Con la coronación por segunda vez en la historia del Atlas, cientos de anécdotas han sido reveladas por personalidades famosas que han seguido al equipo desde sus primeros años de vida. Una de las anécdotas más curiosas es la de María León, exvocalista de Playa Limbo. Durante su infancia, cuando pertenecía al grupo de animación de los rojinegros, se negó a tomarse una foto con Hugo Sánchez, aunque el Pentapichichi ya había conquistado la élite deportiva en Europa.
Por medio de su cuenta verificada de Instagram, la cantante publicó una foto de Hugol posando junto con tres niñas. Una de las infantes resultó ser ella. Sin embargo, contrario al deseo que muchas niñas y niños hubieran tenido por haber presenciado la escena, León se dijo inconforme con la imagen. Y es que, de acuerdo con la anécdota que dio a conocer, no quiso tomarse la fotografía con el personaje debido a que este jugaba para el equipo contrario.
“El amor por el Atlas viene de familia, así que desde chiquita fui Margarita (porrista del Atlas) y bailamos en el medio tiempo del Estadio Jalisco. Ese día nos ganó el América y cuando ya íbamos de salida me dijeron ponte para una foto con este jugador. Yo les grité: ‘¡No, ese señor es del otro equipo!’, me agarraron y me pusieron con otras niñas que no conocía. (Me dijeron) ‘tú ponte’. Y pues no iba a no sonreír en la foto”, se lee en la publicación.
María León, quien recientemente se ha abierto paso en el mundo de la actuación, es la niña más pequeña de la foto, situada en medio de sus dos acompañantes y frente a Hugo Sánchez. De acuerdo con el atuendo del futbolista y el contexto, la imagen habría sido captada entre 1992 y 1993, cuando el talentoso mexicano se vio obligado a salir del Real Madrid y fue contratado por las Águilas del América.
El ahínco con que el responsable de la fotografía habría incitado a María León para posar junto con Sánchez era justificado. Para ese momento, Hugo ya era ampliamente conocido a nivel mundial y había vestido la camiseta de dos de los equipos más importantes en el futbol español. Su fama fue tal que, cuando comenzó a tener roces con el nuevo entrenador merengue Leo Beenhakker, en Coapa no dudaron en ofrecerle un atractivo contrato.
Tenerlo entre sus filas era garantía de gol. En las cuatro temporadas que jugó para los colchoneros en el Vicente Calderón se consagró con 82 anotaciones. En tanto, cuando pasó a formar parte del equipo merengue, aumentó el número de dianas a 208 en 282 partidos que vistió dicha camiseta entre los años de 1985 y 1992. Ese, así como su imagen, fueron los rasgos que atrajeron a los directivos azulcremas.
“Regresé al equipo que se interesó por mí y que me hizo una oferta muy buena de pagarme lo mismo que me estaba pagando el Real Madrid. Dije ‘retirarme en México me parece bien’. Me hubiera gustado retirarme con Pumas, pero Pumas no llegó a ofrecerme un contrato para pagarme el dinero que me estaba pagando el América”, llegó a reconocer en una charla con José Ramón Fernández.
Fue así que llegó a la Ciudad de México para la temporada 1992-93. A pesar del cartel que lo respaldaba, no logró trascender con las Águilas con el campeonato. Durante su estancia anotó 18 tantos en los 35 partidos que disputó. No obstante, más allá del mérito deportivo, pudo tener mayor acercamiento con la afición que lo alentó en su aventura por el viejo continente.
Fue entonces cuando coincidió con quien, años más tarde, llegaría a la fama gracias a sus cualidades en el canto. Sin embargo, en aquel fugaz encuentro, la originaria de Zapopan, Jalisco quiso negarse a fotografiarse con Hugo Sánchez, pues pesaba más el amor por los colores de los Rojinegros del Atlas.
SEGUIR LEYENDO: