Este viernes 24 de diciembre, el fútbol mexicano recibió una noticia dolorosa, ya que falleció José Villegas, quien se consolidó como uno de los mejores defensas aztecas en la historia, pues durante su paso por las Chivas, el Jamaicón consiguió ocho títulos de liga y se ganó un lugar en la selección azteca.
Entre sus múltiples logros profesionales que lo convirtieron en leyenda para la afición del Rebaño, el zaguero también se encargó de acuñar una frase a la cultura popular mexicana, pues gracias a su apodo y a su histórica participación en el mundial de Suecia 1958, surgió el “padecimiento” del Síndrome del Jamaicón.
Esta supuesta enfermedad no tiene una connotación muy positiva, ya que hace referencia a la nostalgia que puede presentar una persona que se encuentra lejos de México y que además tiene el anhelo de regresar lo más pronto posible a su país, de acuerdo con el historiador Carlos Calderón, quien remarca la necesidad de volver a su comida, su clima, el idioma y la familia.
Este fue el supuesto síndrome que impactó al defensor durante su participación en la Copa del Mundo de 1958, aunque en ese entonces todavía no se conocía por ese nombre, ya que fue el primero en hacerlo completamente famoso ante los ojos de sus compatriotas.
El calvario comenzó durante la concentración del equipo nacional antes del debut, pues dentro del hotel a los jugadores ya no se les permitía salir. Así lo reveló en una plática con ESPN en 2018, cuando en medio del viaje, comenzó a sentir tristeza por estar lejos de su tierra natal, el suburbio de La Experiencia, en Jalisco.
“Extraño mucho los frijoles de la olla y las tortillas también”, exclamaba José Villegas mientras se encontraba en Suecia a punto de disputar el mundial de fútbol.
Quienes compartieron vestidor con él durante el torneo mencionan que mandaba cartas con destino a su pueblo, en un síntoma de desesperación por acercarse lo más posible a México y en especial al estado de Jalisco, donde creció y vivió todos sus años.
Las propias Chivas de Guadalajara describen este concepto asociado a José Villegas, pues describen que durante la disputa de la Copa Jules Rimet, como se llamaba en ese entonces la copa del mundo, el Jamaicón extrañaba ”a su mamacita, comerse una birria y que ‘la vida no era vida si no estaba en su tierra’”.
Esto lo padeció también durante los juegos de preparación en territorio europeo, donde el estratega, Ignacio Trelles, fue de los primeros en conocer su malestar, ya que durante una cena especial preparada por la Federación Mexicana de Fútbol, el Jamaicón se ausentó por esta disgustado con la comida, misma que describió como “porquerías”, ya que necesitaba sus “chalupas y unos buenos sopes”.
El concepto se desarrolló eventualmente y fue acuñado por todos aquellos que partían de México y que sentían la necesidad de volver por su gente, su tierra, las comidas, costumbres y tradiciones, pero además, en el plano futbolístico también adquirió particular relevancia.
Debido al origen de la frase, todo aquel futbolista que sale de su liga local y se “achica” en territorio extranjero, padece el Síndrome o Mal del Jamaicón, ya que no es capaz de rendir de la misma manera fuera de su zona de confort.
Así lo describió Luis Villoro, quien en un reportaje especial elaborado por el corresponsal de ESPN, Tlatoani Carrera, también explicó que podía asociarse con la mentalidad de minimizar sus posibilidades de ganar ante la adversidad o equipos de peso, simplemente por el hecho de ser mexicanos.
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