El 21 de agosto de 1984, Boca sufrió una goleada dolorosa. Fue en su primera participación en el trofeo Joan Gamper ante el Barcelona en el Camp Nou. En aquella noche del verano europeo, el equipo comandado por el brasileño Dino Sani perdió 9 a 1.
El partido comenzó siendo equilibrado, hasta que a los 29 minutos el defensor español José Ramon Alexanco abrió el marcador. A partir de ese momento, fue el comienzo de la pesadilla. Archibald anotó dos goles y los Xeneizes se fueron al entretiempo 0-3 y con un jugador menos en cancha, ya que la visita sufrió la expulsión de Roberto Passucci.
En el segundo tiempo llegó lo peor. Alexanco, nuevamente, Ramon Calderé, Bernard Schuster, Francisco José Carrasco, Esteban y Marcos anotaron para un Barcelona impiadoso. El uruguayo Fernando Morena descontó de penal cuando el partido estaba 7 a 0.
“Fue un juego muy desparejo. Cuando hay muchas diferencias es difícil analizar el encuentro y todo lo bueno que debe tener el mismo. Lo que pasó es que Boca no tuvo un buen día”, recordó Alexanco, quien hoy trabaja como director deportivo en La Masía y en su momento ostentó el récord del traspaso más caro en la historia del fútbol español, ya que el Barsa pagó 100 millones de pesetas en 1980.
Ese día, el equipo argentino formó con Hugo Gatti; Hugo Alves, Roberto Mouzo, Passucci, Córdoba; Ariel Krasouski, Mario Alberto, el “Gallego” Vázquez, “Turco” Abdeneve; el uruguayo Morena y Carlos Mendoza. Luego ingresaron Berta, Matabós y Sotelo sucesivamente.
Aquella goleada histórica provocó que el Xeneize jugara en el mismo escenario por el tercer puesto ante el Aston Villa inglés y le ganara 2 a 0 con tantos de Mendoza y Morena. Finalmente, el conjunto culé se quedó con el trofeo Gamper de 1984, tras vencer en la final al Bayern Múnich por 3 a 1.
Hoy, 37 años después, se volverán a ver las caras en Riad, Arabia Saudita, por la Maradona Cup, en homenaje al futbolista que brilló en ambos clubes. “La época que compartí con Diego fue muy dura para él. Maradona fue un gran futbolista, el mejor de todos los tiempos. Pero sufrió bastante jugando en el Barsa”, remarcó Alexanco, quién ganó siendo compañero de Pelusa una Copa del Rey, una Copa de la Liga y una Supercopa de España.
En diálogo con Infobae desde la ciudad catalana, Alexanco palpitó el cruce entre el Xeneize y el Barsa.
- ¿Qué recuerda de la goleada del Barcelona sobre Boca en el Camp Nou?
-Metí dos goles ese día. Fue un juego muy desparejo. Cuando hay muchas diferencias es difícil analizar el encuentro y todo lo bueno que debe tener el mismo, ¿no? A cualquier jugador le gusta competir y aquel día fue todo del Barcelona, fue nuestro día. Siempre recuerdo todos los partidos de igual manera, sea quien fuese el contrario y más allá del resultado.
- ¿Sabía que aquella derrota fue la peor goleada de la historia boquense?
-Sí, es difícil cuando recibís tantos goles. Han pasado otros casos y de más tantos. Lo que pasa es que Boca no tuvo un buen día. Es un equipazo y yo veo sus partidos.
- ¿Cuál es el favorito para el encuentro en Arabia Saudita?
-No me gusta hablar de favoritismo porque son 11 contra 11 y se encuentran en un estadio, en un campo de juego. Nunca hay que decir que Boca no tiene garra ni empuje. Todo lo contrario. No soy hincha de Boca, pero siempre veo sus partidos. Lo sigo desde Barcelona y la verdad es que me gusta cómo juega. No soy hincha del club, pero me gusta su fútbol y observo sus encuentros porque aparte es mi trabajo. Pero espero que salga un partido bonito y ojalá que vuelva a ganar el Barcelona, como hace 37 años.
- ¿A qué se dedica?
-Estoy trabajando para el Club Barcelona. Soy el director deportivo del fútbol formativo, en La Masía. Llegué de la mano del nuevo presidente, Joan Laporta. Si algún jugador gusta en algún sitio o partido, lo seguimos de cerca, lo vamos a ver. Trabajo con categorías más bajas, de formación.
- Fue fundamental la labor de Bernard Schuster en aquel partido. ¿Que tenía el alemán que fue considerado uno de los mejores de la historia del Barsa?
-Fue uno de los mejores jugadores del mundo, siempre. Nos dimos cuenta de sólo verlo jugar. Es uno de los mejores que han pasado por el club Barcelona. Tenía un poco de todo: potencia, velocidad, buen disparo, el salto de cabeza, el drible, y era demoledor en el uno contra uno. Tenías muchas cosas que lo hacían grande.
- ¿Era parecido a Diego Maradona, que fue también compañero suyo?
-Eran diferentes. Pero a la vez ambos catalogados como de los mejores del mundo.
- ¿Qué recuerda de Diego?
-Fue un jugador especial. Tenía una calidad y forma de jugar impresionantes. En aquella época que compartí plantel con Diego fue muy duro para él, porque nada tiene que ver con la época actual. Fue un gran futbolista, el mejor de todos los tiempos, pero sufrió bastante jugando en el Barsa.
- A sus 21 años y recién llegado al equipo catalán. ¿Diego se mostraba como un chico tímido o extrovertido?
-Era normal, como todos nosotros. Se hizo muy rápido por estar con el resto de sus compañeros. Se adaptó fácil a la plantilla. Hizo amigos y compañeros que lo ayudaron también a integrarse fácilmente al plantel. Era generoso, buen amigo y el mejor compañero que uno pudo tener.
- ¿Cómo demostraba su generosidad?
-Ayudando a solucionar los problemas que podía haber en el plantel. Muy pendiente de todos fuera del vestuario. Te preguntaba cada vez que te veía: “¿Estás bien? ¿Necesitás algo?”. Aceptaba cualquier comentario que pudiese hacer uno. Era una persona muy noble y joven, que cuando llegó ya contaba con una personalidad importante.
- ¿Cómo se enteraron de su llegada al Barcelona?
-Se hablaba de traer al mejor jugador del mundo. Fue un acontecimiento histórico y no me lo olvido más. Provocó mucha ilusión, incluso, en el propio vestuario. Lo hablábamos en el camarín. Decíamos: “Maradona va a venir”. Para nosotros era una ilusión importante que viniera el mejor jugador del mundo. Cuando llegó, en el vestuario le pedíamos que hiciera cosas para verlo: “Diego, coge la manzana, toma la naranja, has jueguitos. Le daba igual. Lo manejaba igual que el balón”. Un jugador increíble y diferente.
- ¿Es verdad que un día se autoproclamó capitán luego de que usted tuvo que dejar la cancha por lesión?
-Sí, fue el 9 de octubre de 1982, en su sexto partido con el Barsa en Liga. Diego estaba contento de haber podido jugar el segundo tiempo, gracias a una infiltración, que le aliviaba el dolor del nervio ciático. En el descanso, yo, que era el capitán, tuve que ser sustituido por un pinchazo en los gemelos. Entonces, el entrenador del Barsa, Udo Lattek, le dijo a Diego si estaba dispuesto a entrar. No sólo dijo que sí, sino que cuando yo me quito la cinta y la dejo caer, él la agarró inmediatamente y se la puso. De esa manera, te das cuenta de que fue un auténtico líder y joven, porque tenía apenas 22 años.
- ¿Vio alguna vez su mejor versión como jugador del Barcelona?
-Sí, he visto muy buenos partidos. También, he visto entrenamientos, donde más valoras la actitud de un jugador. Todo lo que hizo era bueno. Era increíble en el uno contra uno. Tenía mucha fuerza en sus pies. Cuando arrancaba era imparable. Contaba con mucha velocidad y colocación del balón.
- ¿Fue feliz Maradona en Barcelona?
-Sí, fue feliz. El tiempo que lo traté lo noté bien. No fuimos amigos, solo compañeros. Fuimos cercanos dentro de una cancha. Fuera de la misma, no nos frecuentábamos. Éramos una grupo unido y todos los jugadores fuimos muy buenos compañeros. A la larga, todos necesitamos de buenos compañeros y de un líder como Diego positivo, generoso y con una fuerte personalidad.
- ¿Qué sintió cuando falleció Maradona?
-Una pena impresionante. La verdad es que nos mató en vida enterarnos de su fallecimiento. Los que estuvimos con él sentimos mucho su pérdida. Lo hablamos y lo comentamos cada vez que nos vemos. Fue un dolor inmenso. A los que lo conocimos y estuvimos con él nos afectó mucho. Es un tema muy especial, siendo el mejor jugador de todos los tiempos. El convivir, el jugar con él y participar a su lado fue un placer. Una historia que la he vivido, contemplado y la puedo contar.
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