La leyenda de Mike Tyson crece día a día. Cada vez son más las voces que se suman para dar testimonio sobre lo que el ex campeón mundial era capaz de hacer tanto dentro como fuera del ring. Es que han sido miles los que han pasado por su vida a lo largo de los años, pero solo unos pocos se han animado a enfrentarlo en el cuadrilátero, lugar en el que solamente fue derrotado en seis ocasiones.
Si se analiza en detalle esa cifra, cinco de esas caídas ocurrieron en el ocaso de su carrera, por eso los analistas del boxeo sostienen que la mejor versión de Iron Mike -la que forjó la leyenda, la más temida de todas- fue la que tuvo en sus primeros años, cuando se alzó con el cinturón de los pesos pesados con apenas 20 años, récord aún vigente, y cuando mantuvo una marca de 37 peleas ganadas de manera consecutiva, 33 por la vía rápida.
En ese entonces, para subirse al ring para medirse contra él no sólo había que saber boxear, sino que también había que ser valiente, porque la potencia de sus puños podía causar mucho más que una derrota. Uno de los que aceptó el reto fue José Ribalta, quien a sus 58 años aún recuerda los pormenores de aquella velada. Desde Miami, Estados Unidos, habló con Infobae sobre su deseo de tener una revancha.
Es que este cubano que emigró de niño a Norteamérica tiene algo especial. Su combate ante Tyson en agosto de 1986, meses antes de que fuese campeón mundial, no fue uno más para su carrera ni para la de Mike, quien después de su retiro confesó: “El boxeador más duro al que me enfrenté fue José Ribalta”.
“Tyson dice que yo fui el rival más fuerte que enfrentó y dijo que le di muchos golpes en la barriga. Creo que fue por eso, que le di muchos golpes allí, porque le dolía mucho. Yo fui el que más golpes le dio en su abdomen y en el cuerpo”, recuerda orgulloso desde un gimnasio en Miami, en donde se entrena a diario.
En 1986, Ribalta era una joven promesa del boxeo, tanto es así que había llegado a la pelea contra Tyson con un récord de 22 triunfos (17 por KO), cuatro derrotas y un empate. En su espalda se destacaba una polémica contienda ante Marvis Frazier, a quien pese a haberle lanzado 73 golpes, los jueces lo habían declarado perdedor en una decisión dividida y controversial.
El cubano de 23 años confiaba mucho en el poder de sus puños, su experiencia y su preparación. Para el duelo contra Iron Mike celebrado en el Trump Plaza Hotel de Atlantic City se entrenó en varias oportunidades con el campeón de aquel entonces, Trevor Berbick, con quien guanteaba desde los 17 años: “Yo aprendí mucho con él. Él siempre me decía que yo era fuerte”.
Pero su trabajo duro no fue suficiente, porque la furia de su adversario era imparable: “Tyson era fuerte y rápido. Sí, sentí mucho sus golpes. Pero porque también era rápido”. Ribalta besó la lona en tres oportunidades durante la pelea e incluso perdió el protector bucal de un puñetazo al mentón que no pudo detener. Finalmente, fue el árbitro el que decidió dar por terminada la acción para proteger al cubano.
Una vez culminado el combate, recibió la felicitación de su contrincante: “Tyson me dijo ,‘tu sí aguantas Ribalta’. Es que yo me levantaba rápido cuando me tumbaba”.
Pese a que en la estadística se le sumó una derrota esa noche, Ribalta ganó experiencia y popularidad. Tal es así que ganó sus siguientes nueve presentaciones, algo que le permitió soñar con tener una revancha rápido. Para ese entonces, 1990, Tyson ya se había consagrado campeón de los pesados al vencer a Trevor Berbick. Pero algo le impidió a Ribalta repetir el enfrentamiento.
“Íbamos a hacer una revancha con Tyson, pero Don King fue el que se metió en el medio y puso a (James) Buster Douglas. Él creía que Tyson iba a noquear a Douglas y se equivocó, porque (Douglas) estaba entrenando fuerte para esa pelea. Tyson no estaba haciendo las cosas que tenía que hacer”, recordó. En febrero de 1990, Douglas venció a Tyson por K.O. en el décimo asalto, le arrancó el invicto y tres cinturones al campeón.
Al ser consultado sobre si él tenía conocimiento en ese tiempo sobre cómo era la vida extradeportiva de Tyson, Ribalta fue concreto: “Yo lo vi haciendo cosas que no tenía que estar haciendo”. En este punto no quiso aclarar si su comentario estaba vinculado al uso de drogas o alcohol, aunque sí aprovechó para hablar sobre una de las versiones viralizadas hace algunos meses por uno de los guardaespaldas de Iron Mike.
Rudy González reveló en noviembre en diálogo con el sitio británico The Sun que en sus inicios el ex boxeador solía tener relaciones antes de cada presentación: “Uno de los mayores secretos con Mike era que necesitaba tener sexo en el vestuario antes de las peleas. Tendría que encontrar una groupie, no importaba quién fuera. Él decía, ‘si no me acuesto, mataré a este tipo ahora mismo’. Mike tenía que echar un polvo para liberar algo de la fuerza que tenía. Así que tenía a las chicas escondidas en los baños y los vestuario”.
Ribalta admitió desconocer si eso era verdad, pero descree de esa historia: “No creo que haya sido así”.
Lo cierto es que el cubano, luego de enterarse que no iba a tener revancha con Tyson, decayó en su rendimiento y después de sus nueve victorias consecutivas enlazó cinco derrotas que lo alejaron de la gran escena. Tras eso, le costó volver a su mejor nivel y en 1999 se retiró al perder contra el canadiense Donovan Ruddock por nocaut técnico, dejando un récord de 38 victorias, 17 caídas y un empate.
Antes de eso, tuvo un reencuentro con Mike Tyson. Fue en 1996, después de que el ex campeón saliera de la cárcel, tras haber cumplido una condena por haber violado a una modelo cuando era juez de un concurso de belleza. En ese momento Ribalta hizo de sparring de su antiguo oponente en un par de ocasiones: “Le di golpes fuertes y fue igual”, recordó.
Ahora, con 58 años y al ver que el estadounidense disfruta de los combates de exhibición como el que tuvo con Roy Jones Jr. en 2020, el cubano quiere volver a ponerse los guantes para tener su revancha. “No es dificil volver, yo nunca fumé, nunca tomé cerveza ni nada de eso. Si mi cuerpo se pone en condiciones, como ahora que estoy en el gimnasio, voy a estar listo para pelear”.
Con una mirada asesina en el rostro, confiado en que puede sacarse las ganas de vencer a Iron Mike y ya sin Don King en el medio de las negociaciones, Ribalta invita a su antiguo oponente a regresar al cuadrilátero: “Tyson, me tienes miedo, ¿por qué te asustas? Vamos, hagámoslo, hagamos la pelea, no tengas miedo”.
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