El barrio bravo de Tepito, ubicado en el corazón de la Ciudad de México, se ha ganado la fama de ser uno de los principales semilleros de boxeadores en el país. En sus gimnasios, algunos tan famosos como el Gloria y el Carmen, han forjado sus pininos grandes íconos del pugilismo a nivel mundial, aunque con el paso de los años la cosecha de campeones se ha visto ensombrecida por el narcotráfico y crimen organizado. Pese a ello, cinco personajes salidos de ese lugar lograron grabar su nombre con letra de oro.
Ratón Macías
Contrario a la historia de muchos boxeadores que se pierden entre el vicio y el dinero, la de Raúl Macías es diferente. Nació el 28 de julio de 1934 y, desde sus primeros años, supo combinar su carisma y sencillez con la habilidad para ganarse el corazón de sus vecinos en el barrio. Antes del pugilismo, ejerció el oficio de zapatero, nevero y mensajero, el cual lo introdujo en la esfera deportiva. Sus cualidades pronto lo hicieron destacar a nivel nacional.
Representó a México en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, donde obtuvo el sexto lugar. A los 21 años conquistó el cetro mundial de peso gallo en la Asociación Nacional de Boxeo (ANB). Realizó tres 43 peleas, de las que solo perdió un par. No obstante, puso un final prematuro a su carrera el 28 de febrero de 1959, cuando venció a Ernesto Parra en la Arena México. El motivo fue una promesa que hizo a su madre.
Carlos Cañas Zarate
Carlos Zárate Serna es otro de los ídolos del barrio. Durante la adolescencia ganó el torneo de los Guantes de Oro y en sus primeros encuentros como profesional logró un récord invicto de 39 pleitos. En mayo de 1976 venció a Rodolfo Martínez, campeón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en peso gallo y un año después recibió el reconocimiento de mejor libra por libra por encima de Muhammad Ali.
Llegó a adueñarse de muchas propiedades y hasta un yate en Acapulco. No obstante, la derrota con Lupe Pintor en 1979 le dio un giro radical a su vida. Tras perder el título cayó en depresión y gastó los MXN 18 millones que gastó para solventar sus adicciones. Tuvo un fugaz regreso, pero volvió a caer a tal grado de vivir en hoteles de paso en La Merced, Tepito y Peralvillo. Años después el Cañas logró superar su situación, aunque lejos de la fama.
José “Huitlacoche” Medel
José Medel también es oriundo de Tepito, aunque es más bien recordado por haber vencido a quien no debía. Fue a los 17 años cuando comenzó a entrenar, al tiempo que se dedicaba a vender limones en el barrio bravo. Sus cualidades eran innegables y pronto se ganó la oportunidad de enfrentar al ídolo del pueblo José Toluco López. El combate le favoreció pero, contrario a su expectativa, se ganó el odio de un sector de la afición.
No fue así en Japón. Al no ser reconocido en México, emigró al país nipón para continuar con su carrera. Tuvo una amplia travesía por Asia y algunos países europeos donde demostró su calidad superando a rivales prometedores. Como resultado, la afición del archipiélago lo adoptó como ídolo propio y pudo haber ganado el cetro ante Masahiko Harada en 1967. Sin embargo, la gloria en peso gallo se le negó ahí y en Brasil, cuando cayó ante Éder Jofre en 1962. Su nombre quedó inmortalizado en el gimnasio del Deportivo Maracaná.
Kid Azteca
Luis Villanueva Páramo tuvo tanto aprecio por el primer cuadro de la CDMX que creció y vivió sus últimos años en ese lugar. Nació el 12 de junio de 1913 en Jesús Carranza número 13, aunque tuvo que migrar a Nuevo Laredo, Tamaulipas cuando niño, donde tuvo su primer acercamiento con el pugilismo. Desde su debut en el circuito profesional, se mantuvo a lo largo de tres décadas y entabló más de 200 pleitos.
Su maestría en la ejecución del gancho al hígado lo mantuvo como monarca nacional de peso welter por 17 años. Gozó de negocios en la colonia Roma y Santa María la Ribera y participó en diversas películas, pero nunca peleó por un campeonato mundial. Las apuestas, vicios y negocios fallidos lo dejaron sin dinero y pasó sus últimos días en una vecindad ubicada en las calles de Honduras y Allende.
Raúl Costeñito Valdés
Raúl Valdés tuvo su primer contacto con el boxeo en el gimnasio del Carmen. Antes de ello, trabajó en el mercado de Granaditas, en una zapatería. Años después conoció el Gloria, donde su carrera tuvo un ascenso notable. A los 13 años llegó a la final del torneo de los Guantes de Oro, aunque perdió. Como profesional se desempeñó en peso mosca, donde ganó 32 combates y perdió 14.
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