El susto que vivió Nicolás Otamendi junto a toda su familia en su hogar en las afueras de Lisboa se une a la enorme cantidad de robos a futbolistas que ocurrieron en el último tiempo. El defensor central regresaba a su casa luego de una victoria por 4-1 ante el Famalicão por la Liga NOS cuando un grupo organizado se subió al auto del argentino cerca de la una de la mañana para ponerle un cinturón alrededor de su cuello y así lograr el acceso a su morada donde se llevaron efectivo junto a varios valiosos relojes.
Según el medio local Correio da Manhã, la pandilla fue denominada por los especialistas como “profesionales”: llevaban guantes para no dejar huellas dactilares en ningún sitio, pasamontañas y se comunicaban entre sí con walkie-talkies. Lograron huir con un botín de 300.000 euros en efectivo, relojes y joyas en un asalto de “estilo militar” que duró sólo diez minutos.
Los medios locales informaron que los hijos de la pareja estaban “asustados” y fueron separados de su padre por los intrusos, después de que obligaron al futbolista a entrar a su hogar, que está ubicado en una finca privada rodeada por un bosque de pinos a media hora en coche en las afueras de Lisboa. Aunque los informes iniciales apuntaban a que el hijo de Otamendi era el único en la casa junto a su esposa, las nuevas versiones explican que su hija también estaba en el momento del incidente.
Los reportes iniciales advertían que sólo cuatro hombres habían participado del violento suceso que se desató en el barrio privado llamado Herdade da Aroeira, pero el diario Correio da Manhã citó a fuentes policiales y aseguró que formaron parte de este operativo relámpago hasta siete criminales proveniente de Europa del Este, ya que se dice que ninguno de los atacantes hablaba portugués.
Parte de la pandilla permaneció fuera de la casa de Otamendi para alarmar ante cualquier tipo de incidente mientras sus cómplices estaban dentro, con walkie-talkies profesionales que les permitían comunicarse con los que se encontraban en el interior realizando el delito.
Se entiende que la policía está investigando la posibilidad de que la banda involucrada en el asalto haya volado a Portugal para llevar a cabo el crimen y podría estar detrás de otros crímenes sin resolver en las casas de los futbolistas. Nicolás contrató a seguridad privada para vigilar el exterior de su hogar y un informe en el Jornal de Noticias reveló que el joven de 33 años habría decidido mudarse después del drama y que está en búsqueda de una nueva casa con la ayuda de su club.
El robo está siendo investigado por la Policía Judiciaria de Portugal, que aún no ha hecho ningún comentario oficial, y se espera que permanezca en silencio hasta que se realicen los arrestos correspondientes.
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