jugador fue escoltado por la policía al aeropuerto y abandonó la ciudad a la que había llegado para disputar el encuentro. Los Bucaneros lograron remontar el resultado y sobre el final, el mítico quarterback Tom Brady se pronunció sobre lo que había sucedido con su colega.
“Es una situación difícil. Creo que todo el mundo debería hacer todo lo posible para ayudarlo. Lo necesita. Todos lo amamos, nos preocupamos por él profundamente. Queremos verlo en su mejor momento y, lamentablemente, no será con nuestro equipo”, aseguró preocupado el mejor jugador de todos los tiempos de la NFL.
“El no es más un Buc. Luego de lo que acaba de pasar lo único que puedo decir es que Antonio Brown no es más un Buc, fin de la historia, hablemos del juego”, se limitó a decir el entrenador Bruce Arians en la conferencia de prensa posterior a la victoria. La decisión de cortarlo se tomó pocos minutos después del partido de la decimoséptima semana en el que el receptor arrojó el uniforme al terreno de juego y abandonó el campo.
Hasta ese momento de su salida, el receptor llevaba tres recepciones y había ganado 26 yardas. En la temporada Brown acumulaba 39 recepciones, para un total de 519 yardas y tenía cuatro anotaciones.
Cabe mencionar que, a principios de diciembre la NFL suspendió tres partidos al receptor por utilizar una tarjeta falsa de vacunación para la COVID-19, situación que también le acarreó una multa sanción en su institución. A pesar de aquella indisciplina Arians habló con el jugador y le permitió reintegrarse a los entrenamientos del equipo para el final de la temporada.
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