Los resultados de las pericias fueron alarmantes. Una autopsia reveló un grave daño cerebral en el lóbulo frontal del ex jugador de la NFL, Phillip Adams, que mató a tiros a seis personas antes de suicidarse en abril.
Así lo informaron las autoridades. Los 20 años que estuvo jugando fútbol americano “sin duda propiciaron” el diagnóstico de encefalopatía traumática crónica de etapa 2, reconoció la doctora Ann McKee, quien examinó su cerebro.
Las autoridades señalaron que Adams mató a seis personas: al médico Robert Lesslie; su esposa, Barbara; dos de sus nietos (Adah Lesslie, de 9 años, y Noah Lesslie, de 5) el 7 de abril, en Rock Hill, Carolina del Sur. Las otras víctimas fueron dos empleados de ventilación que se encontraban trabajando en la residencia de los Lesslies (James Lewis y Robert Shook). Cuando la policía ingresó a la escena, también encontró a Adams muerto de un disparo en la cabeza.
La enfermedad conocida como ETC, es un padecimiento atribuido a traumatismos repetidos en la cabeza y sus respectivas conmociones. Algunos de los síntomas de los que padecen esta enfermedad degenerativa cerebral son arrebatos de ira y pérdida de memoria.
“Hay indicios de que tenía evidentes problemas de comportamiento y cognitivos”, explicó McKee. “No creo que fue algo repentino. Da la impresión que fue una discapacidad que se fue agravando. Estaba cada vez más paranoico, estaba teniendo más dificultades con su memoria y su conducta era cada vez más impulsiva.. Quizás no se pudo identificar, pero no fue algo que pasó de la nada”, agregó.
McKee, directora de un centro especializado en la enfermedad en la Universidad de Boston, detalló que de los 24 jugadores de la NFL diagnosticados con ETC, tras morir entre los 20 y 30 años, la mayoría tenía la etapa 2, al igual que Adams. La enfermedad tiene cuatro etapas, con la 4 como la más grave y a la que se le asocia con la demencia.
El descubrimiento de la ETC -que, según la doctora, se ha encontrado en 315 exjugadores de la NFL- derivó en una serie de demandas contra la Liga, que acordó una compensación a jugadores retirados por unos 1.000 millones de dólares en 2016.
La segunda etapa está vinculada con anormalidades cognitivas y conductas, como agresión, reacciones impulsivas, depresión, paranoia, ansiedad, pobre función ejecutiva y pérdida de memoria, continuó McKee. Sin embargo en los exámenes realizados al cerebro de Adams se pudo comprobar que fue distinto al de otros jóvenes jugadores porque fue “inusualmente más grave” en ambos lóbulos frontales.
McKee, además, comparó el cerebro de Adams al de Aaron Hernández, el ex astro de los Patriots de Nueva Inglaterra que, después de morir también se le diagnosticó ETC. Hernández tenía 27 años cuando se ahorcó en la cárcel al ser condenado a perpetua por un homicidio perpetrado en 2013.
En cuanto a su carrera deportiva, Adams disputó 78 partidos dentro de la NFL en sus cinco temporadas en las que integró hasta seis equipos distintos siendo el último el de los Atlanta Falcons en 2015.
Según la forense del condado de York, Sabrina Gast, la familia de Adams alertó que el ex cornerback había sufrido “varias conmociones cerebrales” durante su etapa en la NFL entre 2010 y 2015, en la que militó en los San Francisco 49ers, Oakland Raiders y Falcons.
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